Las flores, con su belleza y aroma, nos alegran la vida y nos aportan bienestar. Y es que está comprobado que las flores frescas ayudan a alejar las preocupaciones y la tristeza, reducen el estrés, nos ayudan a estar más vitales y esperanzados e incluso aumentan nuestra creatividad.

Sin embargo, a menudo duran poco tiempo. Seguro que ante unas flores hermosas has pensado muchas veces que te gustaría mantenerlas así para siempre. Una de las formas de conseguirlo son las flores preservadas, aunque hay que prestar atención a qué sustancias se han utilizado para obtenerlas porque en ocasiones pueden ser perjudiciales para el medioambiente.

¿Qué son las flores preservadas?

Lo primero que hay que decir es que las flores preservadas son flores naturales. En su punto máximo de esplendor y tras cortarlas, se someten a un proceso de preservación para detener los procesos biológicos de envejecimiento y mantener su belleza, color, frescura y aroma durante mucho tiempo sin necesidad de agua ni luz solar.

Para preservar las flores y que estas tengan una apariencia fresca, pasan por un proceso de deshidratación en el que se pueden usar diferentes sustancias para el secado y la conservación. También pueden usarse productos para eliminar sus pigmentos naturales y colorantes para que tengan tonos más intensos o brillantes.

Una vez finalizado el proceso de preservación, prácticamente no necesitarán ningún tipo de mantenimiento, más allá de eliminar el polvo con un secador de aire frío a distancia.

Diferencia entre flores preservadas y flores secas

Hay que tener en cuenta que flores preservadas no es lo mismo que flores secas. El proceso para obtener unas y otras es diferente: las flores secas se someten a un proceso de secado natural, simplemente dejándolas al aire, mientras que las preservadas implican el uso de diferentes sustancias y una técnica de conservación más complicada.

Las flores preservadas mantienen una apariencia más natural y parecida a las flores frescas, y son más suaves y delicadas. Por otro lado, mientras que las flores secas deben manipularse con cuidado porque pueden romperse fácilmente, las preservadas son más resistentes y pueden durar varios meses o incluso años.

No todas las flores se pueden preservar, por lo que a menudo se combinan flores preservadas con flores secas para hacer ramos decorativos.

Cómo se consiguen las flores preservadas

Existen diferentes métodos para preservar las flores. Con frecuencia, se colocan en una solución conservante, normalmente una mezcla de glicerina, agua, conservantes, humectantes y estabilizantes, para reemplazar su savia y el agua y mantener su apariencia.

En algunos casos, para que tengan colores bonitos y brillantes, primero se someten a un agresivo proceso de blanqueamiento para eliminar sus pigmentos naturales que puede debilitarlas, con lo que a menudo se les añaden sustancias químicas para reducir su fragilidad. Posteriormente, cuando ya están blanqueadas y se les han aplicado los conservantes, se les añaden tintes.  

A menudo, las compañías que comercializan flores preservadas no detallan el proceso que siguen y no podemos saber con seguridad qué sustancias han usado, por lo que hay mucha opacidad, pero algunas sí detallan que utilizan sustancias biodegradables, respetuosas con el medioambiente, para preservar sus flores, y conviene comprobarlo antes de adquirirlas.

También se usan métodos de inyección de aire presurizado para inyectar el agente conservante a alta presión que reemplaza la savia natural, o la liofilización, que consiste en congelar las flores y luego retirar el hielo mediante un proceso de vacío.

Cómo desechar las flores preservadas

Una de las consecuencias de que en muchos casos sea difícil saber qué técnica y sustancias químicas se han utilizado para la preservación o el blanqueamiento de las flores es que eso también dificulra saber cómo desecharlas una vez se han estropeado.

Si no estás seguro de que se han usado compuestos biodegradables y respetuosos con el medioambiente, no conviene usarlas como abono y hay que tirarlas en el contenedor gris.

Otras opciones caseras para preservar flores

Si quieres preservar tus flores en casa, existen métodos ecológicos y naturales para hacerlo:

  • Glicerina: es una sustancia natural que se puede utilizar para reemplazar la savia y el agua de las flores. Para ello, en lugar de en agua, las flores se ponen en una mezcla de agua y glicerina (en una proporción de 2:1) para que los tejidos vegetales la absorban. Pasados unos días, las flores habrán absorbido la solución y el agua restante se habrá evaporado.
  • Gel de sílice: es un desecante que absorbe la humedad y es reutilizable. Para obtener flores preservadas solo tienes que enterrarlas en este gel dentro de un recipiente hermético (que las cubran por completo). En aproximadamente una semana, las flores se habrán secado. Puedes usar sustancias alternativas como el bórax, la harina de maíz o el arroz. 
  • Prensado: para prensar las flores, deben colocarse entre papel absorbente y presionarlas, bien con un objeto pesado (como un libro pesado) o con una prensa de flores, durante unas semanas para aplanarlas y secarlas. Este método funciona mejor con flores que son naturalmente planas.
  • Cera: el recubrimiento con una fina capa de parafina o cera derretida también es una forma de preservar las flores, aunque es un poco más complicado hacerlo en casa sin que las flores se dañen. Consiste en sumergir las flores (suele hacerse con rosas) en parafina sin fragancia derretida, pero no demasiado caliente. La cera ayudará a sellar la humedad y proteger las flores de la descomposición y pueden durar unos meses.