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El mundo gira a tu alrededor, pierdes el equilibrio, sudas, tienes náuseas, desaparece la audición, tu tez empalidece e incluso puedes llegar a sufrir un desmayo. Alguno o varios de estos síntomas son habituales cuando se sufre vértigo.

Hasta un 20% de las mujeres y hombres han sufrido vértigo o mareo en algún momento de la vida. Aunque los síntomas del vértigo y de los mareos son similares, hay que conocer las diferencias, pues el tratamiento no es el mismo.

¿Cómo distinguir entre vértigo y mareo?

El vértigo es un trastorno del equilibrio que provoca en la persona una sensación de movimiento, de giro de los objetos, sin que realmente exista. La causa del vértigo es una alteración del sistema vestibular que se aloja en el oído interno y cuyo centro neurológico está en el tronco del encéfalo.

El mareo es mucho más habitual. Se trata también de una alteración del equilibrio que provoca sensación de inestabilidad, desmayo inminente, sudoración fría y náuseas, pero no siempre está relacionado con el sistema vestibular.

Ambos aparecen súbitamente y pueden durar desde unos pocos segundos hasta varios días.

¿Qué tipos de vértigo existen?

El oído interno desempeña un papel importante en el vértigo, pero no es el único elemento a tener en cuenta. El sentido del equilibrio depende también de la visión, los músculos, las articulaciones y los huesos. Existen dos tipos de vértigo, según la causa:

  • Vértigo periférico. Es el más común y está causado por la afectación del laberinto (oído interno) y nervio vestibular (el que lleva la información del equilibrio desde el oído interno al cerebro). Suele ir asociado a una cierta pérdida de audición, acúfenos, taquicardia, presión y dolor de oído.
  • Vértigo central. Es debido a la alteración de los mecanismos neurológicos del propio sistema vestibular. El problema no está en el oído, sino en una determinada parte del cerebro. En estos casos es frecuente que aparezca inestabilidad al caminar, visión doble, problemas de deglución y cefalea intensa.

Causas de vértigo en mujeres y hombres

En el artículo "Mareo: importancia del diagnóstico diferencial" publicado en 2020 en la revista Medicina de Familia de SEMERGEN (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria), se apunta de la importancia de determinar el origen del mareo. Se trata de un síntoma inespecífico y frecuente, por lo que es preciso hacer un diagnóstico diferencial.

Los vértigos periféricos son los más frecuentes. El estudio "Dizziness and vertigo", publicado en la revista Primary Care en 2014, así lo confirma y explica las causas más comunes de este trastorno. Aunque los vértigos periféricos suelen ser benignos en comparación con los centrales, los síntomas son muy molestos y conocer su origen es fundamental para poder tratarlos.

Causas del vértigo periférico

El vértigo más común surge con los cambios de postura o movimientos de la cabeza. En este caso se le denomina vértigo posicional paroxístico benigno. Aparece al acostarnos, al levantarnos de la cama o al inclinarnos y suele durar unos pocos minutos.

Otro tipo de vértigo periférico es el derivado de la enfermedad de Ménière. No se conoce la causa exacta, pero suele ocurrir cuando la presión de líquido (endolinfa) en una parte del oído interno es demasiado alta. Afecta a un solo oído y se relaciona con infecciones de tipo vírico o bacteriano en la zona del oído medio. Es causa común de acúfenos y, a la larga, de sordera.

Una tercera causa, menos frecuente, es la inflamación del nervio vestibular. En este caso, el vértigo se acompaña de náuseas y vómitos, con tendencia a la caída hacia el lado de la lesión. No hay pérdida auditiva ni acúfenos, pero sí aparece un nistagmus espontáneo (movimiento ocular rápido) hacia el lado sano. La causa más frecuente es un proceso gripal, catarral o una sinusitis.

El vértigo periférico puede aparecer también como consecuencia del uso de determinados fármacos que son tóxicos para el oído, de un traumatismo craneoencefálico, de la presencia de un tumor que presione la zona, de la irritación o inflamación de una parte del oído interno o de situaciones que afecten al oído medio: otitis, cuerpos extraños, tapones de cera, etc.

Causas del vértigo central

Al contrario del vértigo periférico, los síntomas del vértigo central suelen ser de menor intensidad, aparecen y evolucionan de manera progresiva y la sensación de rotación es menor.

Las causas pueden ser diversas: una enfermedad cerebrovascular, ciertos tipos de migraña, esclerosis múltiple, epilepsia, infecciones o tumores en algunas áreas del cerebro, etc. Problemas en la visión o en las cervicales también pueden originarlo.

Causas de los mareos

Sufrir un mareo no es igual a tener vértigo. Algunos síntomas son similares, como tener náuseas, vómitos, debilidad, pérdida del equilibrio… pero cuando se tiene mareo el mundo no gira a tu alrededor.

Lo que experimentas es aturdimiento, inestabilidad, atontamiento y sensación de estar flotando en el aire e incluso de desmayo. Suele mejorar si te sientas o te acuestas.

Los mareos son mucho más habituales que el vértigo y se deben a múltiples causas:

  • Anemia. La falta de hierro puede provocar mareos, así como fatiga, debilidad y palidez.
  • Ansiedad. Ciertos trastornos de ansiedad causan confusión, inestabilidad y mareo.
  • Deshidratación. Las altas temperaturas y la baja ingesta de líquidos provocan hipertermia y deshidratación, lo que a su vez es causa de mareo.
  • Hipoglucemia. Un bajo nivel de glucosa en sangre también origina mareo. Puede ser consecuencia de un ayuno prolongado o aparecer en personas diabéticas que utilizan insulina.
  • Hipotensión. Un descenso brusco de la presión sistólica ocasiona un aturdimiento breve. Suele aparecer por un parón súbito cuando se está haciendo una actividad aeróbica, o por descompensaciones metabólicas.
  • Mala circulación sanguínea. Una disminución del volumen de sangre (accidentes isquémicos, arritmias…) puede provocar un flujo sanguíneo inadecuado hacia el cerebro o el oído interno.
  • Medicamentos. Los mareos pueden ser un efecto secundario de ciertos fármacos como los antidepresivos, ansiolíticos, hipotensores, etc.
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¿Qué es la cinetosis?

El mareo en los viajes o cinetosis es un síntoma frecuente que casi todo el mundo ha experimentado alguna vez. Provoca un síndrome característico: inicialmente aparece malestar general para, posteriormente, dar paso a una serie de alteraciones digestivas y neurológicas.

La persona que lo sufre empieza a tener síntomas como sentirse somnolienta, aparecen bostezos reiterados que preceden a un cuadro de náuseas, salivación, palidez, sudoración, vómitos cíclicos y sensación de desmayo.

El mareo surge como consecuencia de los movimientos de aceleración y desaceleración repetidos, curvas o balanceos, lo que provoca un "conflicto" en la información que los diversos sensores transmiten al cerebro.

Aunque cualquiera puede ser víctima de una crisis de este tipo, afecta especialmente a los niños. La razón es que tienen unos sentidos más sensibles que los adultos. Además, desde su limitada perspectiva, observan que todo lo que les rodea se mueve.

Elevar su posición 20 cm para que vean el horizonte a través de la ventana delantera del coche y, por tanto, que puedan mirar a un punto fijo, ayuda a mitigar el mareo.

¿Cómo aliviar el vértigo y los mareos?

Tanto si sufres episodios de vértigo como si se trata de un simple mareo, hay que buscar la causa para poder tratarlo adecuadamente.

Tomar algunas precauciones te puede ayudar a aliviar los síntomas.

  1. Acuéstate en cuanto aparezca el trastorno. Trata de no moverte. No intentes leer, mirar el móvil o realizar cualquier otra actividad.
  2. Procura buscar un ambiente relajado, sin luces intensas, y realiza inspiraciones profundas. Controlar la ansiedad es importante para que los síntomas no se agraven.
  3. Ten precaución al caminar. Las probabilidades de caída son altas durante un episodio de vértigo. Pide ayuda a un familiar o amigo si te has de desplazar.
  4. Evita los cambios bruscos de posición. Si te has de levantar de la cama, incorpórate y quédate unos minutos sentado al borde del colchón.
  5. Una vez remitan los síntomas, reanuda tu actividad poco a poco. No tengas prisa para volver a tu ritmo habitual.
  6. Si los episodios de vértigo postural se repiten con frecuencia, acude a un otorrino para que te haga un reposicionamiento canalicular. El vértigo aparece cuando unos pequeños cristales de carbonato de calcio –denominados canalitos u otoconios– que están en el oído interno se sueltan y caen en los canales semicirculares. El procedimiento de reposicionamiento ayuda a desplazar estas partículas a otra parte del oído (vestíbulo) para que no causen problemas y se reabsorban más fácilmente.

¿Qué tomar para el vértigo?

La fitoterapia y la homeopatía ofrecen tratamientos muy efectivos para tratar tanto los vértigos como los mareos.

  • Ginkgo biloba. El ginkgo biloba estimula la circulación sanguínea, especialmente la cerebral. Se ha comprobado que un 47% de las personas que lo toman se recuperan de los síntomas del vértigo después de tres meses de tratamiento. Es incompatible con medicación anticoagulante. Dosis: 120 a 240 mg diarios.
  • Jengibre. La raíz de jengibre ayuda a aliviar las náuseas asociadas al vértigo. Se puede tomar en forma de infusión con jengibre fresco rallado y manzanilla. También es útil masticar un trozo de raíz cruda o bien tomarlo en forma de tintura (10 gotas en medio vaso de agua, dos o tres veces al día).
  • Tanacetum. Alivia el mareo derivado de la migraña y ayuda en caso de acúfenos, náuseas y vómitos. Se suele recomendar una dosis de 60 a 180 mg diarios de extracto seco 10:1 de la planta.
  • Cocculus indicus. Este remedio homeopático está indicado cuando aparecen náuseas y vómitos con mareo y temblor de rodillas, y cuando estos síntomas se agravan con la velocidad, las olas, los olores fuertes y el aire frío, pero mejoran con el calor. A modo preventivo, se pueden tomar dos gránulos a la 30 CH minutos antes de embarcar o subir a un coche.
  • Tabacum. Otro remedio homeopático que combate los síntomas en su fase inicial: palidez, sudores, palpitaciones y sensación de desfallecimiento. La persona mejora estando al aire libre y empeora con el calor. Se tomarán dos gránulos cada 30 minutos hasta que aparezca mejoría.

Referencias científicas

  • Ramírez Parrondo, R. Mareo: importancia del diagnóstico diferencial. Medicina de Familia – SEMERGEN. 2020, Enero-Febrero; 46 (1): e5-e6.
  • Wipperman J. Dizziness and vertigo. Prim Care. 2014 Mar; 41(1): 115-31.