Los packs fríos o compresas frías que se venden son bolsas rellenas de gel que se utilizan para tratar al momento las contusiones para reducir la inflamación. Sin embargo, suelen contener geles con sustancias nocivas para el medio ambiente y la salud. Fabricar un pack de frío en casa con ingredientes naturales evita usar productos químicos nocivos.

También puedes dar rienda suelta a tu creatividad y mezclar el relleno de gel con los colores que más te gusten. Los packs o almohadillas son versátiles, pues tanto se pueden utilizar para aplicar frío como calor.

Cómo fabricar una compresa fría casera paso a paso

Para hacer tu propia almohadilla de frío, solo necesitas unos cuantos ingredientes y algunas herramientas domésticas.

Ingredientes:

  • 80 ml de agua (fría)
  • 27 gramos de sal
  • 13 g de maicena
  • Una bolsa de comida ziplock (de aproximadamente 10 x 15 cm)
  • Una olla, una cuchara y un batidor
  • Colorante alimentario de tu elección

Es importante que no utilices bolsas de plástico convencionales para congelar para que tus almohadilla de refrigeración sean lo más sostenibles posible. Como alternativa, usa bolsas de alimentos reutilizables o bolsas biodegradables.

Elaboración:

Procede de la siguiente manera para hacer tu pack o compresa fría:

  1. Bate el agua, la sal y el almidón en una cacerola.
  2. Calienta la mezcla, revolviendo constantemente para evitar que se formen grumos.
  3. Retira la mezcla del fuego una vez que haya adquirido una consistencia similar a un gel.
  4. Mezcla un poco de colorante alimentario de tu elección, si lo deseas.
  5. Deja que el gel se enfríe.
  6. Mete el gel en la bolsa de ziplock con una cuchara. Asegúrate de que tu compresa de frío no quede demasiado abultada para que luego se pueda adaptar al contorno del cuerpo.
  7. Exprime el exceso de aire y sella la bolsa.
  8. Coloca tu pack frío en el congelador.

También puedes hacer una variante más simple llenando la bolsa de alimentos con alubias, lentejas o garbanzos en lugar del gel. Coloca la bolsa llena en tu congelador y utilízala como una compresa de gel si es necesario.

Cómo usar tu compresa fría

Las compresas frías caseras son versátiles. Al igual que los packs frío convencionales, puedes usarlas una y otra vez.

Simplemente vuelve a colocarlas en el congelador después de su uso. Usa las compresas para contusiones leves, esguinces, picaduras de insectos o dolor de muelas, por ejemplo.

  • Saca el pack de gel del congelador cuando lo necesites. Si está demasiado duro, déjalo reposar a temperatura ambiente un momento para que recupere cierta flexibilidad.
  • Envuelve la compresa con una toalla o paño antes de ponértela. Esto te ayudará a soportar el frío y evitará evitar la quemadura por congelación local en la piel.

  • También puedes el pack para hacer una compresa caliente. Para ello, coloca la bolsa en agua caliente hasta que se entibie. Piensa que el agua no debe hervir. Tampoco debes poner tu almohadilla en el microondas, de lo contrario, la bolsa de plástico podría derretirse.

Motivos por los que no utilizar packs fríos convencionales

Al hacer tus propias bolsas de frío, tienes la certeza de que no contienen productos químicos nocivos. Los packs fríos convencionales a menudo contienen sustancias que pueden ser dañinas para la salud.

Una de estas sustancias preocupantes es el propilenglicol. Es un líquido claro y transparente que se agrega a los cosméticos o artículos para el hogar para retener el agua.

El Centro Alemán de Investigación del Cáncer informa que el propilenglicol puede causar irritación y otras consecuencias para la salud si entra en contacto con los ojos, la piel y las vías respiratorias. Por lo tanto, los packs convencionales deben usarse con precaución y solo bajo supervisión en niños.

Además del propilenglicol, la mayoría de las almohadillas de enfriamiento convencionales también contienen plastificantes como los ftalatos. Algunos tienen efectos dañinos sobre el sistema hormonal. Aunque es poco probable que penetren en el organismo, tarde o temprano el pack se convertirá en un residuo que puede contaminar las aguas. Por lo tanto, es aconsejable utilizar alternativas caseras.