Cuando un médico dice: "Buenas noticias, estás respondiendo al medicamento" es muy diferente que cuando dice: "Malas noticias, estás reaccionando al medicamento".
Lo mismo ocurre cuando estamos reaccionando a una noticia o novedad inesperada y poco deseada en lugar de responder.
En las situaciones en las que se suele reaccionar en lugar de responder suelen coincidir tres factores:
- Sobreestimulación: el ritmo de vida actual sobreestimula todo nuestro sistema, el nervioso incluido. Es fácil reaccionar como un acto reflejo, sin que medie la reflexión.
- Los "debería o no debería": juicios como "esa persona no debería haberlo hecho", "es injusto", "es irrespetuoso" o "me tengo que defender" no invitan a la reflexión, sino a una reacción prematura.
- Hiperidentificación: cualquier acontecimiento que amenaza la creencia de aquello que considero que soy "yo" (madre, trabajadora, etc.) o que es "mío" (mi marido, mi trabajo) facilita la sensación de que urge y es necesaria una fuerte reacción de lucha. La práctica de la paz, es decir, de pacificar tanto el ritmo de la mente como sus apegos, es clave para poder responder con madurez y elegancia a cualquier situación.
Balasana, hacer una pausa para acoger
Practica esta variación de Balasana o postura del niño para pausarte y acoger con ternura lo que ocurre en tu vida.
1. Empieza de rodillas
Siéntate de rodillas, separándolas ligeramente, y descansa la pelvis sobre los talones de los pies.
Si no alcanzas a apoyar la pelvis, puedes colocarte un cojín debajo de los glúteos.
2. Alarga los brazos
Estirando la columna entera, lleva el tronco hacia delante.
Alarga el brazo izquierdo para apoyarlo sobre un bloque o cojín a la vez que pasas el brazo derecho por debajo del tronco.
Mira hacia el lado derecho y estira ese brazo en la dirección de la nariz.
3. Relaja y respira
Mantén la postura y, al respirar, lleva el aire hacia las lumbares.
Repite hacia el otro lado.