La sabiduría, la auténtica, es fruto de una práctica constante y devocional. Alcánzala con esta meditación en Padma Mudra, cuyo objetivo es recordar la innata conexión de toda la existencia.

Según el budismo, lo más ignorante es pensar que somos islas independientes autosuficientes y separadas. La sabiduría reside en reconocer los hilos que nos conectan.

Toda la existencia está conectada como un gran océano y se expresa a través de numerosas olas. El loto nace y crece en la profundidad del barro, de la oscuridad nace la luz; nada se malgasta o se pierde, todo es parte del ciclo de la vida y ayuda a expresar su fuerza de infinitas maneras.

La sabiduría reside en reconocer los hilos que nos conectan

El reconocimiento de la fuerza de la vida, sus encadenamientos, lo sagrada que es, lleva naturalmente a la sabiduría.

La sabiduría se podría atribuir, en parte, a un regalo o bendición de la gracia, pero mayormente es fruto de una práctica constante y devocional. En su esencia nos recuerda que, cuando se presenta un dolor de cualquier tipo o nosotros causamos dolor a otros seres, estamos alimentando el barro y, por lo tanto, el loto; porque hay un solo cuerpo. Nada más.

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Meditación en Padma Mudra

1. Cómo colocarte

Siéntate cómodamente sobre el suelo en la posición del loto, o bien en una silla, con la columna erguida. Cierra los ojos.

2. Mudra con las manos

Acerca las palmas de las manos entre sí, a la altura del corazón, y junta los pulgares y los meñiques, mientras abres los demás dedos como revelándolos al sol.

3. Floreciendo

Inhala llevando la intención al corazón y exhala desde el vientre. Nota cómo se expande la energía en tu interior y permite que florezca la sabiduría, cómo existe una interconexión vital entre el barro y el crecimiento del loto, la suprema belleza.