El colon o intestino grueso irritable es un síndrome funcional, es decir una patología en la que se produce una alteración del funcionamiento intestinal pero no existe una lesión orgánica.

  • Síntomas del colon irritable. Los síntomas pueden ser leves o graves. Se manifiesta por diversas alteraciones digestivas. Los más frecuentes son dolor abdominal, gases, hinchazón, falta de apetito, diarrea o estreñimiento (o las dos cosas).
    (malestar y distensión abdominal, diarreas o estreñimiento, meteorismo...) y que expresa una respuesta inflamatoria o alérgica intestinal.
  • Causas del colon irritable. No son del todo conocidas. Puede estar inducido por la ingesta regular de medicamentos, como los antibióticos, los laxantes o los comprimidos de hierro. O bien puede deberse a la intolerancia a determinados alimentos, como los lácteos o los ricos en gluten. Además, esta reacción intestinal se suele asociar a una situación de ansiedad o estrés emocional.
  • Tratamiento del colon irritable. El tratamiento del síndrome de colon irritable debería centrarse en eliminar la respuesta inflamatoria o alérgica que existe en la base del proceso.

Tratamiento del colon irritable

El intestino irritable afecta afecta a una de cada diez personas en los países desarrollados y esta proporción aumenta entre las mujeres y entre los 20 y los 50 años.

El tratamiento convencional incluye fármacos para tratar los síntomas, como anticolinérgicos, antidepresivos y antibióticos. No existe una terapia farmacológica específica y curativa.

También se recomiendan cambios en la alimentación como evitar alimentos y bebidas que estimulen los intestinos (como la cafeína, el té o las bebidas de cola), comer raciones pequeñas y aumentar la ingesta de alimentos ricos en fibra.

  • En general, seguir una dieta vegetal con poco o ningún carbohidrato refinado favorece a un microbioma saludable y una regeneración de los tejidos digestivos. Una dieta adecuada reduce la inflamación intestinal y otros síntomas como la fatiga o la depresión, así como el riesgo de enfermedad cardiovascular.
  • Asimismo, determinados suplementos pueden ayudar a reducir los síntomas.

Dieta baja en FODMAPS y en gluten contra la inflamación intestinal

Además, cuando los síntomas se agudizan, se pueden probar dietas específicas, como la baja en FODMAPS (las siglas aluden a los azúcares dietéticos conocidos como oligosacáridos fermentables, disacáridos, monosacáridos y polioles, que pueden exacerbar los síntomas relacionados con el síndrome de intestino irritable).

Los productos ricos en FODMAPS alimentan ciertas bacterias digestivas que generan subproductos que causan dolor e hinchazón. A menudo, evitar o reducir estos alimentos ayuda a controlar los síntomas de inflamación, la diarrea y el estreñimiento.

Alimentos abundantes en FODMAPS son el trigo, la cebada, el centeno, la cebolla, el puerro, los espárragos, el ajo, la alcachofa, la remolacha, el hinojo, los guisantes, las endivias, las legumbres, los lácteos, las frutas, la miel, las setas, la coliflor, las golosinas...

Muchos de los alimentos que se limitan en la dieta baja en FODMAPS resultan muy saludables para la mayoría de las personas. Por eso se debe realizar durante un periodo corto y bajo control profesional, solo cuando los síntomas se exacerban, pues no existen estudios sobre su efecto beneficioso a largo plazo.

Una dieta baja o sin gluten también puede ayudar, aunque no se sea celiaco, porque el gluten puede actuar sobre la mucosa intestinal y alterar su función de barrera. Puede ser recomendable sobre todo en las personas afectadas con diarreas.

Lo mismo se puede decir de los productos lácteos. La dieta sin lácteos representa un alivio en muchos casos.

Colon irritable: alimentos que convienen y que no convienen

El tratamiento del síndrome de colon irritable debería centrarse en eliminar la respuesta inflamatoria o alérgica que existe en la base del proceso.

Para ello es recomendable suprimir temporalmente de la dieta el consumo de leche animal y derivados (como yogures, quesos, etc.), disminuir al máximo los alimentos con abundante gluten (trigo, cebada y centeno), reducir el consumo de carnes y salsas con fritos, y moderar el de las legumbres.

Además, se aconseja beber abundante líquido (entre uno y dos litros diarios, preferiblemente fuera de las comidas), a ser posible en forma de infusión de manzanilla(dos cucharadas soperas por litro de agua), porque ayuda a desinflamar la mucosa digestiva.

De entre las frutas, resultan especialmente recomendables las manzanas, las peras, los caquis o palosantos, los membrillos, las papayas, los dátiles, los plátanos, los arándanos y los aguacates.

La fibra soluble como la pectina de la manzana protege la mucosa intestinal.

La fibra rica en mucílagos de las algas también las hace recomendables.

Aunque en ocasiones se hacen advertencias o recomendaciones respecto a la alcachofa en caso de colon irritable, esta no tiene un especial efecto laxante.

Se trata de un alimento muy sano y recomendable, que ejerce un demostrado efecto protector sobre el hígado, y solo hay que evitar abusar de ella ya que puede producir un exceso de gases.

De entre los cereales, la avena, sobre todo en forma de copos hervidos o en papilla está muy indicada en el síndrome de colon irritable por los mucílagos que produce y por su capacidad nutritiva.

El maíz, preferentemente en forma de harina o copos, resulta también un buen alimento, además de estar exento de gluten. Lo mismo ocurre con el arroz.

Siguiendo estas pautas dietéticas comprobarás que a medida que se reduce la inflamación intestinal y se va normalizando la mucosa digestiva se van tolerando asimismo cada vez más alimentos.

Los suplementos más eficaces para el colon irritable

Psyllium

Para las personas con síndrome de intestino irritable y estreñimiento como síntoma predominante, un suplemento de fibra soluble (por ejemplo, los que contienen psyllium) puede ser útil. La fibra soluble, que se debe tomar con abundante agua, también se encuentra en alimentos como las habas, los aguacates, la avena y las ciruelas secas.

Este suplemento se debe tomar bajo control médico si se está siguiendo algún tratamiento con fármacos, pues puede influir sobre la absorción. En general basta con tomar el medicamento dos horas antes del suplemento rico en fibra.

Probióticos

Un revisión de estudios reciente, que reunían 1.800 pacientes participantes, demostró que los probióticos (suplementos de bacterias viables) reducen eficazmente el dolor y la gravedad de los síntomas en el síndrome de intestino irritable, sobre todo en los casos en que predomina la diarrea.

Sin embargo, dada la variedad de probióticos diferentes que se han estudiado, es difícil saber exactamente cuáles son los más útiles o cuál es la dosis más adecuada.

No obstante, según la Asociación Estadounidense de Gastroenterología, los probióticos más utilizados son Bifidobacterium infantis, Sacchromyces boulardii y Lactobacillus plantarum.

Por su parte, las doctoras Mª Luisa Morales y Dra. Francisca Agustín recomiendan, para el síndrome de intestino irritable, las cepas NFC01748, NFCM
y LC1 de Lactobacillus acidophillus, así como Lactobacillus casei, Lactobacillus plantarum y Bifidobacterium longum.

Aceite de menta

El aceite de menta posee la propiedad de relajar los músculos lisos del sistema gastrointestinal y puede ayudar a reducir el dolor abdominal asociado con el síndrome de intestino irritable.

Para reducir el potencial de acidez estomacal, se recomiendan las cápsulas con cubierta de liberación retardada (que suelen contener 0.2 ml de aceite de menta). La dosis para adultos es de una a dos cápsulas hasta tres veces por día.

Las dietas específicas, los suplementos y las técnicas de relajación y meditación son métodos seguros que también se pueden utilizar en combinación con los medicamentos, si estos resultaran necesarios por prescripción médica.