El feng shui es la antigua filosofía china que busca armonizar la energía (chi) en los espacios para favorecer el bienestar, la salud y la prosperidad de quienes los habitan.
Una de sus recomendaciones es mantener el equilibrio entre las cinco energías, Agua, Madera, Fuego, Tierra y Metal, y adaptar el juego entre ellas, teniendo en cuenta la función de cada espacio.
Esta ciencia milenaria enseña que la cocina puede ser una fuente de salud o de conflictos en función de estén distribuidos sus elementos. Montse Barquero, consultora de feng shui, explica cómo resolver uno de los errores más comunes: que la energía del agua y del fuego estén demasiado próximas.
Fuego y agua: un conflicto que se puede evitar
Montse Barquero, fundadora del proyecto Equilibrio Feng Shui, y divulgadora con una comunidad creciente en redes sociales, se dedica a acompañar a personas y familias que desean armonizar sus espacios y mejorar su bienestar a través de pequeños cambios con gran impacto energético.
Cuando entra en las cocinas, a menudo se encuentra con que el fregadero está junto al horno. “El fuego y el agua representan energías opuestas —explica Montse en sus publicaciones—. Si están demasiado cerca, hay un conflicto que se nota en el día a día: malestar, agotamiento, discusiones o incluso dificultades económicas”.
Para evitarlo, ella propone una solución sencilla y accesible: "colocar entre ambos elementos una planta, una tabla de cortar de madera o algún objeto natural que represente el elemento madera".
Por qué la madera equilibra la energía en la cocina
Según el feng shui, cada elemento —agua, madera, fuego, tierra y metal— tiene una función concreta en el ciclo de generación, una secuencia en la que cada uno alimenta o genera al siguiente, promoviendo el flujo y equilibrio de la energía.
La madera, en este caso, actúa como un puente que transforma la energía del agua en una forma que puede nutrir al fuego, suavizando el choque entre ambos.
Una simple maceta con una planta viva, preferiblemente de hojas redondeadas, puede ser suficiente. También vale una pieza de madera real como una tabla de cocina, una bandeja o incluso una lámpara con pantalla de fibras naturales.
“Lo importante es que no sea plástico ni algo artificial, porque eso no tiene energía viva”,aclara Montse en sus vídeos.
Detalles que marcan la diferencia
Aunque pueda parecer algo menor, esta corrección tiene efectos visibles. “Cuando se equilibra ese punto de la cocina, las personas lo notan en su estado de ánimo, en su vitalidad e incluso en cómo fluyen las cosas en casa”, comenta Barquero.
Es una forma de devolverle coherencia al espacio donde preparamos los alimentos y, por tanto, donde generamos buena parte de nuestra energía personal y familiar.
El cambio no requiere reformas ni grandes inversiones. Barquero insiste en que el feng shui trabaja con lo que ya hay en casa, ayudando a reinterpretarlo para que juegue a nuestro favor. De hecho, a menudo un problema se resuelve quitando algo o en lugar de añadiendo.
Cinco claves para una cocina con buen feng shui
En general, podemos mejorar el feng shui de la cocina con unas medidas muy sencillas:
- Evita el desorden visual: la encimera despejada facilita el flujo del chi(energía vital)
- Mantén el área de cocción limpia y bien iluminada: activa la energía de la prosperidad.
- Cubre los cuchillos o guárdalos en un cajón: el filo expuesto corta simbólicamente la armonía.
- Revisa los estropajos y bayetas: si están sucios o gastados, bloquean el flujo energético.
- Añade elementos de madera real si hay predominio de metal o blanco: aportan calidez y equilibrio.
Pequeñas acciones, grandes resultados
Barquero señala que muchos de sus clientes notan mejoras emocionales o relacionales con gestos tan simples como mover un cubo de basura o colocar una planta.
“No es magia ni superstición”, aclara, “es observación consciente de cómo nos afecta lo que nos rodea”. Por eso recomienda empezar por un solo cambio y observar qué ocurre.
El feng shui no es solo una técnica de decoración, sino una forma de leer el espacio como un reflejo de lo que vivimos.
Si el fuego y el agua están en conflicto, también lo estarán, de forma simbólica, algunas áreas de nuestra vida. “Al armonizar tu cocina, armonizas tu día a día”, concluye.
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