Todos queremos que los espejos ofrezcan una superficie impecable que refleje perfectamente lo que tiene delante. Sin embargo, no es fácil mantenerlos limpios. En el baño, les llegan las salpicaduras de agua, pasta de dientes, lápiz labial, huellas dactilares, etc.

Es fácil caer en la tentación de limpiarlo con algo potente, y el limpiacristales, por ser lo que utilizamos para los cristales, parece a priori lo más adecuado, pero conviene ser prudentes. 

El limpiacristales no es recomendable para los espejos

Si eliges el producto de limpieza equivocado, corres el riesgo de que el espejo, que en ese momento puede volver a brillar, pronto aparezca más feo de lo que se vería con unas pocas salpicaduras de pasta de dientes o manchas de agua.

El uso frecuente de agentes de limpieza ácidos, y también de limpiacristales, puede hacer que en los espejos aparezcan manchas parecidas al óxido o marrones, que con el tiempo se van extendiendo desde los bordes.  Estas manchas se denominan "corrosión especular" y son generalmente irreversibles cuando se han extendido a partir de cierto punto.  

¿Qué sucede cuando se produce la corrosión del espejo?

En primer lugar, hay que saber que un espejo no es sólo un trozo de cristal. Consta de dos o más capas de material. Un espejo de calidad actual suele constar de un vidrio flotado o vidrio plano, una capa de cobre o titanio, y una tercera capa de plata, que es el elemento reflectante y que se cubre con un barniz protector. Un espejo más barato puede constar únicamente de vidrio, aluminio y barniz. 

Lo que muy poca gente sabe es que los limpiadores de cristales que se utilizan con las ventanas no son adecuados para los espejos. Un limpiacristales agresivo puede llegar hasta la plata a través de los  bordes del espejo, incluso a través de las grietas, arañazos o huecos más finos sobre la superficie, y lo destruye gradualmente.  

También debes evitar otros remedios caseros para limpiar el espejo

No sólo los limpiacristales, sino también otros agentes de limpieza ácidos afectan a la capa de plata. E incluso los remedios caseros que han sido elogiados durante mucho tiempo pueden causar grandes daños. No se recomienda el uso de vinagre, alcohol o zumo de limón, ya que estos productos también son muy ácidos.

Es evidente que un limpiador abrasivo tampoco es la elección correcta, ya sea un producto industrial o un producto doméstico, como periódicos o rodajas de patatas. Estos agentes rayan la superficie del espejo y obstruyen los poros de la capa de plata.

Limpia el espejo solo con agua

En última instancia, la pregunta sigue siendo cómo se limpia realmente un espejo con cuidado. La respuesta es tan sencilla como obvia: la opción más suave es simplemente agua tibia, a la que puedes añadir un pequeño chorrito de jabón, si es posible ecológico o de fabricación casera.

Con un paño de microfibra o algodón humedecido con esta mezcla, trabaja con cuidado la suciedad hasta que el espejo finalmente vuelva a quedar limpio. Luego toma un paño limpio, humedécelo con agua pura y límpia el espejo de nuevo.

Esto eliminará las huellas dejadas por el detergente. Finalmente, seca el espejo con un paño de microfibra seco o una toalla suave. Si tienes en cuenta estos pocos consejos, no se producirá ningún daño antiestético en el espejo.