¿Crees en el destino o en el azar? Si te declinas por el primero, es probable que pienses que has nacido para algo. Para estar en el lugar adecuado en el momento oportuno. Si crees en el segundo, quizá creas que en la vida nada está predestinado. Que construimos nuestro futuro con esfuerzo, estando preparados para cuando el azar haga girar las tornas.
En cualquier caso, en esta vida nuestra necesitamos dirección. Propósito. Una manera de responder a ese "¿por qué?" que surge tras todas las cosas, y que nos evita caer en el horripilante, "¿y para qué?". Si sabemos por qué vivimos, sabemos para qué nos esforzamos. Así de simple. Y la vida, inevitablemente, requiere de esfuerzos. Por eso, decía el gran escritor estadounidense, Mark Twain, "los dos días más importantes de tu vida son el día en que naces y el día en que descubres por qué".
El poder del propósito
El propósito es lo que da sentido a nuestra vida. Nos ayuda a entender por qué hacemos lo que hacemos. Aporta coherencia y dirección a nuestra existencia, especialmente en momentos complicados. Lo decía Viktor Frankl, superviviente del Holocausto y autor de El hombre en busca del sentido: el sentido es una necesidad humana básica, tan vital como el alimento o la seguridad.
Y es que el propósito no solo nos ayuda a saber hacia donde caminar, sino que funciona como la fuerza en sí misma que nos pone en movimiento, que nos ayuda a superar obstáculos. Cuando tenemos una razón profunda para actuar, somos capaces de afrontar el estrés, el dolor o el fracaso sin perder el rumbo.
De hecho, la psicología apunta que las personas con un propósito claro tienden a tener niveles más bajos de ansiedad y depresión, porque este sentido de dirección actúa como ancla psicológica, permitiendo que las dificultades no se perciban como vacías o inútiles, sino como parte de un camino que llega hacia alguna parte.
Para encontrar el porqué, tenemos que entender quienes somos
Los beneficios de tener un propósito quedan claros. Pero, ¿cómo encontrarlo? ¿Cómo llegar a ese día en el que, como dice Mark Twain, descubrimos por qué hemos nacido? El único camino, nos dicen la psicología y la filosofía, es por medio del autoconocimiento.
Solo descubriendo quienes somos, qué nos motiva, cuáles son nuestros talentos y cuáles nuestros defectos, podemos hallar ese sentido que nos oriente y nos ubique.
Así lo confiesan los expertos en crecimiento personal Álex Rovira y Francesc Miralles en su libro Homo Solver, en el que aseguran que el autoconocimiento no solo aporta "un retrato de quien eres, sino que te da pistas sobre quién puedes llegar a ser". O dicho de otra forma, añaden, "te ayuda a clarificar tu propósito".
Cuatro ejercicios de viaje al centro de uno mismo
A este proceso de autoconocimiento los autores lo llaman, parafraseando a Jules Verne, "un viaje al centro de uno mismo". Y es que cuando hablamos de autoconocimiento podemos ir mucho más allá del mindfulness, que es una buena herramienta para descubrirnos, o de "cualquier otra clase de meditación". Para ellos, el mejor canal para el autodescubrimiento es, en realidad, el arte.
"El arte en todas sus variantes es una excelente manera de conocernos", escriben en Homo Solver, "sin excluir lo que queda en la parte sumergida de la conciencia". Es por esto por lo que los expertos recomiendan llevar a cabo cuatro sencillos ejercicios que constituyen todo un viaje al centro de uno mismo.
- Narrarnos. "Escribir episodios de nuestra propia vida para entendernos mejor", explican los expertos, es una fantástica forma de descubrirnos. Al hacerlo, debemos narrarnos a nosotros mismos lo que nos ha sucedido, como nos hemos sentido, qué hemos aprendido, con qué desafíos topamos. Todo ello se convierte en un profundo ejercicio de autorreflexión. "Incluso puedes llevar un diario de emociones para reconocer y modular mejor lo que sientes día a día", añaden los autores.
- Línea de la vida. En coaching, explican los expertos, existe una herramienta llamada "línea de la vida", un ejercicio para el que no necesitas redactar y que puede resultar cómodo a quien no se entienda bien con las palabras. Para ponerla en práctica, nos explican, debemos trazar "una línea horizontal con una cruz en el medio que se corresponde a nuestro aquí y ahora. "A la izquierda, situarás los grandes eventos de tu pasado. A la derecha, los hitos que te gustaría conquistar en el futuro", continúan los expertos, "poniendo más próximos al ahora tus proyectos inmediatos, y luego los planes a medio y largo plazo".
- Técnica del árbol. De forma similar a la anterior, los expertos nos invitan a probar la "técnica del árbol", que consiste en colocar "en las raíces los principales acontecimientos del pasado, en el tronco lo que define nuestro presente, y en las ramas representaríamos los frutos del futuro".
- Apunta tus sueños. Por último, los expertos nos recomienda llevar un "diario onírico", que nos permita "rescatar reminiscencias del pasado y deseos inconscientes". De esa forma podemos "comprobar qué temas y símbolos se repiten", para así ampliar nuestro grado de autoconocimiento.
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