Claudia Dura estudia Derecho y tiene 23 años. En la universidad empezó a sufrir fuertes migrañas que se acentuaban en época de exámenes. A menudo se tenía que encerrar a oscuras en casa porque no soportaba la luz y había llegado incluso a vomitar.

Acudió a médicos alopáticos y probó varios fármacos que solo le procuraban alivio momentáneo. Un día unas amigas le hablaron del ayurveda y pensó que "no perdía nada" probándolo.

Ayurveda: qué es y en qué se basa

Ayurveda significa en sánscrito "ciencia de la vida" y es el nombre con que se conoce la medicina tradicional de la India, cuyo principal objetivo es el mantenimiento de la salud.

Para el ayurveda, la enfermedad no surge por un defecto del organismo o una agresión externa sino por un desequilibrio entre el cuerpo, la mente, la conciencia y el entorno.

El ser humano forma parte de la naturaleza y todo lo que existe en ella existe también en él en proporción armónica, pero el tiempo y los malos hábitos pueden alterar esa armonía y provocar problemas de salud.

Mediante la dieta, fitoterapia, masajes, yoga, meditación y consejos sobre múltiples aspectos de la vida, el ayurveda intenta restablecer el equilibrio y promover el bienestar físico y mental tomando de la naturaleza lo que el cuerpo necesita.

Tratamiento individualizado contra la migraña

Marta Bort se inició en ayurveda hace unos años en Barcelona. Lo primero que hizo cuando Claudia le expuso su problema fue preguntarle por su historial médico, su forma de ser y de vivir.

Para el ayurveda cada persona posee una constitución que define su personalidad desde que nace y que la hace más o menos propensa a ciertos desequilibrios.

Esa constitución depende de los tres humores o fuerzas que rigen la naturaleza y que, por lo tanto, gobiernan el funcionamiento del cuerpo y de la mente:vata, pitta y hapha. Estas fuerzas se llaman doshasy derivan de los cinco elementos que componen el universo: aire, tierra, fuego, agua y éter.

Esto puede parecer abstracto, pero biológicamente hablando vata (aire) representa el metabolismo (la fuerza que mueve); pitta (fuego), el catabolismo (la que transforma); y hapha (agua), el anabolismo (la que une).

Su proporción en la persona marca su constitución o tridosha, un instrumento esencial en la práctica ayurvédica, pues conociéndola se puede ver qué dosha está alterado y orientar sobre el estilo de vida, el tratamiento y los remedios más convenientes.

"Claudia es hapha-pitta", comenta Marta. "Físicamente tiene rasgos hapha: su piel es muy clara, el pelo tupido, los ojos grandes... Además tiene mucha memoria. Y es lenta, en sus movimientos, en sus decisiones..."

En la migraña, como en el insomnio, puede haber una alteración de vata, un exceso de movimiento, pero también de pitta, un componente hormonal. Vivir desconectado del entorno puede influir.

"En ayurveda se mira el equilibrio entre el organismo y el entorno. Esta sociedad no suele prestar atención a lo que ocurre fuera, a las estaciones, por ejemplo. Se ve en la alimentación, el ritmo de vida...", apunta la terapeuta.

Claudia, además de migrañas, tenía digestiones lentas y dificultad para levantarse.

Había que bajarle el vata, calmar el sistema nervioso, y reforzar las digestiones, subir el pitta. La dieta, los masajes e infusiones que produjeran ese doble efecto, como el jengibre, fueron claves para lograrlo.

"Durante quince días seguí una dieta vegetariana estricta, con muchas infusiones y sin lácteos", recuerda Claudia, que arrastraba una "resaca de migraña" tras unos exámenes de septiembre. "Fue duro, pero enseguida me encontré mejor."

"Es importante empezar con una dieta depurativa e incluir hábitos que ayuden a limpiar, como lavarse los dientes y la lengua nada más levantarse. Muchos desequilibrios se deben a un acúmulo de toxinas", explica Marta.

Los masajes con aceites de plantas y especias son el método curativo y depurativo por excelencia de la medicina ayurvédica.

En esos quince días Claudia recibió además tres masajes diarios con aceite indicados para la migraña.

  • Primero shirobhyanga, sobre varios puntos de la cabeza.
  • Luego harnapooran, en el que se llenan los oídos de aceite mientras se masajea la zona del cuello. "El aceite nutre el conducto auditivo, que se seca con la edad, y relaja la mandíbula y la cara."
  • Y finalmente, shirodhara, en el que se deja caer un hilo de aceite tibio sobre la frente un buen rato para "reequilibrar el vata".

Unas gotas de aceite terapéutico inhaladas de noche por la nariz, para limpiar los senos craneales, completaron el tratamiento.

Evitar la migraña: prevenir antes de que aparezca

Con el tiempo la dieta se fue relajando, dejando fuera los lácteos, y los masajes se fueron espaciando. "Ahora vengo poco, una vez al mes, o cuando se acercan exámenes."

Además de desaparecer las migrañas, Claudia dejó de tener retención de líquidos con las reglas, nota más los sabores, se siente el pelo más suave y se concentra mejor.

La prevención es básica en ayurveda. Por eso promueve la observación atenta de cuanto nos pasa y sucede alrededor.

"Cuando se acercan épocas en las que me sé más vulnerable, presto más atención a lo que como, me doy masajes y me pongo las gotas en la nariz...", cuenta Claudia. "Yo misma estoy sorprendida: hace ya un año que no he tenido ningún ataque." Desde que empezó el tratamiento no ha pasado ni un año y medio.