Recuerdo que de niña mi abuelita tenía un colgante de ámbar que me fascinaba. Era una pieza que, por aquel entonces, me parecía muy grande y tenía, además, una pequeña mosca fosilizada en su interior. Hoy te desvelamos todos los secretos del ámbar, un mineral que, en realidad, es una resina

¿Qué es el ámbar?

El ámbar, aunque suele ser tratado como una piedra semipreciosa porque lo encontramos en las tiendas de minerales y en joyerías es, de hecho, un fósil

Como bien sabes, los árboles producen resina para protegerse y recubrir su corteza cuando esta se ve amenazada por infecciones, insectos o enfermedades. Esta resina, con el paso de los años, se endurece y se fosiliza y entonces, voilà, tenemos el ámbar

 

El ámbar que hoy tocamos y llevamos en nuestros anillos o collares se secó hace unos 40-60 millones de años, incluso se han encontrado piezas con más años de antigüedad. Muchas veces, debido a su procedencia, encontramos restos vegetales o animales en las piezas. Simplemente, son pequeños insectos o flores o hierbas que quedaron atrapados en la resina y pasaron a formar parte de su proceso de fosilización para, finalmente, formar parte de la pieza. 

Existen muchos colores de ámbar: rojo, blanco, marrón, verde, azul, negro… Sin embargo, los más comunes y fáciles de encontrar son el amarillo y el naranja

El ámbar ha sido siempre una pieza interesante para los paleontólogos, interesados en conocer la naturaleza de la vida años atrás en la tierra. Sin embargo, se ha usado también como pieza decorativa y como amuleto

Propiedades energéticas del ámbar

Mi abuelita sufría siempre de dolores de cabeza y recuerdo que se ponía su pieza de ámbar sobre la sien mientras se estiraba en la cama. Esto ahora lo comprendo y es que el ámbar tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas

Por otro lado, se le conoce como una antigua proveedora de equilibrio, vitalidad y limpieza. Así que te ayudará a mantener tu energía limpia, es ideal para llevar en el bolsillo a todos esos lugares muy concurridos y que suelen tener un ambiente denso: hospitales, tanatorios, universidades, discotecas, bares, conciertos, festivales… También te permitirá calmar el estrés y te fomentará una visión más positiva de la vida.

A nivel curativo, va bien para el aparato digestivo y las articulaciones y para cualquier parte del cuerpo que pueda sufrir inflamación, ya que el ámbar es antiinflamatorio

Como ves, el ámbar tienes múltiples aplicaciones. No importa la forma en la que decidas llevarlo: anillo, pulsera, en el bolsillo…Esto siempre es a tu gusto. De todas formas, también es una pieza preciosa para tener decorando la casa y te beneficiarias igualmente de sus bondades. 

Piedra Ámbar para conectar con la tierra

Debido a su origen y procedencia, se considera una piedra de conexión con la tierra. Si eres una persona que tiende a estar siempre en la luna, eres soñadora y te cuesta estar con los pies en la tierra, necesitas un extra de conexión con lo material y la presencia y para ello el ámbar podría ayudarte.

También hay síntomas físicos que nos avisan de que necesitamos conexión con lo natural: estar muy en la mente y que te cueste estar verdaderamente en el presente, síntomas de alergias como estornudos o la rinitis, sentir ansiedad, cierta despersonalización con nuestra vida, etc. 

Para solucionarlo tenemos muchos remedios a nuestro alcance, pero voy a explicarte un pequeño ritual que tiene al ámbar como protagonista. Podría ayudarte especialmente si tus síntomas todavía son leves y los achacas mucho a una tendencia emocional y energética. 

Solo necesitas una pieza de ámbar que te quepa en el bolsillo, la llevaremos siempre con nosotros. Cuando sientas que tu mente vuela demasiado, simplemente tienes que poner la mano en el bolsillo, tocar el ámbar y decirte alguna palabra amable mentalmente. Cómo ves, es un ritual muy sencillo. 

Si tienes más tiempo, podrías visualizar que de tus pies salen unas raíces fuertes que te anclan a la tierra y al momento presente. 

Cómo cuidar del ámbar

El ámbar al ser una resina es un poquito más blando que los minerales, así que solamente recomiendo pasarle un agua por debajo del grifo para limpiarla. 

No necesita sal, ni luz del sol, ni nada de nada. Solamente un poquito de agua corriente (tiene que estar fría) mientras mantienes un pensamiento amable y de agradecimiento hacia tu pieza. Si a ti te gusta hacerlo, puedes dejarlo una noche debajo de la luz de la luna llena, no obstante, no hay una receta exacta y no haría falta. 

¡Truco extra! Si el ámbar pierde su brillo sí que puedes dejarlo entre diez y quince minutos al sol después de haberlo pasado por agua. 

Cuando lleves tu ámbar recuerda que es una pieza con muchos años de vida y que va a acompañarte muchos más, si la cuidas y la tratas con cariño. ¡Disfrútala!