La uveítis es una inflamación del ojo afecta la capa media del tejido de la pared ocular (úvea), entre la retina y el esclerótica (el blanco del ojo). Los síntomas aparecen, empeoran rápidamente y puede extenderse a la parte más grande del ojo, el cuerpo vítreo. En España, afecta a más de 46.000 personas y se asocia con el 35% de los casos de ceguera.

Qué es la uveítis: los diferentes tipos

La uveítis puede afectar diferentes partes de la úvea. Si los siguientes tres tipos ocurren juntos, todo el ojo está inflamado y se hablará de una panuveítis.

1. Uveítis anterior

En el caso de la uveítis anterior, la inflamación ataca principalmente al iris y parcialmente al cuerpo ciliar.

Puede ser una inflamación aguda o un proceso gradual. La uvetitis anterior crónica es común, especilamente en niños.

2. Uveítis media

En la llamada uveítis media intermedia, las células inflamatorias responsables se encuentran principalmente en el cuerpo vítreo, entre el cuerpo ciliar y la coroides. Los profesionales médicos también hablan de vitritis.

3. Uveítis posterior

La uvetitis posterior afecta la coroides, por lo que también se conoce como coroiditis. La coroides suministra los nutrientes a la retina y las partes más internas del ojo. Esto significa que si la coroides se inflama, la retina también se puede ver afectada.

¿Es peligrosa la uveítis?

Sí, la uveítis es una infección ocular rara y peligrosa para la que se debe buscar inmeditamente atención médica. De lo contrario, puede haber consecuencias graves, incluida la ceguera.

Después de la degeneración macular, el glaucoma y la retinopatía diabética, la uveítis es la cuarta causa más común de ceguera.

Mujer con los ojos cerrados

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¿La uveítis se cura?

Con detección y tratamiento temprano, las posibilidades de recuperación del paciente son buenas. El primer tratamiento suele consistir en aplicar gotas antibióticas o de cortisona, junto con gotas que dilatan las pupilas (para evitar la cicatrización).

Los medicamentos están diseñados para combatir la inflamación y evitar una mayor propagación. Al comienzo de la infección, se recomiendan controles regulares por parte del oftalmólogo, aproximadamente cada 2 a 4 días. Además, regálate descanso y ralentiza tu día a día durante el tratamiento.

Es recomendable una dieta antiinflamatoria que consista principalmente en hortalizas, frutas, legumbres y granos integrales. Puede estar indicado tomar un producto antiinflamatorio natural que contenga jengibre, cúrcuma, té verde y otras plantas medicinales que moderan la inflamación asociada con enfermedades autoinmunes.

Un suplemento de vitaminas y minerales antioxidantes formulado para la salud ocular, que incluya luteína y zeaxantina, también sería una buena idea.

Causas de la uveítis

La inflamación en el ojo hace que el iris se pegue al cristalino. En consecuencia, no se puede drenar adecuadamente y aumentan la presión en el ojo y el riesgo de infección. Esta condición puede dañar gravemente el nervio óptico, entre otras cosas, y tener graves consecuencias a largo plazo.

Hongos, bacterias o virus suelen ser los responsables de la infección en el ojo, entre ellos el virus del herpes o los gérmenes responsables de la sífilis, la toxoplasmosis y la tuberculosis. Además, hay una variedad de enfermedades diferentes que pueden ser la causa de la uvetitis.

Estos incluyen, por ejemplo, enfermedades inflamatorias de las articulaciones (por ejemplo, artritis idiopática juvenil, artritis reumatoide), colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, y enfermedades sistémicas com la sarcoidosis.

Además, la uveítis es uno de los efectos secundarios más comunes de la enfermedad autoinmune de Bechterew: casi la mitad de todos los pacientes de Bechterew sufren uveítis al menos una vez en la vida.

La variedad de posibles cuadros clínicos puede presentar desafíos a los médicos. En algunos casos, no pueden encontrar la causa exacta de la enfermedad.

Síntomas de la uveítis

La inflamación de los ojos suele manifestarse alguno o varios de los siguientes síntomas:

  • Visión borrosa (los pacientes a menudo ven borroso, confuso o como a través de una cortina)
  • Visión de pequeños puntos negros, también llamados "moscas volantes"
  • Enrojecimiento de los ojos
  • Aumento de la sensibilidad a la luz
  • Dolor

Es importante que te tomes los síntomas en serio. Porque si no puedes ver bien, representas un peligro para ti y para los demás, por ejemplo, en el tráfico o al manejar maquinaria pesada.

Además, es posible que te estés quedando sin tiempo. Lo mejor es consultar con un oftalmólogo durante las primeras 24 horas. Los retrason en el diagnóstico y en el tratamiento aumentan el riesgo de complicaciones.