Para la mayoría de las personas, tirar las pepitas de las sandías o el centro de las manzanas es lo normal. Sin embargo, muchas semillas se pueden comer y contienen sustancias muy beneficiosas. También es verdad que algunas solo se pueden consumir con moderación.

Aprovechar al máximo todo lo que un alimento puede proporcionar no solo es beneficioso por el aporte de nutrientes, sino que forma parte de la cultura "residuo cero" a favor de la sostenibilidad y contra el cambio climático.

Sí, algunas semillas contienen cianuro, pero no pasa nada

Algunas semillas contienen amigdalina, que tras ser ingeridas pueden liberar cianuro de hidrógeno, también denominado ácido cianhídrico, un líquido incoloro, muy venenoso y altamente volátil.

Sin embargo, la cantidad de cianuro de hidrógeno a la que uno se puede exponer comiendo una o dos piezas de fruta con sus semillas es prácticamente insignificante.

Para que se produjeran efectos tóxicos sería necesario comer más de 200 semillas de manzana, por ejemplo.

La amigdalina se encuentra en las semillas de las siguientes frutas:

  • Manzana
  • Albaricoque
  • Dátil
  • Pera
  • Cereza
  • Mango
  • Nectarina
  • Melocotón
  • Ciruela

1. Las semillas de uva son ricas en antioxidantes

Muchas personas prefieren las uvas sin semillas. Sin embargo, estas pepitas contienen nutrientes valiosos.

Desde el punto de vista de la salud, los polifenoles que contienen son interesantes por su acción antioxidante, que protege nuestras células frente a los radicales libres. Estos polifenoles reducen la inflamación y fortalecen la respuesta inmunitaria.

Para aprovechar sus propiedades, solo hay que masticar las semillas e ingerirlas junto con el resto de la uva.

2. Comer semillas de manzana es saludable

Como se mencionó, las semillas de manzana contienen una cierta cantidad de amigdalina. Sin embargo, no hay que preocuparse por el envenenamiento por cianuro de hidrógeno. Puedes comerte todo el núcleo con tranquilidad, ya que también contiene valiosos nutrientes, fibra y algunos fitoquímicos.

Como con la mayoría de las pepitas, las semillas de manzana simplemente se excretan nuevamente si te las traga enteras. Si deseas beneficiarte de los nutrientes, debes masticarlas bien.

3. Peras con pepitas incluidas

Las peras son muy similares a las manzanas. También tienen una pequeña cantidad de amigdalina en las semillas, pero tampoco debe preocuparte. Puedes comerte las pepitas que son bastante pequeñas sin ningún problema. Contienen antioxidantes.

4. Sandía con pepitas

Las pepitas de la sandía son ricas en magnesio, hierro, ácido fólico y ácidos grasos insaturados. También contienen provitamina A, vitamina C y proteínas. Por lo tanto, estas semillas son demasiado buenas para desecharlas.

Puedes comer las semillas de sandía tal cual. Es importante masticarlas correctamente. Esta es la única forma en la que tu cuerpo puede aprovechar sus nutrientes.

También puedes preparar un delicioso refrigerio a partir de las pepitas, primero secándolas y luego asándolas en una sartén o en el horno con un poco de aceite y sal. Las puedes comer así, espolvorearla en sopas o añadirlas a ensaladas.

5. Las semillas de cítricos son comestibles

Ya sean de limón, naranja, pomelo o las mandarinas, las pepitas de los cítricos se pueden comer. También contienen fitoquímicos y fibra.

Las pepitas de limón contienen además trazas de ácido salicílico, la sustancia precursora de la aspirina, pero su efecto analgésico es muy pequeño.

6. ¿Se puede comer el corazón del aguacate?

Los aguacates se promocionan como un superalimento por su riqueza en ácidos grasos monoinsaturados, vitaminas, minerales y fibra.

El núcleo, su gruesa pepita central generalmente termina en la basura o en el compost. Es una lástima, porque la "pepa" representa una buena parte del peso que hemos pagado.

Además, en el hueso del aguacate se encuentran el 70% de las proteínas de la fruta. Contiene polifenoles antioxidantes y una pequeña cantidad de una sustancia tóxica, la persina, pero comer medio hueso de aguacate, por ejemplo, no es peligroso.

Para comerlo hay que pelar la capa externa y luego ponerlo a secar en el horno a baja temperatura o al sol. Cuando se haya secado podemos rallar el hueso sobre ensaladas y guisos o añadirlo a batidos.

La medicina tradicional americana utiliza el hueso de aguacate para tratar dolores musculares, parásitos y micosis debido a la cantidad de taninos que contienen. Los taninos poseen propiedades astringentes y antiinflamatorias. Por ello son útiles para combatir la diarrea o la gastroenteritis.

7. Pepitas de papaya contra los parásitos intestinales

La papaya es otra fruta tropical. La gran cantidad de semillas negras que ocupan el centro de la fruta se suele tirar, pero en los países tropicales es común comerlas para prevenir o combatir los parásitos en el intestino.

Este efecto se debe a la enzima papaína, que las pepitas contienen abundancia. La papaína ataca específicamente a los huevos de parásitos. Además, las pepitas de papaya son ricas en antioxidantes.

En términos de sabor, el picante de las semillas recuerda a la pimienta negra. Al principio puede costar un poco acostumbrarse, pero en combinación con la pulpa produce una nota de sabor interesante. Si quieres utilizarlas como especia picante, puedes secar las pepitas y molerlas.