• "Cuando me viene el zumbido, es como si metiera la cabeza dentro del mar: te oprime el oído, oyes pero sin nitidez, los ruidos se amplifican y hay un murmullo constante".
  • "El ruido es como si estuviera friendo huevos en una sartén sin llegar a freírlos nunca".
  • "A veces prefiero tomármelo con calma, y me imagino tumbado bajo un árbol en verano, envuelto por el canto incesante de las cigarras. Pero llega un momento en que me vuelvo loco y me arrancaría la cabeza".
  • "Lo peor es la noche. Cuando por fin me dispongo a desconectar y a descansar, es cuando me vienen las oleadas de ruidos inundándome la cabeza. Llevo todo el día deseando el silencio de la noche y cuando lo tengo es cuando peor me encuentro…".

Estas son algunas de las muchas y variadas descripciones que dan las personas que sufren el tinnitus.

Tras pruebas y más pruebas, algunos otorrinos dicen que se ha secado el nervio auditivo, otros que la irrigación sanguínea no es buena, algunos que es por la edad y que no se puede hacer nada... o simplemente que habrá que aprender a convivir con él.

Las causas de los acúfenos

Pero la medicina tradicional china considera que los acúfenos expresan un desequilibrio energético interno. Subsanándolo se pueden remediar.

¿Con qué pueden estar relacionados los zumbidos de oídos?

Hígado o vesícula biliar

El hígado se encarga de mantener las vías –los meridianos– libres de paso, y cualquier disfunción de este órgano provocará un bloqueo.

En ese caso no podrán fluir libremente ni chi (energía) ni xue (sangre) y el cuerpo se quejará con, por ejemplo, irritabilidad, ya que el hígado es un órgano iracundo y sensible a los estímulos emocionales.

En China, cuando una persona se enfada a menudo decimos que tiene exceso de fuego de hígado. El fuego asciende, calienta, explota…

El exceso de grasas o alcohol es perjudicial para la salud, y quienes abusan de ellos suelen tener el vientre hinchado, la tensión arterial alta, la respiración agitada… Una cara roja es fruto de un exceso de acumulación que el cuerpo no es capaz de regular.

Eso embota los orificios puros –que sirven de antena para captar informaciones y mantener la comunicación–.

La vesícula es la pareja del hígado y su meridiano nace en los oídos.

Bazo o estómago

El bazo, que en Occidente se olvida e ignora, es en medicina china la base fundamental de la salud. Cierto que quien da la cara es su pareja, el estómago, pero este no puede funcionar bien si no recibe el chi del bazo, que gobierna su estado.

Pertenece al elemento tierra, es donde todo se transforma y el punto de partida del chi y xue puros en su recorrido por el cuerpo. Como elemento tierra, necesita agua, pero el exceso lo encharcará y su falta lo secará. Por lo tanto, mantener el buen equilibrio de agua (frío) y fuego (calor) es esencial para que el bazo/estómago funcione correctamente.

Un exceso de agua o fuego genera en el sistema digestivo una sustancia que llamamos tan (mucosidad o agua patológica), que se adhiere a los tejidos o meridianos impidiendo la fluidez de chi y xue. Esta sustancia pegajosa y densa cubre los orificios puros y los meridianos. Su estancamiento genera bloqueo del hígado y fuego en ese órgano.

Corazón o intestino delgado

En China, a una persona de buen corazón la llamamos xin (corazón) chang (intestino) hao (bueno).

El meridiano del intestino delgado converge en el oído llevando directamente el chi puro del corazón hacia él.

El corazón es el emperador de todos los órganos, su chi puro alimenta los sentidos y hace que cobren color y tono.

En el antiguo libro Yi Guan se lee: "El corazón se abre en la lengua, pero como la lengua no es un orificio se hospeda en el orificio del oído. Así el orificio del oído es gobernado por el riñón y tiene al corazón como huésped invitado".

Entre el riñón y el corazón existe ese equilibrio de agua y fuego, yin y yang, inferior y superior. Un balance sutil y muy necesario para que el pequeño universo funcione con todos sus sentidos y capacidades.

Riñón o vejiga

Para la medicina china, el oído es la ventana del riñón, donde reside la energía hereditaria. Al ser el oído el orificio externo del riñón, cuando se agota la fuente de vida es cuando el oído pierde audición y/o experimenta acúfenos. Es un síntoma de envejecimiento, que denota que el chi del riñón no nutre su sistema.

El chi de riñón forma el eje de la vida, desde el inicio hasta el final. El agua que fluye hasta su agotamiento forma el embrión, lo hace crecer, lo fortifica hasta envejecer y finalmente morir.

El desgaste del riñón se produce por exceso de trabajo físico prolongado, actividad intelectual, abuso de frecuencia sexual y enfermedades crónicas.

A lo largo de la vida, el riñón actúa como una caja fuerte donde se custodia el capital de la herencia, y todos los demás órganos, especialmente el bazo/estómago y el pulmón, hacen de jornaleros aportando el dinero necesario para el día a día.

Cuando hay una emergencia, o falta el ingreso diario, se saca del riñón, del fondo, y la caja fuerte es muy difícil de reponer una vez vaciada. Por eso debemos cuidar los hábitos diarios y procurar no abusar del chi del riñón.

La ayuda de la acupuntura

El tratamiento de acupuntura es capaz de mejorar los acúfenos regulando el flujo de chi y sangre, y poniendo orden en los meridianos para eliminar los bloqueos.

Como siempre, no se trata tan solo de aplicar las agujas y ya está, sino que hay que combinar el tratamiento con el cuidado y la atención alimentaria, un buen descanso, una actividad física que permita liberar el estrés y relajar los músculos, el interés cultural e intelectual necesario para enriquecerse interiormente y encontrar el punto de apoyo emocional.

Masajear las orejas para estimular todo el pabellón auricular favorece la irrigación y la nutrición de chi y sangre por todo el cuerpo.

Los orificios son las ventanas de los órganos internos, permiten ver lo que sucede en el interior del cuerpo. También son voces que nos gritan y luces que nos hacen destellos para llamar la atención hacia donde necesitamos cuidados y mimos.

Vivir con los cinco sentidos

En los libros antiguos de medicina china, los cinco sentidos se describen como el palacio de las purezas y la tranquilidad.

Los sentidos se encuentran en la parte más alta del cuerpo, precisamente donde se necesita la máxima atención de chi puro y ligero, pues de lo contrario no podría ascender. Esa pureza se encuentra con el corazón calmado.

La mayoría de gente sufre más zumbidos por la noche, porque la noche pertenece al riñón, el corazón ya se esconde en su seno después del esfuerzo de todo el día. Perdemos la calma y perdemos los sentidos forzando demasiado el corazón, el riñón y todo lo demás.

Así pasamos los días, sin ver, sin oler, sin escuchar, sin saborear y sin tacto. ¿Será tal vez el oído que llora por no escuchar?