La clave para lograr el positivo y disfrutar de un embarazo saludable es intentar dar vida tomando lo mejor de la vida.

Esa es la premisa de la que parte la nutricionista y naturópata Andrea Carucci en La cocina de la fertilidad (Libros Cúpula), que propone sencillos cambios en la alimentación y el estilo de vida para mejorar las posibilidades de quedarse embarazada y de cuidar la salud del futuro bebé.

1. Tu despensa debe ser ecológica

La alimentación es el alimento de nuestras células. Es importante que optes por una alimentación orgánica y ecológica para mejorar tu fertilidad, y por tanto baja en toxinas, sin pesticidas ni herbicidas.

Con una forma más respetuosa de tratar la tierra se producen alimentos vegetales más ricos en nutrientes, que deben ser la base de la dieta. Los vegetales frescos de todos los colores (rojos, naranjas, amarillos, morados, verdes o blancos) te aportarán los principios activos necesarios, sean crudos o no.

Progresivamente notarás cómo sana el organismo, lo limpia de los químicos acumulados a través de cosméticos, detergentes, el aire u otros alimentos convencionales e introduce nutrientes esenciales.

2. Elimina de tu dieta lo que te daña

Muchos productos forman parte de tu dieta aunque no lo pretendas. Uno es el bisfenol A(BPA), catalogado en 2019 por el Tribunal General de la Unión Europea como "sustancia extremadamente preocupante" debido a sus "propiedades tóxicas" para la reproducción.

Este producto químico se encuentra en envases alimentarios de plástico y en los tickets de caja.

Pero además del bisfenol A y otros disruptores endocrinos, hay otras sustancias ocultas en tu dieta, como el gluten. Aparte de estar en cereales como el trigo, se usa como aditivo en productos que a priori no tendrían por qué llevarlo, como el tomate preparado.

Aunque no seas celiaco o intolerante al gluten, esta proteína puede promover la permeabilidad intestinal. Esto hace a nuestro intestino más vulnerable a los tóxicos que nos llegan, como el humo del tráfico, y de ahí que muchas personas intenten evitarlo.

3. Pon coto al estrés oxidativo

Se habla de estrés oxidativo cuando en las células de los tejidos se produce un desequilibrio entre sustancias oxidantes, antioxidantes y prooxidantes. Esto puede producirse por una deficiencia en los sistemas de detoxificación.

Por eso las dietas ricas en antioxidantes ayudan a mantener los radicales libres a raya.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que el alcohol, el café, el tabaco y los estimulantes reducen el nivel de antioxidantes y afectan a la reproducción. También hay que descartar conservantes, colorantes y edulcorantes como el aspartamo.

La contaminación ambiental, la industrial, la de nuestro hogar y las radiaciones electromagnéticas (de móviles, inalámbricos y wifi) favorecen asimismo el estrés oxidativo.

4. Que no te falten estos nutrientes

En general, cuantos menos nutrientes, menos capacidad de fertilidad, por lo que la variedad es básica. Pero al mismo tiempo recuerda que el estrés oxidativo reduce nuestra capacidad de conservar nutrientes y de detoxificar, y que los espermatozoides son muy sensibles al estrés oxidativo.

Por eso debemos asegurarnos tanto los antioxidantes necesarios para combatirlo como ciertos nutrientes que facilitan la concepción.

Entre los nutrientes que influyen en la fertilidad se encuentran:

  • Las vitaminas A, B6, B9, B12, C, E y D.
  • Minerales como el zinc, el cobre, el calcio, el yodo, el manganeso y el selenio. El selenio es un antioxidante crucial en el embarazo y que cuida la tiroides.
  • Los ácidos grasos esenciales omega.

También son fundamentales los alimentos con precursores del antioxidante glutatión (como cisteína, ácido glutámico y glicina). El glutatión lo conseguimos sobre todo con el ejercicio físico y muchos estudios lo relacionan con una mejora de la fertilidad.

La cúrcuma, la canela, el cardamomo y el comino aumentan los niveles del glutatión, así como los productos ricos en selenio, como las nueces de Brasil y el sésamo.

El cardo mariano (rico en silimaria) previene el agotamiento de glutatión en el hígado por los tóxicos y el estrés.

5. Cocina a la temperatura justa

Descarta microondas y fritos, y opta por el cocinado al vapor, la plancha o el horno, pero recuerda que las altas temperaturas de cocción reducen los nutrientes. En el horneado, la temperatura interior del alimento no debe superar los 65 ºC, lo que se consigue calentándolo a entre 180 ºC-190 ºC.

Las verduras lo mejor es comerlas crudas, o escaldadas si son muy fibrosas, pero también se pueden hacer al vapor, a la plancha o al horno. En La cocina de la fertilidad encontrarás un montón de recetas profertilidad, con explicaciones científicas y didácticas.

6. Muévete

La medicina tradicional china, la medicina integrativa y la medicina ayurvédica integran el ejercicio en su propuesta para buscar la salud plena, incluida la mejora de la fertilidad.

El yoga y el chi-kung ofrecen múltiples beneficios cardiovasculares y a su vez cognitivos. Reducen la ansiedad y aportan energía a nuestras células. Existen posturas de yoga especialmente indicadas para potenciar la fertilidad.

7. Reduce tu estrés

La meditación, el mindfulness o la psicología positiva son también herramientas esenciales para tranquilizar la mente, mejorando la sinergia con el cuerpo.

Y es que el estrés es un obstáculo para ser feliz y para la fertilidad. Cuando sufrimos estrés se liberan hormonas (adrenalina, noradrenalina y dopamina) que agotan los nutrientes del cuerpo y provocan disfunciones como el estrés oxidativo o una disminución del sistema inmunitario.