Un estado estable, por deseable que sea, no es algo fijo. Podría decirse que es simplemente una faceta del proceso en el que constantemente uno pierde y recupera el eje central.

Esta es una mirada más realista sobre la estabilidad y, por tanto, más alcanzable y disfrutable. Si quieres estabilidad, debes estar dispuesto a perderla por un momento.

Cualquier cosa nos puede sacar de nuestra "estabilidad": un pensamiento que no sirve a nuestro propósito vital, una mirada ajena, algo que consideramos que nos perjudica, recaer en un mal hábito… Son situaciones que forman parte de la experiencia vital y nos enseñan cómo funciona la mente.

Si aceptamos que la mente tiene sus ciclos, fases y biorritmos como cualquier otro órgano corporal, disfrutaremos de sus olas y veremos la estabilidad que hay detrás de sus corrientes constantes: esa mirada despierta que lo observa todo.

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asana-abrirse

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Asana para abrir tu cuerpo y tu mente

No es suficiente la experiencia para aprender, sino que es la apertura que uno tiene a la experiencia lo que permite absorber y actuar según las lecciones que va ofreciendo la vida. Estar abierto a lo que acontece en la vida permite mantenerse humilde y reconocer que cada persona y cada evento son un misterio cuyas causas y orígenes en parte se desconocen.

Esta apertura a la vida es pura salud, ya que la mente que cree que "sabe" suele ser una mente cerrada que no aplica otras formas de ver las cosas o de comportarse. Una mente cerrada conlleva sufrimiento, porque uno de los placeres más grandes de la vida es la evolución, el crecimiento. En medicina china se dice que cada estancamiento produce dolor.

El movimiento en el aprendizaje conlleva cambios en los puntos de vista (y de conducta) que revitalizan la mente. La salud mental, en parte, depende de nuestra disposición a aprender y crecer, de poder disculparse, perdonar y comprender que, aunque hay lecciones que marcan, cada persona y situación es diferente y ofrece nuevas oportunidades.

Desde una base sólida podrás abrir bien tu pecho, ampliar tu respiración y experimentar nuevas sensaciones.

  • Confía en tu fuerza

Con el pie derecho firmemente anclado en la tierra, apoya el empeine izquierdo sobre un asiento estable.

Nota la fuerza de las piernas y cómo te sostienen. Confía en ellas y en tu equilibrio.

  • Ábrete

Inhala y alarga la columna hasta que tu corazón mire hacia el cielo.

Gira los hombros hacia atrás y junta las palmas de las manos en Kespana mudra (juntando los índices y cruzando el resto de los dedos).

  • Respira y observa

Respira profundamente hacia la zona del cuerpo donde más notas el estiramiento.

Observa también el efecto mental que tiene en ti la apertura corporal y la respiración profunda.

Deshaz la asana y repítela apoyando el empeine derecho.

Postura de la diosa con mudra de corazón

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Conecta con tu fuerza con la postura de la Diosa

A menudo se asocia la fuerza al poder de soportar alguna condición aparantemente insoportable. En realidad, cuando se presenta ese tipo de acontecimientos inevitables a lo largo de la vida, la fuerza innata surge y aflora.

Ahora bien, la fuerza, la resistencia, la frescura y el impulso –esas deseadas cualidades mentales– aumentan con un entrenamiento consciente. La habilidad de mantener la mente en paz cuando está dolida lleva práctica.

Empieza por darte cuenta de las innumerables maneras en que la vida te sostiene: la gravedad, tus pies, piernas, columna, la comida, los agricultores, tus intestinos, el oxígeno, los árboles, los rayos solares.

Nuestra vida es el producto de una existencia entera, que baila y se autoequilibra a pesar de los movimientos y turbulencias constantes. Al reconocer que la existencia entera sostiene la vida, apreciarás que la fuerza no es una cuestión individual, sino una cualidad de la naturaleza.

La vida sigue creciendo y floreciendo, pese a las dificultades. La vida es imparable precisamente por su fuerza y flexibilidad, por su habilidad para adaptarse a cualquier circunstancia, aprovechando lo mejor de ello.

Utkata konasana con el mudra del corazón y el coraje

En esta variante de la postura de la diosa ponemos las manos en Abhaya Hridaya Mudra. Este mudra simboliza el coraje del corazón y te ayuda a conectar con tu propia fuerza.

  • Cómo entrar en la postura

Separa los pies hasta que las rodillas caigan sobre los talones. Exhala y dobla las rodillas 90º grados. Mete los abdominales hacia dentro, con la columna erguida.

  • La posición de las manos

Cruza la muñeca derecha sobre la izquierda frente al esternón, juntando los dorsos con las palmas hacia fuera. Empieza colocando los dedos índice: el índice derecho envuelve al izquierdo.

A continuación, une el dedo medio derecho con el izquierdo. Con los dedos meñiques sigue el esquema de los dedos índices: el dedo meñique derecho rodea el izquierdo.

Finalmente acerca los dedos anular y pulgar entre sí para hacer un sello.

  • Respira y siente

Lleva el mudra a la raíz de tu corazón, de forma que las manos se apoyen en la base del esternón. Respira conscientemente sintiendo la fuerza de la postura.

Variante de Utthita Trikonasana para recuperar la estabilidad

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Asana para recuperar la estabilidad emocional

Un estado estable, por deseable que sea, no es algo fijo. Podría decirse que es simplemente una faceta del proceso en el que constantemente uno pierde y recupera el eje central. Esta es una mirada más realista sobre la estabilidad y, por tanto, más alcanzable y disfrutable. Si quieres estabilidad, debes estar dispuesto a perderla por un momento.

Cualquier cosa nos puede sacar de nuestra "estabilidad": un pensamiento que no sirve a nuestro propósito vital, una mirada ajena, algo que consideramos que nos perjudica, recaer en un mal hábito… Son situaciones que forman parte de la experiencia vital y nos enseñan cómo funciona la mente.

Si aceptamos que la mente tiene sus ciclos, fases y biorritmos como cualquier otro órgano corporal, disfrutaremos de sus olas y veremos la estabilidad que hay detrás de sus corrientes constantes: esa mirada despierta que lo observa todo.

Variante de Utthita Trikonasana

La observación lúcida permite ver lo que es inherente al conjunto cuerpo-mente. Si en lugar de identificarnos con los pensamientos nos identificamos con la conciencia que los observa, ganaremos libertad y una estabilidad plácida.

En esta alternativa a la clásica postura de yoga del triángulo trabajas la estabilidad a la vez que conectas con la vida que se mueve dentro de ti.

  • Crea la base sobre la que te sostienes

Separa las piernas un metro aproximadamente, hasta el punto donde te notes estable. Explora los límites y asegúrate de estar estirando bien el interior y lado posterior de las piernas.

  • Gira y agranda el estiramiento

Gira el pie derecho hacia fuera y, doblándote por la cadera, inclínate con la columna bien alargada. Deberías notar cómo se produce un estiramiento aún mayor en las piernas.

  • Coloca los brazos mientras sientes y observas

La postura de los brazos marca la variante. Lleva el brazo izquierdo por detrás para sujetar el derecho y apoya la mano derecha, de lado, sobre el corazón. Nota cómo palpita el corazón mientras mantienes el cuerpo estable en esta posición.

Asana para abrir el corazón

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Asana para abrir el corazón

¿Sientes que haces cosas que no harías de no recibir a cambio amor o apreciación? ¿Te vistes, hablas, comes, caminas de forma determinada o dices que estás de acuerdo con algo con lo que no lo estás plenamente porque crees que así serás más aceptado o querido?

¿Te mientes a ti mismo o a los demás sobre tus gustos, preferencias o sentimientos? ¿En qué aspecto de tu vida crees que si dijeras la verdad ya no te querrían o aceptarían de la misma manera?

Estas son preguntas importantes. Cuando se contestan atentamente, ayudan a que el corazón se sienta confiado y se exprese libremente.

Si sientes que no puedes mostrar tu verdad a ti o a los demás, es aconsejable averiguar el efecto que ejerce esta creencia sobre tu conducta, tu estado psicoemocional e incluso sobre tu respiración. Al cuestionar estas creencias, se puede liberar la mente de ideas fijas que nos separan tanto de nosotros mismos como de los demás.

Saber cuál es la verdad personal –y vivirla– requiere una mente abierta que acepte las diferentes verdades y gustos de cada uno, también de sí mismo. Una mente abierta lleva a un corazón abierto.

En esta asana dinámica abres el corazón y ayudas a liberarlo sin desconectar de lo que sucede en tu interior.

  • Torsión hacia atrás

Inhala, gira la columna hacia atrás y extiende un brazo hacia el mismo lado al que gira la columna. Coloca la otra mano sobre tu corazón.

Quédate en esta postura durante un par de respiraciones notando sus latidos.

  • Cambio de lado

Exhala y vuelve al centro con las dos manos al corazón. Inhala y torsiona hacia el otro lado.

  • Gira con la respiración

Tras hacer al menos dos respiraciones a cada lado, alterna cada respiración con cada movimiento.

Puedes también añadir una pequeña sonrisa por el simple hecho de que estás en contacto con tu propio corazón y su movimiento continuo.

Garudasana

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La postura de yoga del rey de los pájaros

Esta postura de yoga se puede elegir entre verla como un conjunto de flexiones de articulaciones y un juego de equilibrio o como la representación o un símbolo kinestésico de la potencia que encarna Garuda.

Garuda, como cuenta la mítica historia del Ramayana, es el rey de las águilas y le sirve al dios Vishnu de montura cuando ayuda a la humanidad a liberarse de los demonios. Simboliza la fuerza, el poder, la determinación, el servicio y la alineación perfecta con lo esencial en uno mismo, con nuestra semilla más profunda o lo divino, a fin de poder salvar nuestra humanidad.

 La visión del águila

Al realizar esta postura se puede sentir y revivir el poder, la determinación y la concentración que requiere su ejecución, centrándose en buscar el equilibrio y la armonía no solo para mejorar el propio bienestar sino para ponerlo también al servicio del resto de seres vivos.

No solo se trabaja la fuerza y el foco de atención sino que se abre el corazón hacia el mundo.

  • Sitúate con determinación

Traslada tu peso sobre el pie derecho.

  • Exhala

Exhala y enrosca la pierna izquierda sobre la derecha, flexionando algo las caderas para poder encontrar un punto estable. Si te resulta difícil mantener el equilibrio, puedes apoyarte en la pared.

  • Inspira

Inspira y cruza el brazo izquierdo sobre el derecho, enroscando los codos y las manos como en la foto. Si te cuesta, puedes coger un pañuelo entre las manos.

  • Mantén el equilibrio

Observa un punto en el suelo de manera fija y suave. Respira de manera natural y fluida entre 10 y 30 veces.

Repite la postura cambiando de lado.

  • Importante

Es preferible no practicar Garudasana si tienes algún problema en las rodillas.

 

Asana del guerrero con loto

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Guerrero con loto, la asana para ganar libertad

Crecer es inevitable. Todos lo hacemos: aprendemos de nuestras acciones, revalorizamos nuestras decisiones y sacamos conclusiones. Pero crecer personalmente tiene un ingrediente añadido, y es la intención, el deseo de liberarse de una mente condicionada por el pasado, los hábitos y el ruido mental. Se requiere una mente abierta, ligera y flexible para valorar cada instante y sus opciones.

Crecer es desarrollar una mente que no persiga ansiosa el placer ni huya del dolor, y en cambio esté presente y serena ante lo que sucede. Uno se entrena acomodándose al dolor sin rechazarlo, negarlo u oponerse a él; dando la bienvenida a cada expresión de la realidad, aunque sea poco deseada.

Vivir el presente es básico para el crecimiento personal, porque el presente es precisamente donde vivimos. Si uno no es del todo consciente y no está atento al presente, ¿cómo va a poder crecer?

A veces puede doler, como a los niños les duele cuando les crecen los dientes, pero la madurez es un proceso enriquecedor. En él reside la auténtica libertad.

Guerrero con loto, asana para serenar la mente

El objetivo de esta asana es generar una energía en la base del cuerpo, en las piernas, para sentir cómo podemos sostenernos en cualquier situación de la vida, mientras observamos el loto crecer entre las manos.

  • Entra en la postura

De pie, lleva la pierna derecha atrás, bien extendida, mientras doblas la pierna izquierda.

  • Siente la tierra

Pon atención en las plantas de los pies, apóyalas bien en el suelo y agradece la tierra que te sostiene.

Con las piernas firmes, haz crecer la columna hacia atrás.

  • Haz crecer la flor

Eleva los brazos hacia el cielo juntando pulgares y meñiques, y revela los demás dedos al sol para crear la flor de loto con tus manos.

Haz a la flor crecer mientras mantienes las raíces bien firmes en el suelo: así se crece.