En la lista de ingredientes de un lavavajillas comercial se puede encontrar casi de todo: fosfatos, tensioactivos y aromas sintéticos que dañan el medio ambiente y son una amenaza para la piel y para la salud. 

Los ingredientes naturales son suficientes para mantener los platos limpios y es muy fácil hacer tu propio líquido para lavar platos a mano. Te mostramos dos recetas sencillas. Ten en cuenta de que no solo son más seguras, sino que ahorras dinero y reduces tu impacto ambiental porque no te llevas a casa otro envase de plástico. 

lavavajillas con jabón tipo marsella y bicarbonato de sodio

Ingredientes:

  • 3 cucharadas de jabón tipo marsella ecológico
  • 3 cucharadas de bicarbonato de sodio
  • 300 a 500 ml de agua hirviendo
  • 1 a 2 botellas vacías, preferiblemente de vidrio
  • 10 a 15 gotas de aceite esencial (de limón, naranja o lavanda, opcional)

Elaboración:

  1. Lleva el agua a ebullición en una cacerola.
  2. Luego agrega el jabón rallado con un batidor y después el bicarbonato de sodio.
  3. Remueve hasta que todo se haya disuelto para formar una mezcla homogénea.
  4. Si el resultado es demasiado líquido o demasiado espeso, simplemente déjalo hervir a fuego lento o agrega agua.
  5. Vierte el líquido en las botellas vacías y añade el aceite esencial si lo quieres poner (agita bien después).

La dosificación del lavavajillas ecológico casero no es exactamente la misma que la del producto convencional. Dado que la concentración es menos fuerte, probablemente necesitarás una cantidad un poco mayor para lavar los platos.

Haz tu propio detergente con carbonato de sodio

El carbonato de sodio o sosa es una sustancia versátil que las abuelas usaban para lavar los platos. Con él se puede limpiar prácticamente todo y es una buena base para un ecolimpiador eficaz.

En combinación con el jabón de aceite de oliva tradicional, también conocido como jabón de Alepo, puedes hacer rápidamente tu propio detergente para lavavajillas que es tan efectivo como sostenible.

Ingredientes:

  • 15 g de jabón de aceite de oliva rallado
  • 1 cucharadita de carbonato de sodio
  • 300 ml de agua caliente
  • 1 a 2 botellas vacías, preferiblemente de vidrio
  • 0 a 15 gotas de aceite esencial (opcional)

Elaboración:

  1. Pon el jabón rallado en una cacerola y vierta agua caliente sobre él.
  2. Luego agrega el carbonato de sodio.
  3. Si el jabón no se disuelve bien, simplemente vuelve a calentar todo brevemente.
  4. Deja que el líquido lavavajillas casero se enfríe y viértelo en las botellas.
  5. Puedes lograr un aroma con unas gotas de aceite esencial.
  • Variante: Si te gusta más alimonado y a la vez más concentrado: Usa unos 500 ml de agua y también hierve la ralladura de un limón con el agua. Deja que todo se reduzca a la mitad. Luego quita la ralladura de limón y agrega el jabón y la sosa como se indicó anteriormente.

Los mejores consejos contra la suciedad persistente

También puedes limpiar fácilmente ollas, sartenes, bandejas para hornear o cacerolas con residuos persistentes pegados al fondo sin el tedioso fregoteo. El bicarbonato de sodio será tu ayuda. Procede de la siguiente manera:

  • Espolvorea una cucharadita de carbonato sódico y echa un poco de agua caliente.
  • Deja reposar durante unos minutos, prueba para ver si se desprenden las costras y enjuaga como de costumbre.
  • Con utensilios de cocina más grandes, simplemente usa una mayor cantidad de carbonato sódico.
  • Para las manchas muy difíciles, es mejor dejar la mezcla de bicarbonato de sodio durante toda la noche o hiérvela brevemente y luego deja que se enfríe.
  • Ten en cuenta que esta operación es mejor hacerla con guantes de cocina porque el carbonato de sodio puede ser irritante para las manos y los ojos.

Cuanto antes limpies las ollas, más fácil te será sacar la suciedad y las incrustaciones. La forma más rápida de hacerlo y que ahorra energía es simplemente llenar la olla que se va a limpiar con un poco de agua tibia y bicarbonato de sodio y dejarla en el fuego cuando se apague éste (sobre todo si se tiene una vitrocerámica, así se aprovecha el calor residual).