El estrés durante la infancia puede ser una de las causas del síndrome de colon irritable. En concreto, el estrés por separación de la madre parece ser especialmente decisivo.
En un experimento con ratones, realizado por investigadores de la Universidad Baptista de Hong Kong, se comprobó que la separación de la cría le provocaba un incremento del 30% en el denominado "factor de crecimiento nervioso".
Este crecimiento anormal provoca una proliferación del número de células madre intestinales y de enterocromafines, un tipo de célula neuroendocrina que se halla en las paredes del estómago (ambas pueden aumentar un 50%). Por este mecanismo el estrés durante la infancia puede dejar huellas para toda la vida.
Mayor sensibilidad a la serotonina intestinal
El elevado número de células enterocromafines producen una cantidad superior a la normal del neurotransmisor serotonina, que en el intestino tiene un efecto distinto de la serotonina que se vierte en el cerebro. De la serotonina intestinal se sabe que en altas cantidades provoca los síntomas de colon irritable y aumenta la sensibilidad al dolor intestinal.
En los pacientes con colon irritable, los mismos gases que en otras personas provocan una leve molestia o ninguna, en ellos ocasionan un dolor prácticamente insoportable. Por esta razón a menudo se les recetan dosis bajas de antidepresivos tricíclicos que disminuyen la sensibilidad al dolor.
Los investigadores han podido comprobar en estudios con personas que existe esta relación entre síntomas digestivos, incremento del factor de crecimiento y serotonina. Sin embargo, aún no han podido establecer una relación de causa y efecto.
Otras causas: infecciones y sensibilidad al gluten
Las infecciones también pueden causar colon irritable. En el 30% de los pacientes se pueden apreciar inflamaciones microscópicas en la mucosa intestinal que aparecen como consecuencia de infecciones gastrointestinales, como la salmonelosis y otras. En estos casos los médicos hablan de un "intestino irritable post infeccioso".
Otra causa es la sensibilidad no celiaca al gluten. Este podría ser el origen del trastorno en el 20% de los casos.