¿Sabes cuál es tu edad biológica? No es la que figura en tu documento de identidad: esa es simplemente tu edad cronológica. Los científicos hablan de edad biológica para referirse a cuánto está envejeciendo tu organismo, es decir, para designar hasta qué punto se están produciendo cambios internos que indican envejecimiento.  Así, los años cumplidos indican el tiempo que has estado en el mundo, mientras que los años biológicos revelan si estás envejeciendo de manera saludable.

Algunas personas, según su estado de salud, tienen una edad biológica inferior a su edad real, mientras que otras disfrutan de una "juventud biológica".Así, volviendo a la pregunta al inicio de este artículo, aunque no se puede calcular exactamente cuántos "años biológicos" tienes, sí se puede evaluar en cierta medida el grado de deterioro de las diversas funciones corporales y mentales de tu cuerpo. 

cómo calcular la  edad  biológica 

No existen fórmulas ni pruebas médicas que puedan determinar la edad biológica de una persona. Sin embargo, es posible evaluarlo analizando detalles simples. Existen indicadores del envejecimiento conocidos como biomarcadores que proporcionan información útil sobre cómo está envejeciendo tu organismo y qué capacidad tiene de repararse a sí mismo. Estos biomarcadores se obtienen mediante el análisis de la predisposición a ciertas enfermedades, los hábitos de vida y la evaluación del estado de salud general.

La clave para que tu edad biológica no supere a tu edad cronológica y no aparentes más años de los que tienes es practicar la prevención. Esto implica planificar estrategias basadas en hábitos de vida que frenen el envejecimiento prematuro y te permitan envejecer con buena salud. Observa si tu edad biológica está por encima de tu edad cronológica y sigue los consejos que te permiten retrasar este proceso:

  1. La salud de tus padres: Conocer la edad a la que tus padres comenzaron a experimentar problemas de salud y las enfermedades que padecieron (diabetes, colesterol,hipertensión, osteoporosis, artrosis, etc.) es información valiosa. Esto te indica qué partes de tu organismo podrían tener una mayor predisposición al envejecimiento acelerado. Si detectas estos "puntos débiles" a tiempo y te cuidas, es muy probable que puedas preservar tu juventud durante más tiempo.

  2. El estilo de vida que llevas: El envejecimiento biológico está influenciado en parte por los genes, pero lo más importante es cómo te cuidas. Si has llevado un estilo de vida poco saludable, es probable que tu edad biológica se haya acelerado y sea mayor que tu edad real. Por el contrario, llevar un estilo de vida saludable puede brindarle a tu cuerpo años adicionales de vida. Analizar tus hábitos y tratar de realizar cambios te ayudará a frenar el envejecimiento prematuro.

  3. El estado real de tu organismo: El índice de masa corporal (que indica si tienes sobrepeso u obesidad), las deficiencias nutricionales, la salud del sistema inmunológico, los desequilibrios hormonales, la presencia de colesterol o hipertensión, entre otros, son indicadores que pueden revelar desequilibrios y aumentar el riesgo de sufrir ciertas enfermedades. Corregir estos desequilibrios es otro pilar del tratamiento antienvejecimiento.

  4. Cómo te sientes. El concepto que tienes sobre tu persona te acompaña durante todo tu camino. Tanto que incluso se ha demostrado que es posible “engañar” al cuerpo para sentirse joven y que eso repercuta en la edad biológica, es decir, que tu buena salud mental termina por rejuvenecer todo tu organismo. Contrariamente los prejuicios que tengas tú sobre el paso del tiempo, los miedos o la tristeza … que pueden ser los responsables de un envejecimiento precoz. El estado de ánimo parece incluso influir en los cambios físicos de una persona. Una investigación de la Universidad de Harvard (EE. UU.) lo demostró recreando en un grupo de personas el mundo 35 años antes durante una semana. El primer día se vieron incapaces de realizar varias pruebas de fuerza física, al cabo de 7 días viviendo en un ambiente que les hacía “viajar” hacia su juventud, fueron capaces de realizarlas. Según el experimento la memoria, la flexibilidad y la resistencia habían mejorado en casi todos ellos. 

Por qué envejecemos biológicamente 

A medida que pasa el tiempo, se acumulan daños en nuestro organismo que contribuyen al envejecimiento. 

  • Se acumulan “daños”. Tanto los factores externos, como la contaminación, la radiación y la exposición a sustancias tóxicas, como los errores internos en el ADN, pueden provocar daños en nuestros genes. Cuantos más años pasan, mayor es la acumulación de lesiones en el ADN y mayor es el riesgo de experimentar un envejecimiento precoz.
  • Se da un desgaste en los genes. Uno de los aspectos relacionados con el envejecimiento es el desgaste de los cromosomas, que son los que contienen nuestro material genético. En los extremos de los cromosomas, existen estructuras protectoras llamadas telómeros, que se desgastan con el tiempo. Este desgaste está vinculado al proceso de envejecimiento.
  • Se activan los “botones” del envejecimiento. Se ha descubierto que existen interruptores moleculares que pueden activar o desactivar la acción de los genes. Los hábitos de vida y la exposición a determinados ambientes pueden influir en la activación o desactivación de estos interruptores, lo que a su vez puede afectar al proceso de envejecimiento.
  • Interfiere la “suciedad”. Otro factor que interfiere en el envejecimiento es la acumulación de proteínas defectuosas en el organismo. Estas proteínas pueden dar lugar a enfermedades asociadas al envejecimiento. Por otro lado, nuestras células generan desechos tóxicos en forma de radicales libres. El cuerpo tiene mecanismos para eliminar estos radicales libres mediante la producción de antioxidantes. Sin embargo, en algunas ocasiones, los antioxidantes no son suficientes para eliminar todos los radicales libres, lo que resulta en su acumulación y contribuye al proceso de oxidación celular, acelerando así el envejecimiento.

Cómo evitar sumar años biológicos de más

Además de estos factores, existen otros aspectos que pueden influir en tu edad biológica. El estrés crónico, la exposición a toxinas ambientales, el nivel de actividad física, la calidad del sueño y la salud mental también desempeñan un papel importante en el proceso de envejecimiento. Prestar atención a estos aspectos y adoptar medidas para reducir el estrés, evitar la exposición a sustancias tóxicas, mantenerse activo físicamente, dormir lo suficiente y cuidar la salud mental pueden contribuir a ralentizar el envejecimiento biológico.

En cualquier caso, debes recordar que cada persona es única y el envejecimiento es un proceso individual. No se trata solo de los años que has vivido, sino de cómo has vivido y cuidado tu cuerpo y mente durante ese tiempo. Tomar decisiones conscientes para promover una buena salud en todas las áreas de tu vida puede marcar la diferencia en tu edad biológica y en tu calidad de vida a medida que envejeces.

Recuerda que nunca es demasiado tarde para adoptar hábitos saludables y comenzar a cuidar de ti mismo. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán a medida que envejeces con gracia y bienestar.

Aunque es inevitable cambiar con paso de los años, debes saber que gran parte del envejecimiento que “se ve” tiene que ver con cuidados básicos y muy sencillos. Muchos de ellos te permiten retrasar la presencia de estos signos sin necesidad de recurrir a tratamientos de belleza. Seguirlos te permite sumar años sintiéndote bien.

No ver el paso de los años como algo negativo es esencial para evitar que esto te afecte a nivel emocional y, en consecuencia, a evitar que el paso de los años  influya en tu bienestar y tu capacidad física. Trabajar esto psicológicamente es esencial para mantener la lozanía. Cuanto más joven te ves tu, mejor te ven los demás.