Las leyendas y las historias de cuando este enclave era capital de un prolífico condado, parece que cobran vida entre las callejuelas de este pueblo encantador. Es uno de los pueblos medievales más bien conservados de España, declarado Conjunto Histórico Nacional en 1966, y es que entrar en él por su maravilloso puente románico es como transportarse en el tiempo. Además, está rodeado por un maravilloso y rico entorno natural.
Estos son algunos de los motivos que han llevado a National Geographic a elegirlo como el mejor pueblo de España para visitar en mayo.
Un pueblo con encanto medieval
El mejor acceso a este encantador pueblo se realiza por un puente románico de 105 metros de longitud que data de del siglo XI, y que cuenta con dos torres y siete arcos. Tuvo que reconstruirse después de que una riada lo destrozara, y a lo largo del tiempo se ha reparado en diversas ocasiones hasta llegar al espectacular puente que hay hoy en día.
Hablamos de Besalú, un pueblo de unos 2500 habitantes situado en la comarca de La Garrotxa que es uno de los más visitados de Cataluña.
Cuenta con una de las juderías mejor conservadas de España, del siglo XII. De hecho, su mikvé(la casa de baños rituales) es el único de la época medieval descubierto hasta ahora en toda la Península. También hubo en Besalú una sinagoga, como atestiguan los restos de su muro que se han encontrado en el emplazamiento del mikvé.
También encontrarás en Besalú joyas del románico como la Iglesia de Sant Vicenç, el Monasterio de Sant Pere, la Antigua Iglesia-Hospital de Sant Julià y la Casa de Cornellà.
Pasear por Besalú
Pero si algo te transportará verdaderamente a la época medieval es recorrer sus calles empedradas, atravesar sus soportales y visitar sus plazas. La Plaza de Sant Pere, el centro neurálgico de Besalú, es el sitio perfecto para descansar un rato y admirar el monasterio del mismo nombre que la preside.
Cerca de la plaza se encuentra el Museo del Circo, primero en Europa sobre este tema, y que alberga multitud de objetos sorprendentes: desde una maqueta del Circo Gleich de Alemania de 50 m2 (la mayor maqueta de circo del mundo), hasta recortes de prensa, trajes de acróbatas…
Besalú, la perla del Fluvià
Sin duda, Besalú es un pueblo lleno de historia que hay que visitar, pero el entorno natural que lo rodea no se queda atrás.
Empezando por el rio Fluvià que cruza el puente. De hecho, el nombre Besalú proviene de Bisuldunum que significa fortaleza entre dos aguas: el rio Fluvià, al sud, y la riera de Capellades, al norte.
Bajar el puente y caminar por el paseo fluvial ofrece otra perspectiva del pueblo y del propio puente, y te permitirá disfrutar del conocido como Anillo Verde de Besalú, diversos itinerarios por el lecho fluvial que se pueden recorrer a pie o en bicicleta y que pasan por antiguos molinos, huertos y jardines.
En plena tierra de volcanes
La Garrotxa, la comarca en la que se ubica Besalú, es tierra de volcanes. No muy lejos del pueblo puedes visitar algunos de sus más de 40 volcanes extintos hace miles de años y sus más de 20 coladas de lava, en el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa.
En el parque, que cuenta con una vegetación variada y a menudo exuberante, encontrarás diversas rutas para hacer a pie. El volcán más visitado y tal vez el más sorprendente del parque es el Croscat, que también es el más joven de la zona. Tiene un gran tajo consecuencia de las extracciones de gredas que se hicieron durante años y que provocaron las protestas que llevaron a declarar la zona como parque natural.
Otro volcán muy visitado es el de Santa Margarida, que tiene en el interior del cráter una ermita que da nombre al volcán. Se trata de un volcán recubierto de una frondosa vegetación y tanto pasear por él como subirlo resulta tremendamente interesante.
Por otro lado, la famosa Fageda d’en Jordà es también una visita imprescindible. Es un bosque de hayas que crece en la rica tierra volcánica y que resulta bastante excepcional por estar a baja altitud y en un terreno llano. Pasear por el tiene algo mágico que recuerda a los cuentos de hadas.