Las calabazas pertenecen al género Cucurbita (cucurbitáceas), que reúne unos 20 especies y más de 800 variedades que se cultivan actualmente en todo el mundo.

Una variedad muy específica se utiliza con fines medicinales. Se trata de la Cucurbita pepol L. convar. citrullinina var. styriaca. La pulpa de esta calabaza es insípida, pero sus semillas verdes de cáscara blanca poseen propiedades medicinales probadas sobre la vejiga y la próstata.

Esta variedad, obtenida después de 15 años de seleccionando y cruzando las plantas adecuadas, posee cantidades elevadas de una variedad de principios activos y nutrientes: arginina y otros aminoácidos, fitoesteroles (avenasterol, spinasterol, sitosterol y stigmasterol), terpenos, tocoferoles, carotenoides y minerales (especialmente zinc).

Principales indicaciones de las semillas de calabaza

En conjunto, la mezcla de compuestos presentes en las semillas las hacen eficaces en el tratamiento del agrandamiento benigno de próstata, la vejiga irritable y la eneuresis infantil.

Hiperplasia benigna de próstata

Para conseguir efectos terapéuticos se deben consumir de 10 a 15 g diarios de las semillas. Esta dosis puede disminuir la necesidad de orinar por la noche en caso de hiperplasia benigna de próstata. No produce efectos secundarios destacables y puede tomarse durante periodos prolongados.

En experimentos con animales, la semilla de calabaza fue capaz de reducir el tamaño de la próstata, pero no existen estudios que hayan probado esta propiedad en hombres.

Aunque mejoren su estado, hay que recordar que las personas con hiperplasia deben acudir a los controles médicos periódicos.

Eneuresis infantil

Para la eneuresis infantil se toman 3 cucharadas soperas de las semillas trituradas a lo largo del día, añadiéndolas a yogures, mueslis, ensadas o postres.

Inflamación de las articulaciones

En estudios realizados con animales, las semillas de calabaza han demostrado producir efectos antiinflamatorios y antioxidantes. Estas propiedades podrían ser interesantes en el tratamiento nutricional y complementario de trastornos como al artritis reumatoide.

En la medicina tradicional europea, las semillas de calabaza se utilizaban como diurético (para favorecer la eliminación de líquidos) y antihelmíntico (para combatir los parásitos intestinales).