Con la llegada de la primavera y los primeros rayos de sol, muchas personas sienten el impulso de limpiar sus ventanas.
Y es que, bajo la luz directa del sol, las marcas y las rayas se hacen más visibles que nunca. Si piensas que el secreto para conseguir un acabado impecable está en el limpiacristales, te sorprenderá saber que es más importante el momento elegido para limpiar.
Te desvelamos las claves para mantener los cristales relucientes y resolver las dudas más comunes sobre la limpieza de ventanas.
¿Cada cuánto hay que limpiar las ventanas?
La frecuencia ideal para limpiar ventanas no está escrita en piedra. Hay quienes lo hacen cada pocas semanas, mientras que otros se conforman con hacerlo una o dos veces al año.
La necesidad varía según factores como el clima, si hay niños pequeños que dejan huellas, o si se espera una visita y se quiere causar una buena impresión.
Aunque desde las asociaciones de consumidores se recomienda hacerlo unas seis veces al año, los expertos en limpieza consideran que dos veces al año es una frecuencia suficiente para la mayoría de los hogares.
El tiempo que se dedique a cada ventana es una elección personal, pero el criterio más fiable será siempre visual: cuando se recupera la transparencia del cristal, la tarea está cumplida.
El momento del año marca la diferencia
La estación del año influye directamente en los resultados del limpiado. Las mejores épocas para lavar ventanas son la primavera y el otoño, aunque también puedes hacerlo un día nublado de verano o a última hora de la tarde.
Limpiar en invierno, con frío extremo o lluvias, no solo es incómodo, sino ineficaz.Y hacerlo en pleno verano con sol intenso también puede ser contraproducente.
La razón es sencilla, el calor excesivo hace que el limpiador se evapore demasiado rápido, lo que provoca las temidas marcas y rayas.
Lo ideal es trabajar en días nublados, con temperaturas entre 5 °C y 25 °C. Así, el cristal no se seca de inmediato y se puede repasar sin dejar restos.
¿Qué pasa si nunca limpias las ventanas?
Las consecuencias van más allá de lo estético. Con el tiempo, el polvo y la suciedad se acumulan, dando a las ventanas un aspecto opaco y descuidado.
Además, pueden afectar a personas con alergias, ya que el polen y otras partículas se adhieren fácilmente a los cristales.
Por otra parte, las ventanas sucias alteran la percepción general de la casa. Unas cristaleras limpias aportan luminosidad y dan una sensación de orden y confort. Lo contrario, transmite dejadez y poca higiene.
¿Sirve el truco del papel de periódico?
Esta técnica tradicional aún tiene defensores. Aunque no se recomienda para limpiar, sí puede ser útil al secar el cristal, ya que el papel de periódico bien arrugado pule y elimina restos sin dejar rayas. Eso sí, debe evitarse el papel satinado o de revista, que no es absorbente.
El procedimiento ideal consiste en limpiar con un paño húmedo y luego secar con el papel, lo que asegura un acabado brillante y sin marcas.
Fórmula de limpiacristales natural
Puedes preparar un limpiacristales casero, natural y muy efectivo con ingredientes que probablemente ya tienes en casa. Aquí tienes una de las fórmulas más recomendadas:
Ingredientes:
- 2 tazas de agua destilada o filtrada para evitar marcas
- 1 taza de vinagre blanco de limpieza
- 1 cucharadita de jabón líquido para platos
Preparación y uso:
- Vierte todos los ingredientes en una botella con pulverizador.
- Mezcla bien agitando el recipiente.
- Pulveriza la mezcla sobre los cristales o espejos.
- Limpia con una bayeta especial para cristales o con papel de cocina absorbente para evitar pelusas.
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