¿Te consideras una persona emocionalmente fuerte? Es algo que no solemos preguntarnos, hasta que nos encontramos en una situación complicada. Entonces toca demostrar de que pasta estamos hechos. Pero ¿y si pudiéramos medir esta capacidad con tiempo? ¿Y si pudiéramos saber si estamos preparados para hacer frente a las dificultades te la vida?
Es posible, y saber qué tan resistente eres a nivel emocional puede ser crucial si quieres prepararte para los contratiempos de la vida. Porque si notas que tu resiliencia no está muy en forma, siempre puedes mejorarla enfrentándote a lo incómodo. Una de esas grandes incomodidades, asegura el entusiasta de la psicología y fundador de Hack Spirit, Lachlan Brown, es la soledad. “Sentirse cómodo solo es uno de los signos más subestimados de fortaleza emocional”, escribe el experto en Global English Editing. Así que, si eres capaz de hacer estas cosas solo, eres más fuerte emocionalmente que la mayoría.
Comer en un restaurante
Todos hemos visto esta escena tragicómica en el cine. El protagonista entra en el restaurante, y la amable camarera le pregunta, “¿mesa para dos?”, a lo que nuestro derrotado héroe responde “solo para uno”. Drama.
Pero… ¿por qué nos parece tan dramático esto de comer solos en un restaurante? “La mayoría de la gente evita esto como la peste”, escribe Brown en su artículo, “les preocupa que piensen que los han dejado plantados o que no tienen amigos”.
Sin embargo, ser capaz de superar esta vergüenza, puede ser la prueba definitiva de fortaleza emocional. “Si puedes sentarte, pedir comida y disfrutar de tu compañía sin estar mirando el móvil cada dos segundos, vas un paso por delante”, concluye el experto.
Además de ser toda una proeza para aquellos que sienten pavor por la soledad, disfrutar de una comida en soledad puede ser una oportunidad para conectar con los sentidos, vivir el presente con conciencia y disfrutar de la compañía propia. Estar cómodos solos es esencial para desarrollar la resiliencia. Es un reflejo, añade Brown, de que “no le temes al silencio, no buscas validación. Simplemente estás presente”.
Ir al cine
Lo de ir solos al cine tenemos que superarlo cuánto antes. ¡Es un espacio mágico que puede disfrutarse tanto en compañía como en soledad! Pero lo cierto es que la gran mayoría de las personas evitan a toda costa sentarse en la oscuridad de las salas del cine a solas, sin un amigo, pareja o conocido que les acompañe. “Parece sencillo”, asegura Broen, “pero entrar solo al cine requiere agallas. Estar dispuesto a hacer algo divertido, incluso si no hay nadie más”.
Superar esta resistencia significa “que no necesitas un colchón social”, que “tienes la confianza suficiente para disfrutar de la vida a tu manera”, explica el experto. Y es que lo contrario es absurdo. ¿Te vas a perder tu película favorita por no tener a nadie que te acompañe? ¿Cuántas más cosas te vas a perder en tu vida por no contar con alguien que vaya de tu mano? La vida pasa rápido, es nuestra obligación no desperdiciarla esperando a nadie.
Viajar
¿Eres capaz de imaginarte a ti misma en un avión sin nadie a quien conozcas cerca? Si no solo puedes imaginarlo, sino que lo has hecho alguna vez (y no por trabajo), es muy probable que seas una persona muy fuerte emocionalmente. Porque como escribe Brown, “viajar sin compañía no solo es valiente, sino que también es emocionalmente liberador”.
En esta experiencia, expone el experto, “te enfrentas a lo desconocido, tomas decisiones de forma independiente y, a menudo, te enfrentas a retos inesperados”. Todo esto hace que, “las personas que viajan solas regresen más fuertes, más flexibles y más conscientes de sí mismas”.
Sentarte en silencio sin distracciones
El restaurante, el cine y el avión son espacios de terror para quienes huyen la soledad, pero no generan ni una décima parte del terror que esta situación: estar sentado, en silencio, sin nada con lo que distraerte. ¿Cuándo fue la última vez que lo hiciste? ¿Cuánto tiempo aguantaste? Sí, es muy difícil mantenerse ahí, en silencio.
“La mayoría llenamos cada silencio con ruido”, afirma Brown. Ponemos la música, la televisión, la radio, un podcast, el teléfono. Lo que sea antes de estar a solas y en silencio.
En cambio, continua el experto, “las personas emocionalmente fuertes pueden reflexionar sobre sus pensamientos sin entrar en pánico. No les asusta lo que pueda surgir. Lo afrontan."
Decir “no”
Ha llegado el momento del último reto. Si eres capaz de comer en tu restaurante favorito sola, has ido al cine sola y te has recorrido el mundo sin nadie a tu lado, si incluso te has sentado en silencio, sin nada que hacer, y no has perecido en el intento, ha llegado el momento de enfrentarte a la prueba final. Tus amigos te llaman. La fiesta del siglo está a punto de empezar. Estás cansada, no te apetece demasiado, y cuando te preguntan, “¿te apuntas?”, respondes: “No. No me apetece”.
Esta es, según Brown, la prueba definitiva de fuerza emocional que muy pocos pueden pasar. “Ya sea rechazar una invitación a una fiesta o rehusarte a hacer un favor, decir “no” hace que muchas personas se sientan incómodas”, explica el experto. “Pero si puedes decirlo con amabilidad, y sin sentir que le debes una explicación a nadie, has dominado los límites emocionales. Eso es poder”.
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