La buganvilla es esa planta que has visto mil veces, creciendo en plan salvaje y con mil flores. También se la conoce popularmente como veranera o trinitaria, o por variantes del nombre de bugavilla como buganvilia​ o bugambilia. Lo que parecen sus flores, normalmente de color fucsia, realmente no son flores, sino brácteas u hojas modificadas que acompañan a unas pequeñas flores de color clarito.

¿Quieres que la tuya luzca como una diva exuberante, repleta de flores, en tu jardín? Lo puedes conseguir, pero debes saber algo muy importante: aunque es una de las trepadoras con flor más bonitas y fáciles de cuidar, a la hora de trepar no es una planta muy hábil si se la deja sola. No va a agarrarse a la pared como si llevara ventosas. Necesita que la ayudes para desplegarse cubriendo paredes, muros, ventanas o vallas.   

El paisajista Diego Olivares (@loco_plantas) lanza la advertencia: "La buganvilla no tiene capacidad para anclarse por sí misma, así que tu ingenio a la hora de hacerlo es clave para que trepe". 

Por eso me he lanzado a buscar ideas para que mi buganvilla se extienda exactamente por donde yo quiero. 

El secreto: un soporte para que trepe y algunos trucos

La buganvilla necesita tener dónde engancharse, porque no se agarra sola. No tiene zarcillos ni ventosas como otras trepadoras. De ahí que conseguir que lo haga dependa de tu creatividad.

Ten en cuenta cuánto puede crecer

A la hora de soñar cuál será el resultado final, has de saber que las ramas de buganvilla pueden crecer hasta... ¡15 metros! y que las ramas pueden llegar a ser bastante gruesas.  

Ten en cuenta también que puede crecer a un ritmo de 30-90 cm al mes.

Diferentes formas de anclarla

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  • Puedes fijar en el muro o alrededor de la ventana alcayatas, ganchos de ojo o pequeños mosquetones. Puedes separarlos unos 30-50 cm. 
  • Luego, con un cordel de sisal, yute, cáñamo o lino, puedes ir sujetando los brotes que quieres que se desarrollen en esa dirección. A medida que la planta vaya creciendo, añade fijaciones.
  • Para que cubra una celosía o una cerca de alambre, aunque la buganvilla puede agarrarse por sí sola, necesitará que de tanto en tanto la anudes con un cordel al alambre.
  • Puedes poner la buganvilla en la base de una pérgola o un arco e ir guiando y sujetando las ramas a la estructura.

Ten en cuenta este consejo sea cual sea la idea que apliques: ata con lazos amplios y haz revisiones anuales para que los cordeles no estrangulen los tallos.   

Cuidado con las espinas

Antes de empezar a trabajar con la buganvilla, recuerda que la buganvilla tiene espinas. Al manipularla, ve con precaución: ¡una rama mal colocada puede clavarse con la gracia de un erizo! Hazte con unos guantes resistentes y ten mucho cuidado.  

Cómo cuidar la buganvilla

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La buganvilla es una amante empedernida del sol: necesita mínimo 6 horas diarias de luz directa para florecer con fuerza. Así que ubícala a pleno sol, pero al abrigo de corrientes frías y heladas.

Un consejo top para zonas con heladas ocasionales en España: plantarla junto a un muro orientado al sur u oeste. Ese muro hará de “manta térmica” al atraparla del frío norte. ¡Tu buganvilla te lo agradecerá!

Riego

Es bastante tolerante a la sequía y no soporta que sus raíces permanezcan mucho tiempo encharcadas.

En exterior será feliz en casi cualquier tipo de suelo, siempre que tenga los nutrientes necesarios disponibles, claro.

Poda

En cuanto a la temporada de poda, lo mejor es que lo hagas durante la primavera, después de que haya pasado el riesgo de heladas. No obstante, puedes hacerlo en cualquier época del año, preferiblemente después de la floración, para evitar interferir con la producción de flores.

Fertilización

Si quieres que tu buganvilla esté siempre espectacular, no olvides abonarla de forma regular durante su temporada de crecimiento, que va de primavera a otoño. Un fertilizante rico en potasio favorecerá una floración más abundante. Puedes usar abono líquido diluido en el agua de riego cada dos semanas o apostar por un abono de liberación lenta al comienzo de la primavera.

No la riegues demasiado

Y un último truco que pocos aplican: estresar un poco a la planta puede ayudar a que florezca más. ¿Cómo? Evita el exceso de riego y no la mimes demasiado. La buganvilla responde mejor cuando tiene que “esforzarse” un poco por sobrevivir. Es en ese momento cuando concentra su energía en producir más brácteas de colores intensos para atraer polinizadores.  

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