En la medicina convencional, la fibromialgia solo tiene un tratamiento sintomático con medicamentos que no están libres de efectos secundarios.

La medicina natural tiene otros objetivos. Los principales son regular la sensibilidad alterada del sistema nervioso y disminuir la percepción del dolor. En muchos casos también es necesario atender desequilibrios secundarios que aparecen como consecuencia de la fibromialgia.

En realidad, la medicina natural solo favorece que el cuerpo recupere el equilibrio por sí mismo. Para conseguirlo, los terapeutas naturales y complementarios recurren a tres estrategias básicas.

1. Vitamina D

Ante cualquier problema de salud es necesario asegurarse de que el organismo está obteniendo todos los nutrientes esenciales mediante una revisión experta de la alimentación.

En el caso de la fibromialgia, se ha descubierto que muchas personas afectadas sufren una deficiencia de vitamina D.

Se calcula que 15-20 minutos de exposición al sol puede generar (dependiendo de la estación, la latitud, el tipo de piel y la superficie expuesta) de 10.000 a 20.000 UI de vitamina D, una dosis suficiente.

El estilo de vida en espacios interiores hace que los niveles de vitamina D se hayan reducido drásticamente. La solución en la mayoría de los casos pasa por suplementar con vitamina D3 (colecalciferol).

Para alcanzar el nivel óptimo de 40-60 ng/mL de 25-hidroxi-vitamina D en sangre, de acuerdo con las recomendaciones del Vitamin D Council, se necesita una ingesta diaria de 70-80 UI/kg de peso. Un adulto de 70 kg requeriría una dosis de 5.200 UI/día.

2. Malato de magnesio

Las personas con fibromialgia a menudo se benefician de una dosis de magnesio, en forma de malato de magnesio, que ayuda a detoxificar el cuerpo y a disponer de más energía.

Este mineral actúa como un regulador del sistema nervioso y de la química cerebral. Junto con otros minerales y vitaminas, es indispensable para la formación de serotonina y melatonina.

Además, ayuda a mantener niveles óptimos de GABA, un neurotransmisor que promueve la relajación y el descanso.

3. Calcio, hierro y otros minerales

Otros minerales como el calcio, el hierro y el manganeso a menudo tampoco se encuentran en niveles suficientes en las personas que sufren fibromialgia, por lo que su suministro también se debe cuidar.

  • El calcio se encuentra, además de en el yogur, en las verduras, en los frutos secos y en las legumbres.
  • El hierro se halla en abundancia en las legumbres, en las semillas de sésamo, en las espinacas, en la levadura de cerveza, en los pistachos y en el mijo.
  • El manganeso se encuentra sobre todo en las avellanas, garbanzos, copos de avena, harina de espelta integral, almendras, cacao en polvo y arándanos.

4. Vitamina B12

Las vitaminas B y especialmente la vitamina B12 también merecen atención en la fibromialgia.

Las vitaminas B participan en el funcionamiento del sistema nervioso, por que no es sorprendente que una deficiencia a menudo se refleje en una facilidad para estresarse o a deprimirse.

Tomar un complejo de vitamina B es una buena idea en la fibromialgia. Este complejo debe incluir vitamina B12, pues su suplementación se ha relacionado con una mejoría de los pacientes.

Si se sigue una alimentación basada únicamente en plantas es necesario tomar un complemento de vitamina B12 (se recomienda una dosis semanal de 2.000 mcg de cianocobalamina).

5. Comer sano es muy útil

Además de proporcionar los nutrientes mencionados, la dieta en los pacientes de fibromialgia debe estar libre de azúcares añadidos, que a menudo empeoran los síntomas.

Sin embargo, cada fibromiálgico es diferente. Algunas personas se sienten mejor si consumen la menor cantidad de fructosa posible, otras al reducir el consumo de productos integrales y otras si evitan el trigo.

Se deben seguir las pautas básicas de una dieta saludable, tales como: evitar las comidas ultraprocesadas, elegir alimentos naturales de calidad, con abundancia de verduras y frutas frescas y cocinar sin grasas, preferentemente al vapor.

6. Dieta sin gluten

El gluten puede causar síntomas que se asemejan a la fibromialgia en algunas personas. Por lo tanto, puede valer la pena probar a comer sin gluten durante un periodo de uno a tres meses.

Esto a menudo conduce a una mejora, aunque solo sea porque el gluten puede inflamar el intestino, que suele verse afectado en los pacientes con fibromialgia.

7. Evitar el glutamato y el aspartamo

Los dos aditivos alimentarios glutamato y aspartamo no son de ninguna manera inofensivos en la fibromialgia.

En un estudio realizado por la Oregon Health & Science University, de Portland (Estados Unidos) participaron 65 pacientes con fibromialgia que tenían síntomas de intestino irritable al mismo tiempo. Evitaron el glutamato y el aspartamo durante cuatro semanas y de los 37 participantes que siguieron consistentemente esta dieta, el 84 % informó que más del 30 % de sus síntomas habían desaparecido.

El glutamato se halla en muchos snacks tipo patata chip y en comidas preparadas ultraprocesadas. Se pueden reconocer en la lista de ingredientes porque el número E comienza con un 6, como el 621 del glutamato monosódico.

8. Reducir el umbral de estímulo

Las personas con fibromialgia pueden trabajar conscientemente con su sensibilidad, intentando a adaptarse gradualmente a las cosa que les irritan.

Para ello pueden experimentar con el agua fría, tibia y caliente y con masajes de distinta intensidad, por ejemplo.

Además les conviene aprender a relajarse. Pueden beneficiarse mucho de técnicas como la relajación progresiva, que consiste en relajar cada músculo desde los pies a la cabeza.