Después de una lesión, por ejemplo, al desgarrarse o inflamarse los tejidos insertados en el tobillo y el pie como sucede en el esguince de tobillo, el proceso de recuperación inmediata es importante para su evolución y total recuperación. ​Con el tiempo las articulaciones sufren un desgaste articular (de cartílagos) y óseo.

A partir del tercer mes con inflamación repetitiva las lesiones entran en un estado crónico y todas las inserciones musculares y ligamentosas de la región afectada empiezan a degenerar, apareciendo signos de tenosinovitis e incluso una degeneración articular.

Entre quienes practican fútbol la lesión más frecuente es el esguince de ligamentos laterales del tobillo y la rodilla. Es frecuente que no se le dé a estas lesiones la importancia que revisten, y que quien las sufre siga habitualmente, a pesar de notar ligeros dolores y pérdidas de movilidad al girar el pie o la pierna.

Pero con el paso del tiempo, la lesión se va degenerando e inflamando toda la región del tobillo, creando rigidez en los tendones flexores y extensores del pie.

La inflamación y el dolor originan entonces un estado de inmovilidad que no ayuda a su evolución.

Tratamientos sintomáticos: tobilleras, plantillas o infiltraciones

En muchas ocasiones, estos episodios agudos se procuran resolver con infiltraciones. Pero estas, aunque pueden aliviar las molestias en su momento, no ofrecen una solución duradera. La cortisona resulta eficaz como antiinflamatorio pero no resuelve la posterior recuperación y disolución de los tejidos blandos.

Sucede lo mismo cuando el tratamiento se limita a la utilización de tobilleras o plantillas, que pueden favorecer el apoyo correcto, evitando los movimientos más dolorosos, pero no tratan el origen del dolor, que es la pérdida de flexibilidad.

Y así, con el tiempo vuelve el dolor, que puede ir empeorando a lo largo de los años.

Tratamiento en profundidad: el masaje fisioterapéutico de tejidos blandos y los ejercicios de recuperación

La terapia manual con el llamado masaje profundo "Ciriax" sí que ayuda a ganar flexibilidad de los tendones, ligamentos y músculos del pie y tobillo, y permite así conseguir reconstruir y liberar las posibles recidivas de tratamientos anteriores que han ido formando adherencias.

Como consecuencia se consigue descongestionar la articulación del tobillo para ganar movilidad y aliviar el dolor.

Es importante encontrar un buen fisioterapeuta o masajista especializado en la recuperación de estos tejidos blandos del pie y tobillo para conseguir ablandar los tejidos que han quedado endurecidos por las diferentes roturas fibrilares ocasionadas durante los periodos de recaída.

Asimismo, en procesos de inflamación el hielo es un buen aliado contra la congestión y el dolor: ayuda a disminuir la inflamación y activa la circulación por la acción vasoconstrictora del frío.

Por otra parte, los ejercicios rutinarios de recuperación resultan imprescindibles para ganar flexibilidad y movimiento.

Uno que se puede practicar diariamente consiste en trazar las letras del abecedario en el aire con el dedo gordo, sin apoyar el pie. Debe practicarse tres veces al día hasta conseguir el movimiento completo del tobillo.

Después de cada sesión, aplicarse hielo durante diez minutos previene la inflamación del tobillo.

Un tobillo o una muñeca inflamados por una torcedura o esguince requieren que demos descanso a la articulación y, si es grave, una visita al traumatólogo o al fisioterapeuta. Sin embargo, podemos ayudar a calmar el dolor y rebajar la inflamación con ayudas naturales como la aromaterapia.e

Aliviar un esguince con aceites esenciales

Por Antonia Jover

Algunos aceites esenciales poseen a la vez propiedades antiinflamatorias y antiálgicas, lo que los hace muy valiosos para aliviar el dolor y la inflamación en estos casos

Entre los más interesantes encontramos, por ejemplo, el aceite esencial de eucalipto azul (Eucalyptus citriodora), la siemprevivaamarilla (Helichrysum italicum) y la menta piperita (Mentha x piperita).

Qué necesitas

Te propongo una fórmula con estos aceites esenciales diluidos en un aceite esencial, con la que en cuestión de horas notarás mejoría. Para prepararla necesitarás simplemente:

  • 3 ml de aceite esencial de eucalipto azul
  • 1 ml de aceite esencia de siempreviva amarilla
  • 0,5 ml de aceite esencia de mentha piperita
  • 25,5 ml de aceite vegetal de árnica

Para calcular los mililitros de los aceites esenciales, ten en cuenta que 1 ml de aceite esencial equivale a 30 gotas.

Cómo preparar la mezcla

  1. Pon la cantidad indicada de aceites esenciales y de aceite de árnica en un frasco gotero de 30 ml.
  2. Agita para que los aceites esenciales se diluyan correctamente.

Cómo aplicarla en la zona inflamada o dolorida

  1. Los dos primeros días, aplica 6 gotas en la zona afectada.
  2. Repite al cabo de 20 minutos.
  3. Aplica 3 veces más a lo largo del día.
  4. A partir del tercer día, aplica 6 gotas 4 veces por día.