El lapislázuli llama mucho la atención por su color azul intenso mezclado con lo que parecen incrustaciones de color dorado o blanco y por eso es una piedra preciosa muy valorada en joyería. Sin embargo, también es valorada por sus propiedades relacionadas con la comunicación.

Lapislázuli: propiedades físicas

El color del lapislázuli se debe a que es una mezcla de tres piedras distintas: lazurita, calcita blanca y pirita. El color azul viene de la lazurita, de la que tiene mayor cantidad. Las motas doradas y blancas son de calcita blanca y pirita.

El lapislázuli es una piedra preciosa muy valorada en joyería. Por eso es normal que las piezas de lapislázuli tengan un precio más elevado. Podríamos ir a una tienda especializada y comprobar que una pieza del mismo tamaño de, por ejemplo, cuarzo rosa es mucho más económica.

Si te interesan las propiedades de las piedras preciosas, descubre algunas de las más curiosas en este vídeo: 

 

 

Lapislázuli: propiedades y significado espiritual

El lapislázuli es la piedra preciosa por excelencia de la comunicación, pero también de la intuición. Eso la convierte en una gema especial para la comunicación con nuestra alma y con nosotros mismos. Se dice que el lapislázuli ayuda a conectar con los anhelos más profundos, a escucharse y a cobrar fuerzas para materializarlos.

Las propiedades del lapislázuli son muchas, principalmente relacionadas con la comunicación y la intuición.

  • Se la considera una piedra de purificación y autoconocimiento.
  • Se cree que potencia y equilibra la comunicación, la intuición y la expresión.
  • Se suele usar para desbloquear los bloqueos del pasado.
  • Se le atribuye capacidad para facilitar el sueño.
  • Transmite paz y serenidad y ayuda a tomar decisiones importantes.
  • Potencia el pensamiento creativo.
  • Se cree que combate la crueldad mental y sana el síndrome del mártir o el victimismo.
  • Ayuda a escuchar los deseos del alma.
  • Fomenta la sabiduría aportando objetividad y claridad.

Ejercicio de meditación con Lapislázuli 

Te propongo un breve ejercicio para ayudarte a escuchar tu alma. Podrías hacer una breve meditación, por ejemplo, la Meditación guiada para ser feliz, con una pieza de lapislázuli entre las manos (no importa su tamaño). Al terminar la meditación, pregúntale a tu alma qué cosas podrías hacer para hacerte más feliz a ti mismo. Apúntate los susurros de tu alma en un papel y no dudes: lo primero que te venga a la mente será lo certero.

Cómo escoger y cuidar la piedra Lapislázuli 

Como ves, el lapislázuli es una piedra que te ayuda a llegar a las profundidades de tu ser y a comunicarte con seguridad y amor. Para escoger el tuyo, te recomiendo que visites una tienda especializada. Toca varias piezas, siéntelas entre tus manos y permítete enamorarte de alguna. Procura no decidir con la mente. Déjate guiar por el corazón.

Recuerda que es normal que el precio del lapislázuli sea más elevado que el de otras piedras preciosas. Para limpiarla simplemente hay que pasarle un poquito de agua. Podrías tenerla una noche de luna llena a la intemperie, pero eso es a tu gusto. No es necesario limpiarlo todos los meses. ¡Disfruta de tu lapislázuli y descubre los anhelos de tu alma!

Lapislázuli: usos históricos de esta piedra

Fueron los antiguos egipcios quienes empezaron a usar el lapislázuli más extensamente para hacer decoraciones fúnebres. En la tumba del famoso faraón Tutankamón se ha encontrado un gran ajuar decorado con esta gema. También se les ofrecía a muchos dioses y a los faraones.

Posteriormente, durante los siglos XII y XIII, se usó el lapislázuli para teñir las vestimentas de los monarcas de la corte francesa puesto que daba a la ropa un maravilloso color azul muy exótico para la época.

Primero se usó para teñir la ropa, pero en seguida también en el arte pictórico como pigmento de características muy estables. Por esa razón se llegó a conocer como “oro azul” porque adquirió precios superiores a los del oro. Lo usaron grandes artistas de renombre como Leonardo Da Vinci o Miguel Ángel en la famosa Capilla Sixtina.

Al mismo tiempo, se siguió usando con fines ornamentales y se valoraba tanto por su belleza como por las propiedades que se le atribuían.