9 usos de la lavanda en casa poco conocidos

La lavanda es una planta de colores suaves y aroma delicado que proporciona sensación de calma y bienestar. Podemos aprovechar sus cualidades para aromatizar nuestro hogar, pero también para cocinar o incluso para cuidar la piel. Descubre 9 usos poco conocidos de esta planta mediterránea.

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Fotografía: Gtres/Living4media

La lavanda, planta aromática característica del Mediterráneo, destaca por sus numerosas propiedades medicinales (aquí puedes conocer los beneficios de la lavanda), por su belleza y por su olor.

¿Para qué se usa la lavanda? Es un clásico de los botiquines naturales desde tiempos antiguos. Aunque en el mercado la podemos encontrar en aceite esencial, tintura, cápsulas, la planta seca y en infinidad de productos, la lavanda fresca y silvestre recogida en el campo nos permite elaborar muchos remedios caseros para cuidar nuestra salud y perfumar la casa.

Cómo usar la lavanda en casa

Puedes aprovechar la lavanda de muchas formas en tu hogar, tal como te cuento a continuación. Pero recuerda que, si compramos tiestos de lavanda, debemos cerciorarnos que sea ecológica y no tratada con fungicidas, especialmente si pensamos utilizarla con usos culinarios y medicinales.

 

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Fotografía: Gtres/Stockfood

1. Repostería casera al aroma de lavanda

Aunque menos habitual que la canela y la vainilla, la lavanda nos perfuma delicadamente un bizcocho o magdalenas y nos evoca a los atardeceres de verano.

  • La receta es muy sencilla porque consiste en aromatizar la leche o bebida vegetal a utilizar macerando unas 3 cucharadas de flores de lavanda por 200 ml de líquido durante toda la noche y luego colar. También se podría infusionar calentando la bebida y colando posteriormente.
  • Esta leche con aroma a lavanda se utiliza cuando corresponda en la receta repostera.

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Fotografía: Gtres/Stockfood

2. Limonada con lavanda

Menos conocida de la clásica limonada veraniega, pero igual de refrescante y más aromática es la limonada de lavanda.

  • La primera parte de la receta consiste en preparar una infusión con un litro de agua caliente y unas cucharadas de lavanda seca o fresca durante unos 10 o 15 minutos para que coja color o sabor.
  • Se deja enfriar y se añade otro medio litro de agua, el zumo de 2 limones y unas cucharadas de endulzante al gusto como xilitol o miel.
  • A falta de lavanda fresca o seca, podríamos añadir dos gotas de aceite esencial de lavanda en la limonada en función de la intensidad de sabor que busquemos.

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Fotografía: Gtres/Living4media

3. Ramilletes y saquitos de lavanda

Las espigas de lavanda nos decoran cualquier estancia de la casa en solitario o junto con otras flores. Y si secamos las ramas de lavanda durante varias semanas, podemos preparar ramilletes para colocar en los armarios.

  • También puedes preparas los clásicos saquitos que se preparan “desflorando” las flores de la lavanda seca y rellenando con ellos bolsitas de tela fina. Se colocan en los cajones y, además de aromatizar, pueden ahuyentar a los insectos.

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Fotografía: Gtres/Stockfood

4. Agua de lavanda como tónico facial

Para preparar agua de lavanda necesitamos flores de lavanda seca o fresca que machacamos en un mortero para favorecer la liberación de los compuestos aromáticos y rellenamos medio bote de cristal bien limpio y esterilizado.

  • Cubrimos con agua destilada, añadimos unas 10 gotas de aceite esencial de lavanda, agitamos y dejamos reposar unos 10 días en un lugar seco y oscuro removiendo una vez al día para que se integren bien todos los ingredientes.
  • La última fase es colar y envasar en un recipiente opaco. Podemos usarlo como tónico de belleza en nuestra rutina diaria.

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Fotografía: Gtres/Stockfood

5. Infusión relajante y digestiva

Indicada para combatir el insomnio o calmarnos, se recomienda una infusión de lavanda, sea sola o combinándola con otras plantas sedantes como tilo o pasiflora.

  • Se infusiona en agua caliente una cucharada sopera de lavanda seca o de la mezcla elegida por taza de agua unos 10 minutos, se cuela y se toman dos tazas al día, siendo la última una hora antes de acostarse.

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Fotografía: Gtres/Stockfood

6. Sales de baño de lavanda

Una forma fácil de aprovechar los ramilletes de lavanda es preparar sales de baño relajantes y aromáticas y así nos ahorrarnos el aceite esencial.

  • Consiste en picar en una batidora a partes iguales sal marina y la lavanda. En cada baño usamos unos puñados de esta sal y disfrutamos del momento. También podemos preparar sales variadas mezclando la lavanda con romero o menta fresca.

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Fotografía: Gtres/Living4media

7. Sahumerio de lavanda

Un sahumerio de lavanda es ideal para limpiar el aire y perfumar el ambiente de una estancia. Los más conocidos son los sahumerios de salvia, pero el de lavanda deja un olor muy agradable.

  • Necesitamos unas 12 ramas del mismo tamaño de lavanda por ramillete, hilo, tijeras y mechero o cerillas para quemarlo.
  • Enrollamos cada conjunto de 12 ramas con un hilo desde la base hasta las espigas apretando bien el conjunto y cerrando al final.
  • Dejamos secar unos 15 días y ya está listo para usar quemando la parte superior de las espigas y esparciendo el humo generado por la habitación con especial incidencia en las esquinas.

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Fotografía: Gtres/Living4media

8. Ambientador en spray para la casa

Un ambientador casero de lavanda proporciona un aroma natural para todo el hogar sin los tóxicos de los productos convencionales.

  • Para su receta necesitamos primero una tintura de lavanda que preparamos colocando en un bote de cristal limpio y esterilizado lavanda fresca o seca previamente machacada en un mortero y cubierta con alcohol de 96º hasta unos dos dedos por encima de la lavanda.
  • Se cierre con la tapa, se remueve bien y dejamos reposar 10 días en un lugar oscuro y seco para posteriormente filtrar con una gasa o colador del café.
  • Con esta tintura rellenamos la mitad de un spray difusor y el resto con agua destilada. Si incluimos aceite esencial de limón o mandarina resultará un olor más refrescante.

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Fotografía: Gtres/Stockfood

9. Aceite macerado de lavanda

El aceite macerado de lavanda es menos conocido y colorido que el aceite de caléndula, pero resulta igualmente nutritivo y con propiedades para la piel.

  • Machacamos flores de lavanda en un mortero y rellenamos medio recipiente de cristal limpio y esterilizado. Lo rellenamos de un aceite vegetal portador como aceite de oliva virgen extra, aceite de almendras o similar y 20 gotas de aceite esencial de lavanda para potenciar sus beneficios.
  • Dejamos macerar de 4 a 6 semanas y después filtramos y envasamos en un bote opaco para protegerlo de la luz.
  • Podemos usarlo en el cuidado facial o corporal directamente o elaborar con este aceite otros productos e incluso jabón.

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