Infusiones frías

Las infusiones frías calman la sed, rehidratan el cuerpo cuando más lo necesitamos y nos aportan todas las propiedades medicinales de las plantas con las que se elaboran. Se pueden tomar en cualquier momento del día y se conservan hasta tres días en la nevera. Las infusiones con teína son más recomendables para acompañar el desayuno o después de las comidas, mientras que las que tienen un toque amargo, como el rooibos, suelen ser más efectivas para eliminar la sensación de sed. Lo mismo ocurre con las infusiones de sabor intenso o un toque picante. 

 

Bebidas con sustancia
Una alternativa saludable a los refrescos azucarados comerciales son las infusiones frías. Aportan los beneficios terapéuticos de las plantas medicinales que contienen, como pueden ser flavonoides y antocianinas –presentes en sus pigmentos–, con capacidad antioxidante y antiinflamatoria; cumarinas, con efectos venotónicos; saponinas, con virtudes expectorantes y diuréticas; o taninos, con acción astringente y hemostática, juntamente con otros nutrientes saludables como vitaminas, minerales y ácidos grasos insaturados.

· Las plantas aromáticas como el hisopo, la lavanda, el tomillo, la menta o la salvia son ricas en esencia, y muestran una acción digestiva, antiséptica y expectorante de alto valor terapéutico.
· Las umbelíferas –apio, anís, hinojo, alcaravea o comino– destacan por su poder carminativo y también digestivo, antiespasmódico y diurético, que les viene dado por el aceite esencial, los flavonoides y esteroles que figuran entre sus principios activos más valiosos.
· Muchos frutos y bayas –madroño, arándano, endrinos, ciruelas, moras y frambuesas– contienen pigmentos en su piel que ejercen una acción antioxidante y antiinflamatoria.
· Las flores de malvas, hibiscos o violas llevan mucílagos y se comportan como antiinflamatorias, mucolíticas y laxantes.
· Y algunas especias como la canela, el jengibre o la cúrcuma, muy ricas también en aceites esenciales, aportan además sus efectos estimulantes, antisépticos y balsámicos.

 

Cómo prepararlas
Para preservar los principios activos de las plantas medicinales no hay que someter la infusión a un hervor excesivo, que los degradaría. También cabe la posibilidad de preparar infusiones o maceraciones directamente con agua fría, para lo cual deben desecharse las plantas que puedan entrañar un mínimo de toxicidad o con potencial irritante, como la cola de caballo, la ortiga, el enebro o la pasiflora. Algunas sugerencias interesantes pueden ser la infusión de té rooibos con melisa y citronela, la de hibisco y jengibre con un toque cítrico; la de ginseng con canela, o un cóctel relajante de tila, verbena y amapola, entre infinidad de posibilidades. 

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