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Diseña menús ricos en antioxidantes y nuntrientes

La dieta debe ser rica en verduras, frutas, legumbres, fuentes vegetales de omega 3 como las semillas y el aceite de lino, frutos secos naturales y cereales integrales.

Y merece la pena reforzarla con alimentos que tienen sustancias de demostrado efecto protector y antitumoral. Son estas:

  • Vitamina C. Tiene una acción reguladora del sistema inmunitario y se halla en frutas y verduras muy coloridas.
  • Vitamina E. Es antioxidante y clave en la regulación de las hormonas sexuales; se halla en aceites de germen de trigo, girasol, sésamo, nueces, semillas de lino, cacahuetes…
  • Vitamina D. Su acción es inmunomoduladora y la podemos conseguir en las pipas de girasol o el pescado azul.
  • Selenio. De efecto antioxidante, se encuentra en frutos secos, nueces del Brasil, semillas de calabaza, zaragatona y en general en las verduras.

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El maitake estimula la inmunidad anticancerígena

En el maitake (Grifola frondosa), su componente denominado "fracción-D" ha demostrado que potencia la actividad de interferón-alfa, unas proteínas producidas naturalmente por el sistema inmunitario. Esto lo convierte en una herramienta de inmunoterapia efectiva en el cáncer de próstata.

Las dosis que puedes tomar varían mucho en función de si se toma el polvo, el extracto seco o el extracto seco de los micelios.

Si se toma vitamina C unos 15 minutos antes de las setas, su absorción y su acción se doblan.

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Aprovecha el poder antiinflamatorio de la regaliz

La raíz de esta planta (Glycyrrhiza glabra) tiene un efecto antiinflamatorio similar a la cortisona y es inmunoestimulante.

Debido al ácido glicirretínico y a la glicirricina que contiene, a grandes dosis posee una actividad mineralcorticoide (hormonas cuya misión principal es aumentar los minerales en el líquido extracelular) y estrogénica, reduciendo los niveles de testosterona.

La dosis diaria recomendada oscila entre los 200-800 mg de glicirricina, aunque en algunos casos puede ser superior.

Está contraindicada en hipertensión arterial, diabetes mellitus, enfermedad autoinmune, cirrosis, déficit de potasio y cardiopatías, salvo bajo control médico.

Puede reducir la absorción del hierro e interactuar con la digoxina (cardiotónico) y la warfarina (antocoagulante). Y si se consume largo tiempo puede producir edemas (retención de líquidos), alteraciones cardiacas, déficit de potasio e hipertensión arterial, que cesan al parar o reducir su ingesta.

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Cohosh negro, la planta amiga de la próstata

Esta planta (Cimifuga racemosa o Actaea racemosa) se ha usado tradicionalmente para controlar los síntomas negativos de la menopausia. Hasta hace unos años se sospechaba que estimulaba la producción de estrógenos, por lo que se contraindicaba en el cáncer de mama.

Actualmente se sabe que contiene unas sustancias –glucósidos triterpénicos, saponinas y flavonoides– que, lejos de ejercer una acción hormonal estrogénica, regulan beneficiosamente los estrógenos y los andrógenos.

Los componentes mencionados ejercen además una acción antiproliferativa de las células tumorales e inducen la apoptosis celular o muerte celular programada, tanto de las células cancerígenas de mama como de próstata, a partir de la activación de proteínas –denominadas caspasas– que intervienen en la apoptosis.

No se conocen dosis máximas del cohosh negro y las dosis habituales de uso oscilan entre los 20-500 mg al día de extracto seco.

Es una planta segura y con pocos efectos secundarios; entre ellos: cefalea, molestias gastrointestinales o mareos leves por su acción vasodilatadora. Las personas con alguna afección hepática deben evitarla.

Se desconocen interacciones con medicamentos. En caso de cirugía se tiene que suspender una semana antes por su efecto vasodilatador.

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Piensa en tu crecimiento personal

El estrés, las preocupaciones y la calidad de los pensamientos influyen en la salud. Si lo que se pretende es prevenir, las autoevaluaciones periódicas destinadas a un mayor autoconocimiento y crecimiento personal puede ser suficiente.

Pero si padecemos cáncer, lo más recomendable es pedir ayuda a un profesional para reorientar y escuchar al propio ser interno. Para sanar cualquier alteración de salud es necesario hacerlo desde un estado de consciencia superior al que nos ha llevado a tal situación.

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Cuida tu higiene intestinal

Asegurarse una buena eliminación de residuos también es clave para la salud. La eliminación de heces tiene que ser diaria, con heces ligadas, de cantidad, consistencia y coloración normales y no deben flotar.

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La ortiga te protege

La Urtica dioica ha demostrado ejercer una acción preferente sobre el tejido prostático, tanto en la hiperplasia benigna (aumento de tamaño de un órgano o tejido) como en el cáncer.

Principalmente se usa la raíz, aunque también las hojas y la planta entera. Su efecto positivo en el cáncer de próstata tiene que ver con la acción inhibitoria de la actividad de las enzimas adenosina desaminasa y 5-alfa reductasa en el tejido prostático.

Se aconseja empezar a dosis menores a las óptimas (500 mg/día de extracto seco repartidos en 2 tomas), para asegurarse de que se tolera bien y no se presentan reacciones alérgicas.

Debe ser de mucha calidad, ya que la ortiga suele crecer en zonas ricas en desechos orgánicos, por lo que acumula nitratos en sus tejidos, lo que podría ser perjudicial (puede dificultar el transporte de oxígeno).

El consumo de hojas de ortiga está contraindicado en caso de insuficiencia renal o cardiaca sin control médico por su efecto diurético. La raíz puede producir molestias gástricas, y las hojas, alergias cutáneas.

 

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El ejercicio es imprescindible

Mantener una actividad física regular adecuada a cada situación personal ayuda a estar más relajado, oxigenar los tejidos, tener mejor humor, sueño y tono muscular, y mantener el cuerpo más depurado (por la eliminación de toxinas a través del sudor y del estímulo de la función hepática).

Es incluso recomendable para los enfermos de cáncer que reciben tratamiento de quimioterapia.

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Tofu: las isoflavonas también son para el hombre

La genisteína y la daidzeínas son dos sustancias de la soja (Glycine max) con actividad en el metabolismo hormonal.

Se ha sugerido que pueden tener una acción inhibitoria del crecimiento tumoral, antiangiogénica, antioxidante y promotora de la diferenciación celular, además de actuar sobre enzimas clave del desarrollo tumoral.

Tienen acción frente a las células hormonodependientes y las independientes, aunque en las primeras la genisteína parece ejercer una mayor acción.

La dosis diaria es de unos 20-80 mg, aunque en el cáncer de próstata se pueden emplear dosis aún mayores que dependen de cada caso. En 100 g de tofu frito hay unos 48 mg de isoflavonas.

En forma de suplemento y en dosis altas pueden producir diarrea y dolor de estómago. Se deben evitar en caso de tomar fármacos IMAO (inhibidores de la monoamino oxidasa) y anticoagulantes.

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El reishi controla las hormonas

La acción positiva para el tejido prostático en el reishi (Ganoderma lucidum)  se debe a su fuerte acción inhibitoria de la testosterona a través de la disminución de los niveles de la enzima 5-alfa reductasa.

Además tiene propiedades antiinflamatorias, tipo cortisona, antiangiogénicas (inhibe o reduce la formación de vasos sanguíneos), inmunorreguladoras y antiproliferativas.

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Evita los agentes tóxicos

El tabaco, el alcohol y otros tóxicos que cargan e intoxican el organismo tienen que estar totalmente excluidos de nuestra vida tanto en la prevención como en el tratamiento de cualquier enfermedad, y especialmente en los enfermos de cáncer.

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No pierdas horas de sueño

Un sueño de calidad es fundamental para mantener el sistema inmunitario en buen estado y favorecer la expresión de las vías de autorreparación del cuerpo.

Si tenemos el sueño alterado podemos utilizar plantas medicinales como la valeriana o el tilo. Otra técnica es un baño de agua tibia antes de acostarnos.

 

Estilo de vida, alimentación y plantas medicinales en el tratamiento integrativo del cáncer de próstata

El cáncer de próstata es el tumor maligno más frecuente en los hombres de los países industrializados. Estudios hechos ya en autopsia demuestran que la mayoría de los mayores de 85 años tienen cáncer de próstata, aunque sea microscópico.

En muchos casos el cáncer no se detecta en vida porque el sistema inmunitario es capaz de mantener las células tumorales bajo control. Los estudios también prueban que el riesgo de padecerlo aumenta con la edad, aunque suele tener un comportamiento menos agresivo en la vejez.

Tales hallazgos refuerzan la necesidad de llevar una vida sana, potenciadora de un sistema de defensas fuerte.

La alimentación y el estilo de vida son esenciales en la prevención del cáncer de próstata. Además existen plantas medicinales que pueden ayudar especialmente en esa tarea.

La influencia de las hormonas

Se sabe que los andrógenos (hormonas masculinas) son cruciales para el desarrollo del tumor en la próstata y en posibles metástasis posteriores en otras partes del cuerpo. El rol de los estrógenos (hormonas femeninas), sin embargo, no está del todo claro.

El tratamiento convencional, en todo caso, suele ir dirigido a la extirpación local del tumor si no está extendido, lo que se complementa cuando se necesita con radioterapia, terapia hormonal estrogénica o quimioterapia.

Tratamiento natural complementario

En hombres muy mayores o con una salud muy deteriorada, se suele evitar la cirugía y la quimioterapia y solo con hormonoterapia y radioterapia se puede conseguir un buen control del tumor.

Aunque muchas plantas y remedios naturales han demostrado tener una actividad inmunoestimulante, inmunoreguladora, antitumoral y antiinflamatoria –útil en la prevención, contención y tratamiento de soporte del cáncer–, nos hemos centrado en las que muestran una afinidad especial por el tejido prostático.

Estas plantas –de efectos secundarios escasos y en general poco importantes– pueden ayudar además a tolerar mejor los tratamientos convencionales y mejorar su efectividad.