Fritz Perls

Sé tú mismo aquí y ahora

Nacido en 1893 en Berlín en el seno de una familia judía, era el hijo pequeño y se mostró rebelde muy pronto, llevándose particularmente mal con su padre, a cuyo funeral incluso se negó a asistir.

Cuando tenía 18 años, Fritz frecuentaba los ambientes bohemios e intelectuales y allí conoció a uno de sus grandes referentes, el actor y director de teatro más influyente de toda Europa, el austríaco Max Reinhardt, que proponía una forma de actuar sincera, acercándose al personaje desde las emociones y vivencias propias del actor.

Perls, enamorado del teatro, afición compartida por su madre, se hizo actor en la compañía de Max Reinhardt y aprendió cómo ponerse en la piel de cada personaje desde la autenticidad y desde su propia manera de sentir.

La técnica teatral de Reinhardt la usaría después en sus talleres y repercutió en su forma de realizar la psicoterapia. Perls se fijaba en los gestos más sutiles de la persona y hacía dar voz a las distintas polaridades (partes de nosotros mismos, a veces opuestas).

Perls utilizó la técnica teatral precisamente para desmontar el artificio que la persona se autoimpone.

Buscaba la autenticidad rompiendo, si hacía falta, con lo establecido y con las reglas internas que se había autoimpuesto la persona a través de su contexto educativo o cultural. Esa senda le llevó a estudiar medicina y convertirse en neuropsiquiatra.

En esos años conoció al filósofo Paul Friedlander, que marcará su manera de ser, aportando a Perls –y a la Gestalt– una parte espiritual no religiosa. De la filosofía de Friedlander, Perls adopta el concepto de “punto cero”, un punto desde el cual surgen todas nuestras polaridades, con lo que no hay ninguna mejor que la otra y, por tanto, el trabajo terapéutico consiste en integrarlas de nuevo para conciliarlas, otro punto central de la terapia Gestalt.

La influencia de Karen Horney

Con 32 años, cuando aún vivía con su familia, descubre los libros de Freud y conoce a Karen Horney, psicoanalista y precursora de la psicología humanista. Con ella hizo su primer análisis y de ella aprendió a priorizar lo práctico y la acción por encima de las ideas y la importancia del compromiso humano sin demasiados conceptos teóricos complicados.

Horney también le enseñó a distinguir entre lo verdadero de la persona –aquello que es auténtico y esencial en ella– y la imagen idealizada que esta se hace de sí misma. Posteriormente, basándose en estas ideas, Perls elaboraría el “autoconcepto”, definido como un conjunto de creencias que nos limita el desarrollo de todo nuestro potencial y está al servicio de cumplir las expectativas de nuestros padres, nuestro sistema familiar, en pos de recibir el amor que necesitamos, y que nos lleva a alejarnos de nuestro verdadero ser y a la vez nos impide ser libres.

Las expectativas de nuestro entorno nos alejan de nuestro verdadero ser y de la libertad.

De Horney también sacó Perls la teoría de los “deberías” y de la responsabilidad individual que todo ser humano tiene tras la infancia, que le ayudó a desarrollar la confrontación que la persona mantiene entre el topdog y el underdog. El primero es la expresión de los “deberías”, autoritario, mandón y tirano, mientras que el segundo se muestra defensivo, adulador y pospone sus compromisos.

La integración del organismo en el sujeto

Fritz Perls trabajó en 1927 como asistente del neuropsicólogo Kurt Goldstein, que investigaba sobre los efectos de la percepción utilizando los descubrimientos de la psicología Gestalt. Conceptos como “Gestalt inconclusa”, “Figura-Fondo”y la sustitución de conceptos psicológicos por conceptos organísmicos proceden de este marco teórico. Es allí donde conoce a Laura mientras ejerce ya como psicoanalista.

Y pocos años después el psiquiatra Wilhelm Reich [ENLAZAR CON REICH] fue su psicoanalista y amigo. Reich le enseñó la importancia del contacto con el cuerpo y Perls aprendió a trabajar como él, fijándose en el cuerpo de los pacientes más que en aquello que dicen, quedándose siempre en el presente, en el aquí y ahora.

De Goldstein y Reich Perls aprendió la importancia de conectar con el cuerpo más allá de los conceptos de la mente.

Con la llegada de Hitler al poder, Perls y su familia se trasladan a Sudáfrica, donde crean el Instituto Psicoanalítico de Johannesburgo y puede vivir un tiempo de prosperidad. Desarrolla un trabajo sobre las resistencias orales, que presenta en un congreso en el que se encuentra con Freud, pero sale muy desilusionado y frustrado porque su trabajo no es aceptado. Ni siquiera Reich le apoya, por lo que empieza su distanciamiento.

En Sudáfrica, recoge las ideas sobre el holismo de Jan Christiaan Smuts y escribe con la ayuda de Laura su primer libro: Yo, hambre y agresión (1940), que constituirá la base para crear su propio marco teórico alejado del psicoanálisis y de las bases freudianas.

Cómo superar la inseguridad de las guerras

Conoció los horrores de la primera guerra mundial con 22 años, como médico voluntario, en el ejército alemán, una experiencia que describe como la peor de su vida, ya que estuvo en el mismo frente y vio morir a su mejor amigo. No se libró de la segunda y decidió en 1943 –con 50 años– ejercer como psiquiatra en el ejército de Sudáfrica.

Estas circunstancias vitales influyen directamente en el marco teórico de la Gestalt, así como el existencialismo y la fenomenología, movimientos filosóficos que surgen en un momento en que la humanidad está inmersa en la inseguridad.

De ahí Perls destaca la importancia de vivir el presente y la responsabilidad individual. Al igual que el existencialismo, está convencido también de la capacidad creativa de todo ser humano.

De la fenomenología comparte la importancia de la simple descripción de las cosas sin prejuicios, así como que el sujeto y el objeto están relacionados interdependientemente, diferenciándose del positivismo, que habla de la posibilidad de ser mero observador de la realidad.

El nacimiento formal de la terapia Gestalt

Con 53 años, preocupado por la situación política de Sudáfrica, que vive en el apartheid, Perls viaja a Estados Unidos. Un año después, en 1947, Laura y los hijos del matrimonio se reúnen con él para instalarse en Nueva York, donde conoce a psicoanalistas e intelectuales como Erich Fromm [ENLAZAR CON FROMM] y Paul Goodman, entre otros. Perls está muy ilusionado con Paul Goodman: congenian enseguida y empiezan a trabajar juntos, mientras que Laura se convierte en la terapeuta de Goodman.

La autorregulación organísmica es un proceso en el que el cuerpo satisface sus necesidades en interacción con el ambiente.

Fue una etapa muy fructífera. Tras 10 años en Nueva York puede decirse que nace formalmente la terapia Gestalt y Perls logra su objetivo: ser auténtico y ayudar a los demás a serlo independientemente de la imagen proyectada. Consigue la autenticidad dejándose ser, estar y actuar según su propio ser; desapegándose y renunciando a todo lo que no fuera dejarse fluir con la autorregulación organísmica, el proceso vital que nos permite satisfacer nuestras necesidades y adaptarnos a nuestro ambiente.

A pesar de que el éxito empieza a sonreírle, Perls se separa de Laura maltrecho de salud. Desorientado, pasará un año viajando por el mundo, yendo entre otros países a Japón, donde pasará dos meses en un monasterio zen. En Israel realiza un intenso trabajo de transformación a través de los efectos del LSD.

En 1964, con 71 años, se instala en el Esalen Institute de California, donde acepta realizar demostraciones de la terapia Gestalt y por vez primera le llega el reconocimiento y el respeto. En marzo de 1970 muere en el Weiss Memorial Hospital de Chicago, tras recibir la última visita de Laura.

La sabiduría natural del cuerpo

El cuerpo sabe regularse más allá de la intervención de la mente: es lo que postula la autorregulación organísmica de la terapia Gestalt.

1. Sustituir las ideas psicológicas por ideas organísmicas. Como organismos vivos, funcionamos más a partir de necesidades que de ideas.

2. Organismo + ambiente = campo. Para Perls el organismo no puede entenderse sin el ambiente, dado que es en el ambiente donde encontraremos los recursos para satisfacer sus necesidades.

3. Ciclo de satisfacción de necesidades. Por ejemplo:

  • Estoy inquieto, siento la boca seca (sensación) y tomo conciencia de que tengo sed.
  • Cojo energía para ir a buscar agua (acción).
  • Voy a buscar agua y tomo contacto con ella (contacto con el ambiente).
  • Lleno un vaso de agua, bebo y me siento satisfecho (satisfacción) por haber apagado la sensación de sed.
  • Dejo el vaso (retirada) y ya estoy preparado para hacer otra cosa porque he cubierto la necesidad que me producía malestar.
  • Recupero el equilibrio hasta que aparezca otra necesidad.

El arte de ser espontáneo

Perls postulaba que existe “la moralidad del organismo”, construida más allá de los juicios de valor, de la racionalización de las necesidades y de las manipulaciones, y sin “deberías” basados en la moral religiosa.

Los principios de la terapia Gestalt fueron concretados por Claudio Naranjo, discípulo de Fritz Perls:

Vive ahora; preocúpate del presente más que del pasado o el futuro.
Vive aquí, relaciónate más con lo presente que con lo ausente.
Abandona todos los pensamientos innecesarios; más bien siente y observa.
Prefiere expresar antes que manipular, explicar, justificar o juzgar.
Entrégate al desagrado y al dolor tal como al placer, no restrinjas tu percatarte.
No aceptes otro “debería” o “tendría” más que el tuyo: no adores a ningún ídolo.
Responsabilízate de tus acciones, sentimientos y pensamientos.
Acepta ser como eres.

Principios de la terapia Gestalt

A su vez, estos principios podrían resumirse en:

1. Valoración de la actualidad temporal (el presente frente al pasado o el futuro), espacial (lo presente frente a lo ausente) y sustancial (el acto frente al símbolo).

2. Valoración de la atención y aceptación de la experiencia.

3. Valoración de la responsabilidad personal de cada uno.

Si tomamos estos principios por lo que son: declaraciones de una verdad y no declaraciones de un deber –tal y como propone Claudio Naranjo–, podemos entender que la filosofía gestáltica es una filosofía de lo obvio, como diría Fritz Perls; en efecto, el presente, la experiencia y la responsabilidad son realidades obvias. Si te tomas estos principios como una filosofía y no como una obligación, podrás ser más auténtico contigo mismo, más espontáneo y más libre.

La terapia Gestalt es un encuentro entre dos personas con el objetivo de encontrar y mantener lo auténtico dentro de ellas.

La terapia Gestalt, según la contempla Perls, es el encuentro entre dos personas: un terapeuta entrenado en ser auténtico y mantener ante la vida una actitud gestáltica, y lo que sucede con la otra persona. Es un encuentro en el cual debe emanar una actitud que esté pendiente de lo orgánico con responsabilidad, mientras el ser se abre al gozo, a lo nuevo y a lo creativo, que es lo que propicia la terapia Gestalt para conseguir que la persona encuentre lo más verdadero de sí misma en sí misma.

Su carta al amor propio

La terapia Gestalt propicia abrirse al gozo y que la persona encuentre lo verdadero en ella misma.

Yo soy yo.
Tú eres tú.
Yo soy Yo.
Tú eres Tú.
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas.
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres Tú.
Yo soy Yo.
Si en algún momento o en algún punto nos encontramos, será maravilloso.
Si no, no puede remediarse.
Falto de amor a mí mismo cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor por ti cuando intento que seas como yo quiero, en vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.