La vida discurre en una búsqueda constante de equilibrio entre fuerzas opuestas. Nuestro cuerpo hace lo mismo. En todo momento está buscando el equilibrio óptimo para sobrevivir de la manera más armoniosa posible, y se esfuerza en recuperarlo cuando los hábitos tóxicos lo hacen enfermar.
La búsqueda del equilibrio nunca cesa. Es la base de la vida.
Cuando las cosas se desequilibran solemos sufrir o sentirmos incómodos, por ejemplo si pasamos una larga temporada acelerados o muy parados.
Abrirse al momento
El equilibrio, la armonía, es una práctica que requiere una exploración sincera del presente y de sus diferentes facetas. Es un entrenamiento despierto que acepta que lo que ha permitido un equilibrio psicosomático hoy, mañana podría dejar de hacerlo.
Afinar la consciencia
Uno necesita ser lúcido y flexible a la hora de tomar las decisiones más apropiadas si su deseo es favorecer su estado de salud; para este objetivo la actitud de «piloto automático» no sirve.
Buscar el equilibrio es una práctica que nos despierta a las necesidades del momento presente.
Un desafío a la gravedad
Observa cómo te afecta emocionalmente la búsqueda del equilibrio. ¿Disfrutas de este juego o te frustras si tiemblas más de lo que te gustaría?
1. Entra en la postura
Con la pierna derecha bien apoyada en el suelo, sube lentamente la izquierda y apóyala sobre la derecha, enlazándola con ella.
A continuación ve girando la columna hasta apoyar el codo derecho sobre la rodilla izquierda.
2. Alárgate y sonríe
En esta posición trata de alargar la columna y sonríe al pequeño temblor corporal que genera la búsqueda del equilibrio.
3. más allá de lo físico
Cuando vemos que la búsqueda del equilibrio es una constante en la naturaleza y una condición para que la vida siga floreciendo, surgen la gratitud y el asombro.