Menstruación irregular, disminución del deseo sexual, sequedad vaginal, hirsutismo, cambios de humor, pérdidas de memoria... es posible que la causa de estos síntomas sea una deficiencia de estrógenos. La alimentación y algunas plantas pueden ayudarte a recuperar los niveles adecuados.

¿Qué son los estrógenos y para qué sirven?

Los estrógenos son las principales hormonas sexuales femeninas. Se producen en los ovarios y, en menor cantidad, en las glándulas adrenales. Son los responsables de la maduración sexual de la mujer. Sin embargo, parecen los malos de la película y con frecuencia se les culpa del síndrome premenstrual, de los dolores que acompañan al periodo e, incluso, de los cánceres de pecho, ovario o útero. Pero la función de los estrógenos va más allá de la regulación del ciclo menstrual y de su implicación en la aparición de los caracteres secundarios femeninos.

El estudio The role of estrogens in control of energy balance and glucose homeostasis, publicado por Endocrine Reviews, explica los importantes papeles que desempeñan los estrógenos en el organismo:

  • Participan en el balance energético del organismo.
  • Mantienen los niveles de colesterol a raya.
  • Regulan la acción de la insulina, que controla los niveles de azúcar en la sangre.
  • Distribuyen la grasa corporal.
  • Previenen la osteoporosis.
  • Reducen el riesgo de arteriosclerosis y problemas vasculares.
  • Mejoran el aspecto de la piel, pues ayudan a la producción de colágeno.
  • Potencian la función de las células del sistema inmunitario.
  • Estimulan las neuronas colinérgicas, que ayudan a prevenir el Alzheimer.

Papel de los estrógenos en el equilibrio emocional

Los estrógenos ejercen una gran influencia sobre el cerebro y el sistema nervioso. El comportamiento de la mujer está claramente influido por la acción de los estrógenos sobre el cerebro. Su déficit aumenta el riesgo de sufrir ansiedad, cambios de humor y problemas de memoria.

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Georgetown (Estados Unidos) y de la Universidad Federal de Ouro Preto (Brasil) puso de manifiesto que las áreas del cerebro que están involucradas en el estado de ánimo y la cognición tienen una alta concentración de proteínas que se unen a los estrógenos.

De ahí que tanto un exceso como un déficit de estrógenos afecten directamente al comportamiento emocional.

Efecto de los estrógenos en la salud de los huesos

Otro de los más importantes efectos de las hormonas femeninas es sobre el metabolismo óseo, pues impiden la salida de calcio del hueso.

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Los estrógenos contrarrestan la acción de otras hormonas, como la paratiroidea, que promueven la llamada «resorción» ósea, proceso por el cual el hueso se hace más frágil o poroso y lleva a padecer osteoporosis.

Papel de los estrógenos en el colesterol

En la época fértil de la mujer, los niveles de colesterol no suelen ser elevados gracias a la acción de los estrógenos, ya que se forman a partir del colesterol. De ahí que el riesgo de sufrir aterosclerosis o un infarto cardíaco sea muy bajo en las mujeres.

Con la menopausia desaparece esa protección, equiparándose al riesgo masculino de padecer estas patologías.

¿Cómo saber cuál es tu nivel de estrógenos?

El moco cervical es uno de los principales indicadores de los niveles hormonales (estrógenos y progesterona) que presenta una mujer en cada momento de su ciclo menstrual. En la primera fase, el moco cervical tiende a ser transparente y acuoso. La presencia de estrógenos hace que vaya aumentando en cantidad y se vuelva poco a poco más elástico, con una consistencia similar a la de la clara de huevo justo en los días de la ovulación. Una semana antes de la menstruación tiende a ser turbio o blanco, debido a la mayor presencia de progesterona.

Por tanto, la ausencia de moco cervical indica que hay un déficit de estrógenos. En caso de sospecha, el médico puede ordenar una analítica. El nivel normal de estradiol en las mujeres fértiles oscila entre los 30 y 400 pg/ml. Con la menopausia cae por debajo de 30.

Causas del déficit de estrógenos

La llegada de la menopausia es la principal causa de la disminución de estrógenos, un proceso natural que hay que afrontar con normalidad. Sin embargo, cuando los niveles están por debajo de 30 pg/ml en mujeres jóvenes, es indicativo de que los ovarios no están trabajando bien. En este caso es importante buscar la causa y corregirla pues, de lo contrario, se pueden producir serias repercusiones en la salud.

Los principales factores que pueden estar detrás de una deficiencia son el estrés crónico, los trastornos de la alimentación, no contar con suficiente cantidad de grasa en el organismo, un exceso de actividad física, así como algunos tratamientos farmacológicos.

La genética puede jugar también su papel, pues una mutación del gen CYP19 provoca el síndrome de deficiencia de aromatasa, la enzima que interviene en la síntesis de estrógenos a partir de la testosterona. Pero ésta no es la causa más habitual. Por el contrario, esta enzima aumenta su actividad con la edad, el sobrepeso, el tabaco y el exceso de azúcares en la dieta.

Fitoestrógenos para el exceso o déficit de estrógenos

Se trata de sustancias fabricadas por ciertos vegetales que presentan similitud con el 17-ß-estradiol. Los fitoestrógenos pueden contrarrestar los niveles elevados de estrógenos endógenos o provocar un aumento del efecto estrogénico cuando los niveles son bajos. Es decir, actúan como moduladores beneficiosos tanto en caso de exceso como de defecto de estrógenos. Las plantas que contienen fitoestrógenos pueden utilizarse, por tanto, para corregir desequilibrios hormonales en la etapa fértil y para tratar los síntomas de la menopausia:

  • Dong quai (Angelica sinensis): ampliamente utilizada por la medicina china para tratar la infertilidad femenina, las alteraciones hormonales y también los procesos alérgicos por su acción inhibidora de las inmunoglobulinas IgE. Es relajante muscular, mejora la circulación y ayuda a la producción de sangre. Dosis: 500-1.500 mg de polvo de raíz.
  • Cimífuga (Actea racemosa): ejerce un efecto selectivo sobre los receptores estrogénicos sin producir actividad luteinizante, por lo que puede tomarse tanto durante la época fértil como en la premenopausia. Reduce también los cuadros depresivos y ansiosos que genera el desequilibrio hormonal. Dosis: 150-300 mg/día.
  • Lúpulo (Humulus lupulus): además de poseer propiedades estrogénicas, sus aceites esenciales le confieren una acción sedante y espasmolítica que ayuda a controlar la ansiedad. Dosis: 250-1.000 mg/día. También se puede tomar en infusión o gotas (20-40 gotas, tres veces al día).
  • Salvia (Salvia officinalis): desinflama el organismo y ayuda a regular las hormonas femeninas por su leve actividad estrogénica. Mejora la memoria gracias a una enzima precursora de la acetilcolina, un neurotransmisor que se asocia a una mayor agilidad cognitiva. Dosis: tres tazas diarias de la infusión de 25 g de hojas de salvia por cada litro de agua.
  • Trébol rojo (Trifolium pratense): aporta polifenoles y sales minerales de gran poder antioxidante, así como isoflavonas que actúan en el organismo de forma similar a los estrógenos. Está contraindicado si se toman anticoagulantes. Dosis: se puede tomar en infusión (20 g por taza de agua) o 600-1.000 mg de extracto de flor, en dos tomas al día.

Por otro lado, para conseguir un buen equilibrio hormonal conviene evitar los productos envasados y ultraprocesados que pueden incorporar químicos que interfieren con el sistema endocrino. Los alimentos naturales y especialmente los que contienen fitoestrógenos, apoyan su funcionamiento.

  • Albahaca: estabiliza y reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que tiene efectos inhibidores en tiroides, ovarios y glándulas suprarrenales. Utilízala en tus condimentos.
  • Frutos secos: aportan una dosis de fitoestrógenos que, al combinarse con su contenido en minerales y grasas saludables, los convierten en alimentos imprescindibles para el equilibrio hormonal.
  • Alfalfa: contiene cumestranos, un tipo de fitoestrógeno menos conocido, pero que también se une a los receptores estrogénicos y realiza funciones similares.
  • Legumbres: garbanzos, lentejas, azukis, guisantes, soja... Las más rica en isoflavonas es la soja (el tofu contiene 10-50 mg/100 g).
  • Semillas de lino: contienen entre 60-370 mg/100 g de lignanos, fitoestrógenos que en menor cantidad también aportan las semillas de calabaza, sésamo o girasol.
  • Verduras: apio, cebolla, espinacas, perejil, pimientos... Todos estos vegetales contienen bioflavonoides que elevan con suavidad el nivel de estrógenos.

Nutrientes para el equilibrio hormonal

El organismo femenino necesita ciertas vitaminas y ácidos grasos para gozar de un buen equilibrio hormonal. Tomarlos en forma de complementos ayuda a regular el ciclo menstrual.

  • Ácidos grasos: el ácido gammalinolénico (GLA) mejora las funciones hormonales. Se halla en los aceites de borraja, onagra y girasol. Dosis: 1-2 g diarios.
  • Vitaminas del grupo B: juegan un importante papel en el metabolismo energético y en la producción de hormonas. Son cruciales la B3 (14 mg al día), B9 (400-600 μg) y B12 (100-300 μg).
  • Vitamina E: regula el sistema hormonal y ayuda a la maduración de los óvulos. Además, refuerza la inmunidad. Dosis: 400-800 UI al día.

Soluciones naturales para el déficit de estrógenos

La deficiencia de estrógenos durante la etapa fértil es un problema que hay que corregir, si es posible con medios naturales.

Durante la menopausia la deficiencia es normal, pero provoca síntomas molestos que se pueden tratar a través de la dieta, los suplementos y las plantas medicinales.

  • La acupuntura, la homeopatía y la osteopatía son de ayuda para corregir las alteraciones hormonales.
  • El ejercicio moderado y mantenerse sexualmente activa en la menopausia también favorecen el equilibrio y el bienestar.