Regar las plantas puede parecer sencillo, pero hacerlo bien requiere observar, esperar y entender las necesidades de las plantas en un entorno determinado.

El viverista chileno Eduardo Lefort lo resume en una clave esencial: no regar por costumbre, sino por necesidad real del sustrato. Así, conseguimos plantas más fuertes y sanas. 

Regar menos para fortalecer más

Según Lefort, una regla básica que sirve para la mayoría de las plantas es "esperar a que la tierra esté casi seca o completamente seca antes de volver a regar".

La razón de esta espera no es solo evitar el exceso de humedad, sino también "fomentar el crecimiento de las raíces".

"Cuando el sustrato está más seco, las raíces deben esforzarse en buscar agua más profundamente", explica Lefort. Esto estimula su desarrollo, lo que se traduce en una planta más robusta, capaz de resistir mejor el estrés hídrico y otros factores ambientales adversos. 

Una regla general, pero no universal

El experto, que comparte numerosos consejos prácticos en su cuenta @hierbabuenaplantas de Instagram, recalca que esta recomendación se aplica especialmente a las plantas de interior, que viven en entornos más controlados. Sin embargo, hay excepciones importantes.

Entre las excepciones a la regla de esperar a que la tierra esté seca para regar, tienes, por ejemplo, especies como el papiro o la cala blanca, que necesitan un sustrato constantemente húmedo. No seguir la pauta de mantener la tierra húmeda con ellas puede debilitarlas o incluso matarlas.

Más allá de las excepciones, la mayoría de especies que tenemos en casa se benefician de este método de riego más espaciado.

Lefort recomienda, de forma general, "regar cada siete o diez días," siempre comprobando antes el estado del sustrato.

Factores que afectan la frecuencia de riego

Aunque la pauta general es útil, cada hogar y cada planta tienen condiciones distintas que afectan directamente el ritmo de riego.

regar plantas
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Lefort detalla varios factores clave que hay que tener en cuenta:

  • Orientación de la vivienda: Si tu casa está orientada al poniente, es probable que reciba más sol por la tarde, lo que seca el sustrato más rápido. Si mira al oriente, la luz será más suave y necesitarás regar con menos frecuencia.
  • Corrientes de aire o viento: Si en casa hay muchas corrientes o el balcón está expuesto al viento, el agua se evaporará más rápido. Esto también reduce la humedad del sustrato.
  • Tipo de maceta: Las macetas de barro o terracota permiten que el agua se evapore por sus paredes, por lo que el sustrato se seca más deprisa que en macetas de plástico o cerámica vidriada.
  • Composición del sustrato: Un sustrato muy poroso con mucha fibra de coco o perlita retiene menos agua que uno más compacto con mucha turba. Conocer qué tipo de mezcla usas te permite ajustar mejor la frecuencia de riego.

Errores frecuentes que debilitan la planta

Eduardo Lefort subraya que muchas veces las plantas "no mueren por exceso de agua en términos de cantidad, sino por exceso en la frecuencia de riego".

Al no permitir que la tierra se seque, se impide que las raíces trabajen y se desarrollen correctamente.

Este mal hábito provoca suelos constantemente húmedos, lo que asfixia las raíces, favorece hongos y pudriciones, y acaba debilitando la planta, haciéndola más vulnerable.

Un gesto sencillo con grandes efectos

Este método también tiene un efecto educativo, obliga al cuidador a observar más y a entender mejor el comportamiento de cada planta.

En vez de seguir una rutina fija, se aprende a actuar en función de señales reales, el aspecto de la tierra, el peso de la maceta o el estado de las hojas.

Solo hace falta prestar atención al entorno de cada planta y ajustar la frecuencia en función de factores individuales. Al hacerlo, estaremos ayudando a nuestras plantas a fortalecerse.

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