Estamos en pleno invierno, hace frío, se pone el sol a media tarde y no me apetece salir de casa, mejor me quedo aquí sin hacer nada. ¿A quién no le ha invadido la tristeza alguna vez?
Si esto nos ocurre cada día, y además no hallamos sentido a lo que hacemos, posiblemente padecemos un trastorno afectivo estacional (TAE), más frecuente en mujeres que en hombres y en personas adultas jóvenes que en personas mayores o niños.
La oscuridad nos provoca tristeza y descontrol emocional
El invierno es la estación con más muertes de personas mayores que no aguantan el peso de la vida y la de mayor descontrol emocional, especialmente en personas sensibles, como las que padecen síndrome bipolar, aunque las que no tienen patología emocional alguna también pueden verse afectadas. De hecho, entre un 1 y un 10% de la población padece TAE.
La depresión invernal tiene que ver con el ritmo circadiano, el ritmo día/noche. La menor impresión de la luz en nuestras retinas, en la glándula pineal (o pituitaria), provoca una reducción de las hormonas melatonina y serotonina (la hormona de la "felicidad"), y puede inducir un ánimo depresivo.
- Melatonina. Es la hormona responsable de la pigmentación de la piel, pero también tiene muchas funciones como neurotransmisor cerebral y se ve afectada enormemente por las horas de luz solar y por nuestra exposición a la luz: si además de hacer menos sol, no salimos de casa, el problema se agrava.
- Serotonina. Es la segunda hormona implicada. Está considerada un neurotransmisor fundamental en la modulación del sistema nervioso humano, y sus niveles están claramente influenciados por los de la melatonina, y consecuentemente, con las horas de luz solar.
- Déficit de vitamina D. Todo ello puede llevar a un déficit de vitamina D, que también se ha relacionado con las dos hormonas o neurotransmisores anteriores. La suplementación con vitamina D no parece mejorar mucho el problema, aunque según las cifras actuales, más de la mitad de las personas tienen algún tipo de deficiencia.
En muchas ocasiones el aburrimiento o depresión estacional nos aboca a la despensa o a la nevera, y tenemos tendencia a superar esta falta de ánimo consumiendo chocolate u otros alimentos calóricos, ya que las calorías dan un "subidón" energético momentáneo; aunque son causa frecuente de sobrepeso y obesidad.
6 medios naturales para mejorar tu estado de ánimo
La tristeza estacional es un trastorno pasajero. Para prevenirlo a acelerar la recuperación podemos tomar las siguientes medidas:
- Infusión de escaramujo. La Rosa canina es estimulante. Para hacer una decocción de pericarpios, hierve 2-3 cucharaditas por taza 5 min y lo dejas reposar 10 min. Endulza con miel.
- Toma jalea real o polen. Toma jalea al inicio del invierno y luego repite cada 20 días. Toma el polen como un suplemente tonificante inespecífico, 2 cucharaditas diarias con el desayuno.
- Recurre al azafrán. Las hebras de Crocus sativus son discretamente relajantes y tienen una moderada acción antidepresiva. Utilízalas en la cocina y mejorarán tus síntomas emocionales.
- Prueba el hipérico. Como antidepresivo, solo es efectivo el extracto seco de Hypericum perforatum en forma de cápsulas. En ese caso, se recomiendan de dos a cuatro cápsulas al día.
- Esencial: luz solar. El mejor remedio: el sol. La forma más natural de evitar un déficit de vitamina D y aumentar los niveles de esta vitamina y mejorar el ánimo es, esencialmente, tomar el sol. En nuestro país, en general soleado, podemos acudir al ejercicio al aire libre diario o, al menos, los fines de semana, incluso en días no soleados, sobre todo si vivimos en una ciudad.
- Haz ejercicio físico. Aumenta los niveles de serotonina. Realízalo, si es posible con buenas vistas, o sea, al aire libre. Si tienes dolor, haz un ejercicio más moderado, pero no renuncies a tu dosis de salud en el exterior.