La remolacha es un fruto con mucha presencia y carácter. Es el dulce de la tierra. Su forma tan especial, la intensidad de su color y su gran aporte energético y nutricional la convierten en un alimento imprescindible de nuestra cocina de temporada.

En este artículo te invito a descubrir la remolacha cruda. Es muy curioso porque en España, y en muchos otros países, por lo general la remolacha nos llega envasada y cocida. Así es como mucha gente la conoce, aunque pueda en temporada encontrarse cruda. No se sabe que la planta tiene hojas comestibles y tampoco que se puede comer sin cocer.

Cuando la remolacha entra en nuestros cuerpos es como si nos recordara lo intensos que podemos llegar a ser en la vida.

Beneficios de la remolacha para la salud

Existen muchas variedades de remolachas: blancas, amarillas, naranjas y con rayas. Cada una tiene sus cualidades, e incluso sus hojas son también un gran alimento, tanto en mini brote como en hoja grande.

Aquí nos centraremos en la variedad roja o morada, con la que estamos más familiarizados, y que puede ser redonda o alargada.

  • Rojo antioxidante. Su color se debe a la presencia del pigmento antioxidante llamado betanina, tan intenso que es capaz de teñir nuestra orina o nuestras heces.
  • Efecto protector. La remolacha, antioxidante y antiinflamatoria, es un aliado natural para preservar la vista y la salud cardiovascular. Es rica en sales minerales, vitaminas y oligoelementos.
  • Reconstituyente. También actúa contra el cansancio, la falta de apetito y la anemia, gracias a micronutrientes que revitalizan los glóbulos rojos y reequilibran los niveles de hierro en la sangre.

La remolacha es rica en hierro y ácido fólico.

Remolacha cruda en la cocina: llena tus recetas de rojo vivo

La remolacha, al ser dulce, da mucho juego en infinidad de recetas. ¡Y las llena de color! Aquí te propongo que la incorpores cruda, para aprovechar toda su potencia nutritiva y de sabor.

  • Remolacha cruda en las ensaladas. Añádela rallada como zanahoria. Queda bien con manzana, hojas verdes, alcaparras, jengibre, comino, cilantro...
  • El zumo de remolacha: un placer por descubrir. Es una muy buena manera de incorporar su energía directamente a nuestras venas como si de sangre se tratara. Si el zumo de la remolacha sola te resulta muy potente, dilúyela con agua, o combínala con zumo de zanahoria, manzana, naranja, cúrcuma, jengibre… También puedes probar esta deliciosa combinación de remolacha, zanahoria, pepino y apio.
  • Paté de remolacha: un entrante original y muy sano. Tritura la remolacha rallada con pipas de girasol activadas, limón, tamari y comino. Está para chuparse los dedos. Aquí tienes la receta detallada. Quédate con la técnica, pues en lugar de pipas, pueden ser anacardos, almendras, pipas de calabaza. También puedes ponerle cualquier otro condimento. Los patés son ideales para untar o rellenar.
  • Sopas o gazpachos de remolacha. Otra opción de tomar la remolacha en formato líquido y muy sencilla: tritura la remolacha con algo líquido y lo que quieras, por ejemplo los mismos ingredientes del gazpacho. O con manzana, aguacate y otras hortalizas, como en esta sopa viva de remolacha y manzana.
  • Remolacha deshidratada para picar. Puedes prepararla en rodajas o rallada, sola o aderezada, para hacer unos chips crujientes. Otra idea es condimentar previamente estos chips con lo que quieras para obtener un nuevo sabor.
  • Remolacha en polvo para condimentar. También la puedes moler y transformar en polvo. Este polvo de remolacha lo puedes usar luego como un condimento o como un ingrediente más, e incluso puedes colorar lo que quieras o decorar tus platos.
  • La remolacha, un colorante natural. Un poco de remolacha tiñe cualquier receta. Pruébalo en falafels, quesos vegetales, burgers, masas de pizza...
  • Fermentos aderezados con remolacha. Puedes hacer con ella chucrut, pickles o una segunda fermentación de kéfir o kombucha. Disfruta de un fermento burbujeante para brindar.
  • Postres de remolacha. Gracias a su dulzor, también podemos incorporarla en nuestra pastelería. Por ejemplo, tritúrala con coco seco, dátiles y ralladura de limón. Lo procesas todo y tendrás una consistencia moldeable con la que hacer trufas frescas, o bien la base de un pastel al que después ponerle una rica y clásica crema de anacardos.

Más inspiración...

Si buscas recetas donde usar la remolacha, ¡empieza por estas!