El término rinitis indica una inflamación de la mucosa que tapiza el interior de la nariz.

En el caso de la rinitis alérgica, la inflamación está causada por una reacción de hipersensibilidad del sistema inmunitario ante determinados alérgenos presentes en el aire: polen, moho, vapores de productos químicos o caspa de animales, por ejemplo.

Puede ser estacional, cuando aparece durante un periodo de tiempo (en primavera, por lo general), o perenne, si dura todo el año.

En este artículo te contamos  qué es la rinitis alérgica y cómo tratarla de forma natural. Una de las claves, como verás, es la alimentación. De ello puedes ver un resumen en este vídeo:

Síntomas de la rinitis alérgica

Los síntomas que caracterizan a la rinitis alérgica son bien conocidos: prurito nasal, rinorrea con eliminación de mucosidades, estornudos y sensación de dificultad del paso del aire a través de las fosas nasales.

Como es frecuente que en las rinitis aparezcan picor de ojos y lagrimeo, a veces se habla en medicina de "rinoconjuntivitis alérgica", una inflamación crónica de las mucosas nasal y conjuntiva que a menudo se acompaña de otros síntomas, como cefalea, cansancio, irritabilidad e insomnio.

Incidencia de alergias entre la población

La incidencia de la rinoconjuntivitis alérgica en los países de la Unión Europea se sitúa en tomo al 10-20% de la población y resulta significativamente mayor en las áreas urbanas que en las rurales. También se evidencia un drástico aumento en los últimos 25 años.

Aunque oficialmente parecen desconocerse las causas de tal incremento, la contaminación ambiental y el desarrollo urbano son factores que claramente contribuyen a que aparezcan con mayor frecuencia.

Por otra parte, el incremento de las alergias parece relacionarse con la contaminación ambiental (química y electromagnética), la alimentación industrializada, el abuso de fármacos y vacunas, así como el estrés psicofísico.

Todo ello hace que el sistema defensivo se encuentre alterado. Por eso reacciona a veces exageradamente frente a estímulos naturales (humedad, polvo, alimentos) que en principio no tendrían que disparar la alarma de la alergia.

¿Por qué hay tantos niños con alergias? ¿Cómo protegerlos?

La rinitis alérgica puede iniciarse a cualquier edad, pero en la mayor parte de los casos se presenta en niños, adolescentes y adultos jóvenes.

Es muy común entre los niños. Se calcula que uno de cada cinco niños presentará síntomas de alergia entre los 2 y 3 años, hasta el 40% lo padecerá cuando tenga 6 años y el 30% seguirá con ese problema durante la adolescencia.

Cabe preguntarse acerca de los motivos de esta alta incidencia entre la población infantil. En los últimos años numerosos estudios parecen indicar dos factores principales: la herencia materna alérgica y la administración reiterada de antibióticos en edad temprana. El uso exagerado de estos fármacos impediría madurar el sistema inmunitario del niño.

Por este motivo, se aconseja utilizar durante la infancia el potencial inmunoestimulante de la homeopatía y los probióticos restauradores de la flora intestinal, que aumentan las defensas del organismo.

Durante la temporada de polinización los niños con rinitis alérgica estacional deberían mantener cerradas las ventanas del dormitorio, o del coche si viajan. Son preferibles las vacaciones en lugares libres de polen, como playas.

Los niños con rinitis alérgica permanente deberían evitar el contacto con mascotas y utilizar forros de cobertura en almohadas y colchones. Sus casas deberían limpiarse con frecuencia y en profundidad y sus sábanas, lavarse con agua caliente.

Evitar y frenar la reacción alérgica

En un 75% de los casos los síntomas de rinitis alérgica coinciden con la polinización y el 25% restante tiene su origen en la sensibilización a alérgenos domésticos o del ambiente laboral.

Cuando se conoce cuál es el alérgeno que provoca la reacción, lo mejor es evitarlo o exponerse menos a él. Si, por ejemplo, una persona es alérgica al polvo del hogar, puede eliminar las alfombras y cortinas, que lo acumulan, así como limpiar las habitaciones con un paño húmedo y con bastante frecuencia.

Dado que algunos alérgenos no pueden evitarse, en especial los que transporta el aire, existen fármacos que bloquean la respuesta alérgica y alivian los síntomas.

Son habituales, en este sentido, los antihistamínicos, que mejoran el cuadro (estornudos, picor, secreción nasal, no la congestión) pero suelen tener algunos efectos indeseados: somnolencia, sequedad de boca, mareo o estreñimiento.

También se usan los descongestionantes (efedrina, pseudoefedrina), que constriñen los vasos de la mucosa de la nariz.

Asimismo, los corticoesteroides por vía nasal ejercen un efecto descongestivo y frenan el picor y la secreción nasal, pero no conviene utilizarlos prolongadamente (en tal caso se deberían llevar a cabo exámenes periódicos de la nariz).

Tratamiento natural contra la rinitis

Los tratamientos farmacológicos habituales tienen su razón de ser, especialmente cuando la persona ve muy afectada su calidad de vida, pero se ocupan únicamente de los síntomas y no de las causas del problema.

Por su parte, las llamadas terapias naturales no combaten tan drásticamente los síntomas de la rinitis, aunque también buscan su alivio, sino que intentan mejorar la capacidad adaptativa del organismo. Porque es un hecho que, ante determinados alérgenos potenciales, unas personas reaccionan y otras no.

De manera que resulta de interés contar con la ayuda de la fitoterapia, oligoterapia, homeopatía o medicina tradicional china. Esta última, por ejemplo, sostiene que la salud se basa en el correcto flujo energético a través de los meridianos. No es extraño que un bloqueo en alguno de ellos pueda manifestarse en forma de rinitis.

Las terapias naturales no combaten drásticamente los síntomas, aunque también buscan su alivio, sino que mejoran la capacidad adaptativa del organismo.

La dieta que ayuda a las personas alérgicas

Una dieta sana y de tendencia vegetariana parece ser la más indicada en casos de alergias.

Es conveniente aumentar el consumo de fruta y verdura. Se ha comprobado que los vegetales ricos en vitaminas C, B, E y bioflavonoides (pigmentos que dan color a los vegetales) contribuyen a prevenir las alergias.

Asimismo, es recomendable incluir ajos y cebollas en la alimentación debido a que contienen un poderoso flavonoide, la quercitina, que ayuda a disminuir las reacciones alérgicas.

Mención especial merecen los probióticos, que se usan para restablecer el equilibrio de la flora intestinal, por ejemplo tras el uso de antibióticos. Pero además, numerosos estudios indican su influencia positiva en el sistema inmunitario.

En este sentido, un estudio italiano (publicado en el 2007 en la revista Pediatric Research) sobre 187 niños entre 2 y 5 años que padecían rinitis alérgica, asma o ambos problemas a la vez, indica quelos que recibieron leche enriquecida con probióticos vieron significativamente reducida la severidad de los síntomas de su rinitis frente a los que bebieron leche normal.

Es sabido que la flora intestinal bien desarrollada estimula la maduración del tejido linfoide del intestino. Si no es así, la inmadurez de la barrera intestinal puede llevar a una aberrante transferencia de antígenos, lo que explicaría la tendencia -especialmente en los niños- a respuestas alérgicas.

Conviene evitar la leche de vaca, pues debido a la homogeneización de sus grasas se crean partículas ínfimas capaces de atravesar la pared intestinal sin sufrir los necesarios procesos enzimáticos, lo que provocaría síntomas en la mucosa respiratoria.

Otros alimentos que deberían evitarse o reducirse serían las grasas hidrogenadas (margarina), el chocolate, el azúcar y los productos que lleven polen en su composición (miel, jalea real y el propio polen). Igualmente el tabaco y las bebidas alcohólicas.

Grosellero negro y manganeso para las alergias

La yemoterapia es una rama de la fitoterapia que utiliza los brotes o yemas de las plantas. Uno de sus remedios destaca por su suave acción antihistamínica, sin efectos secundarios: se trata del grosellero negro.

El remedio se prepara a la primera dilución decimal homeopática: Ribes nigrum 1 DH, MG (macerado glicerinado). La dosificación, a modo preventivo durante la época de polinización, para una persona adulta (en niños se disminuye proporcionalmente) es de 50 gotas al día, 3 semanas al mes, de 1 a 3 meses.

Frente a la rinitis alérgica, se complementa bien con el oligoelemento manganeso, a razón de una ampollita (hay que dejar 1 minuto en la boca antes de tragar), de tres a seis veces por semana, también de 1 a 3 meses.

Regular la respuesta alérgica con homeopatía

Desde el punto de vista homeopático, el alérgeno es solo el factor desencadenante, por lo que en vez de tratar únicamente los síntomas de la alergia, es preferible regular el sistema inmunitario.

Con este objetivo, la homeopatía clásica o unicista se caracteriza por la búsqueda del llamado "remedio constitucional" específico del cuadro psicofísico de cada persona. Se consideran tres grandes constituciones típicas:

  • Fosfórico. Es longilíneo, sensible, emotivo, comunicativo, se agota fácilmente. Tendrá con mayor facilidad rinitis estacionales, estornudos o asma. El remedio constitucional: Calcarea phosphorica.
  • Carbónico. Robusto, comedor con tendencia al sobrepeso, pues le gustan los dulces y las grasas. Suele tener un hígado sensible y amígdalas hipertróficas. Es de reacciones lentas y tiene tendencia a sufrir afecciones de la piel. Su remedio: Calcarea carbonica.
  • Fluórico. Los síntomas acostumbran a ser cambiantes y aparecen de manera repentina. Presentan facilidad para las alergias cruzadas. Su remedio constitucional: Calcarea fluorica.

En las crisis agudas se usan potencias relativamente bajas (5, 7, 9 o 15 CH) repetidas con cierta frecuencia a lo largo del día o la semana; mientras que en los tratamientos de fondo la potencia de los remedios homeopáticos es más elevada (30 CH, 200 K, 1000 K) y las dosis, más espaciadas en el tiempo.

Remedios homeopáticos para las crisis alérgicas

Cuando la rinitis alérgica se desata, la homeopatía ofrece una primera ayuda para aliviar y superar esos momentos críticos. Después habrá que abordar las causas profundas que llevan al desequilibrio inmunitario.

Al principio, sea cual sea el tipo de reacción alérgica, pueden tomarse algunas dosis de Histaminum 9CH, que disminuye la producción de histamina, sustancia bioquímica responsable de parte de esta sintomatología.

Luego se buscará el remedio que corresponda a los síntomas y características de la persona. Algunos de los principales frente a la rinitis son:

  • Allium cepa. La cebolla común, preparada homeopáticamente, es un remedio adecuado en casos de descarga nasal abundante, acuosa, que irrita las fosas nasales y que empeora en una habitación cerrada. Se acompaña de lagrimeo y ojos enrojecidos con fotofobia. También de escozor en la nariz y estornudos violentos.
  • Arsenicum album. Lagrimeo y descarga nasal con predominio del lado derecho. Estornudos frecuentes y violentos. Los síntomas empeoran tras la medianoche, con inquietud al no poder respirar bien. Personas frioleras que mejoran con calor. Suelen tener mucha sed pero beben a pequeños sorbos.
  • Nux vomica. Personas fácilmente irritables, impacientes. Descarga nasal fluida durante el día y nariz tapada por la noche. Empeora después de comer o en una habitación caldeada. Puede estornudar con frecuencia. A menudo los síntomas comienzan tras una comida copiosa, después de cortarse el cabello o por frío húmedo. También por sentirse agraviado o contrariado.
  • Pulsatilla. Descarga nasal durante el día y congestión por la noche. En eso se parece a Nux vomica pero el carácter es muy distinto: personas amables y emotivas que buscan atención y simpatía. Los síntomas empeoran en ambientes cerrados y calurosos. Las secreciones son espesas, verdosoamarillentas y no irritan la nariz. No suelen tener sed.