Granado

Con fines medicinales, del granado (Punica grantum) se utiliza casi todo. Su corteza es eficaz contra parásitos intestinales, diarreas y heridas.

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El granado (Punica granatumse cultiva en huertos, parques y jardines, y crece también en forma silvestre. Es un arbusto caducifolio de hasta 4 metros de alto, muy ramificado y espinoso, con las hojas brillantes, estrechas y lanceoladas. Florece a partir del mes de mayo y los frutos maduran en septiembre.

Originario del norte de África y de Oriente Medio, era bien conocido por persas, egipcios e israelíes, habiéndose encontrado restos de granada en tumbas egipcias de hace cuatro milenios. Para los antiguos griegos esta fruta era un símbolo de fertilidad.

Uno de sus conciudadanos, el médico Dioscórides, en el siglo I, ya le atribuía la capacidad para expulsar las tenias, pues sus alcaloides y taninos facilitan que el gusano quede paralizado, pierda su enganche con las paredes del intestino y pueda ser eliminado con la heces.

Con fines medicinales se cosechan la corteza de la raíz y el tronco del granado, además de los frutos, la piel, las hojas y las flores.

Propiedades medicinales del árbol de la granada

En la corteza de la raíz del granado abundan los taninos, las sales minerales y, en menor medida, diversos alcaloides como las peletierinas. La corteza de los frutos es también rica en taninos, mientras que los granos que componen su interior contienen además ácido málico.

Las semillas del granado son refrescantes y vitamínicas y actúan como protectoras de la mucosa (demulcentes).

La corteza de la raíz, el tronco y las ramas destacan por su poder astringente, antidiarreico y antihemorrágico, y se ha usado tradicionalmente en diarreas estivales y, en uso externo, sobre heridas superficiales, heridas bucales y encías sangrantes.

Sin embargo, la aplicación medicinal más utilizada del granado es como recurso natural para deshacerse de los parásitos intestinales: oxiuros, ascaris y, sobre todo, la tenia o solitaria, a los que son especialmente sensibles de contagio niños y ancianos.

Los frutos son astringentes y febrífugos, constituyendo un remedio tradicional muy apreciado en infecciones respiratorias diversas. Las granadas se consumen como un postre refrescante, y con ellas se elaboran zumos, sorbetes, licores y un jarabe conocido como la granadilla, de grato sabor, útil también en caso de afección respiratoria. 

Cómo se utiliza el granado en fitoterapia

El granado se toma en maceración o decocción de corteza de raíz, tronco o fruto, en forma de jarabe, zumo y en decocción para lavados, colirios y enjuagues.

Gárgaras con granadO para la garganta inflamada

En caso de laringitis, amigdalitis o faringitis se puede elaborar un colutorio a base de la corteza del fruto del granado, cola de caballo y llantén mayor.

Cómo prepararlo: Se necesitan dos cucharadas soperas de la mezcla por cada vaso de agua para que quede concentrado. Se hierve durante 2 minutos y se deja infusionar. Los gargarismos se realizarán por la mañana y a media tarde.

Precauciones

Por la presencia de alcaloides, la corteza del granado ingerida puede provocar irritación en las mucosas gástricas, manifestándose con náuseas, vómitos y mareos. Por ello está contraindicada en caso de gastritis y úlcera gastroduodenal y durante el embarazo y la lactancia.
 

Asesora: J Mª Teixé, herborista de «El Manantial de Salud»

 

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