Si el cuerpo está tenso, el cerebro reacciona y devuelve un mensaje de alarma, que se manifiesta en forma de sensación de inquietud, palpitaciones, manos, dolor en el estómago, tensión en la nuca y otras molestias.

Desde un punto de vista evolutivo, estas reacciones fueron fundamentales para la supervivencia, ya que te ponen en alerta máxima en situaciones de miedo y estrés. Hoy en día, sin embargo, desencadenan un malestar interior permanente que va minando la salud.

Existen diferentes formas cotidianas de lidiar con el nerviosismo y las tensión interior para reducir su impacto en el organismo.

5 formas de lidiar con el nerviosismo

1. Da vida a los sentimientos positivos

Así como surgen los pensamientos negativos espontáneamente, también puedes generar voluntariamente pensamientos y sentimientos positivos. En situaciones en las que te sientas nervioso o ansioso, puede ser útil recordar momentos especiales o situaciones en las que te sentiste fuerte y bien.

Hay varios métodos que pueden ayudarte con esto:

  • La música influye en nuestro estado emocional y puede evocar ciertos recuerdos.
  • Mirar fotos, por ejemplo, de las vacaciones.
  • Imaginar lugares hermosos.

2. Relajación física con yoga y otras terapias

La relajación física es tan importante como la relajación mental. A veces, una caminata corta puede ayudar a aliviar la tensión. Si sufres de nerviosismo crónico, puedes probar uno de las siguientes formas de entrenamiento físico:

Estos métodos pueden ayudarte a relajarte a largo plazo y controlar mejor las nuevas oleadas de nerviosismo.

3. Busca la ayuda de las plantas medicinales

Las plantas medicinales también pueden ayudar a promover la calma mental. Alivian tus síntomas y te ayudan, por ejemplo, a conciliar el sueño. Destacan por sus propiedades tranquilizantesla pasiflora, la valeriana, la tila, el hipérico y la ortiga hedionda.

4. Relajación y meditación con afirmaciones

Si te sientes invadido por tus propios pensamientos negativos y por la ansiedad, o si tienes la sensación de que vas persiguiendo tus metas y no logras nada, los síntomas del nerviosismo se disparan.

Para volver a una situación de bienestar, es importante dejar que tu mente descanse y redirigir los pensamientos, en lugar de dejarse arrastrar por ellos. Si te sientes estresado y nervioso frente a desafíos concretos, una revisión de la realidad puede ayudarte: seguro que no es tan mala como crees.

Te puedes hacer preguntas como "¿realmente tengo que hacer esta tarea hoy?" o ​​"¿qué es lo peor que puede pasar si no lo hago?" Las circunstancias aparentemente desesperadas se pueden poner en perspectiva con serenidad y, de repente, ya no parecen tan aterradoras.

Otro medio de rescatarte de un estado nervioso es animarte tú mismo. Antes de tareas importantes o en situaciones cotidianas, siempre puedes recordar las frases "yo puedo" o "confío en mi fuerza interior". Puedes, incluso, decirlas en voz alta o puedes utilizarlas como mantras mientras meditas, al tiempo que te concentras en la respiración.

Si interiorizas estas creencias, pueden aumentar tu autoestima a largo plazo y reducir el nerviosismo. Por supuesto, el objetivo de las afirmaciones positivas no es ningún caso ocultar los conflictos internos, que siempre deben ser afrontado de una manera profunda, con terapia si es necesario.

5. Date un capricho

Trabajo, obligaciones en el hogar, conflictos familiares... muchos factores pueden ponerte nervioso. Es aún más importante no olvidarte de tí mismo y mimarte de vez en cuando. Piensa en cómo puedes hacerte feliz y tómate el tiempo necesario para ti. Estos podrían ser pequeños regalos para ti mismo:

  • Un baño relajante
  • Una tarde en el sofá leyendo tu libro favorito
  • Tiempo para cocinar tu plato favorito
  • Reunirte con amigos

Piensa en lo que te hace feliz y date un gusto, aunque sean solo cinco minutos al día. El hecho de esperar ese momento especial del día te puede ayudar cuando te sientas inquieta.

Nerviosismo crónico, consulta con tu médico

Si cada vez te resulta más difícil o tardas más en relajarte, debes aclarar las causas acudiendo a tu médico de cabecera.

En ocasiones, el nerviosismo también puede tener causas orgánicas y, por ejemplo, estar relacionado con un mal funcionamiento de la glándula tiroides. Si sospechas que puede ser el caso, no dudes en consultarlo con tu médico.