A una hora de Madrid, donde la ciudad deja paso a la sierra y el silencio sustituye a los atascos, se encuentra uno de los secretos mejor guardados de la Comunidad de Madrid: el Bosque Finlandés de Rascafría.
Este rincón, bautizado así porque su creación se inspiró en los paisajes nórdicos, es un lugar idóneo para conectar con la naturaleza. Aquí, los álamos, abedules, chopos y abetos se alzan sobre un lago, pero no estamos en Finlandia, sino en el Valle del Lozoya, en los territorios del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama, posiblemente el espacio natural más bello de toda la región madrileña.
Cómo es el bosque finlandés
El Potario, renombrado como "Bosque Finlandés" de Rascafría, es un espacio natural coqueto, especialmente en invierno, cuando la nieve cubre las copas de los árboles y el pequeño lago se congela, ofreciendo una estampa digna de una postal bucólica. Cuenta, incluso, con una cabaña-sauna, actualmente en desuso.
El bosque está poblado principalmente por abedules, chopos, tejos y acebos, aunque también destacan los enormes abetos típicos de Finlandia, plantados aquí para reforzar el aire nórdico del lugar.
La cabaña de madera con ventanas rojas, que en su día fue una sauna, y el pequeño embarcadero a orillas del lago son los dos iconos más fotografiados del paraje. El silencio y la belleza del paisaje hacen que el Bosque Finlandés sea el escenario perfecto para desconectar.
Origen del bosque finlandés... de Madrid

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El Bosque Finlandés es fruto de un proyecto paisajístico llevado a cabo a principios de los años 90. Juan Vielva Juez, protector del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, tuvo la idea tras un viaje a Finlandia. Impresionado por la belleza de los bosques nórdicos, Vielva decidió adaptar una chopera y los restos del viejo molino de papel de los cartujos para crear este espacio único en la Sierra de Guadarrama.
La mayoría de las piceas y abedules fueron enviados por la embajada de Finlandia y plantados junto al lago artificial que alimentaba el molino, actualmente en ruinas. El proyecto incluyó la construcción de un pequeño embarcadero y la cabaña-sauna, que funcionó durante un tiempo hasta que el vandalismo aconsejó su cierre.
El molino de papel, cuyos orígenes se remontan al menos a 1396 y actualmente se encuentra en ruinas, fue uno de los más importantes de Castilla y suministró el papel para la primera impresión de El Quijote en 1605.
¿Qué se puede hacer allí?
El Bosque Finlandés es un lugar perfecto para el senderismo familiar. El recorrido circular alrededor del lago permite observar los restos del antiguo molino de papel, el embarcadero, la cabaña de madera y una gran variedad de flora y fauna.
El sendero es apto para todas las edades y perfiles de visitantes: niños, personas mayores y mascotas pueden disfrutarlo, siempre que se respete la naturaleza.
Para los más pequeños, el bosque es un lugar mágico donde pueden corretear, descubrir animales, como las ovejas negras francesas, traídas para el belén navideño del pueblo y que ahora viven en la pradera junto al Centro de Investigación y Gestión del Puente del Perdón, o simplemente disfrutar del silencio y la belleza del entorno.
También puedes seguir la ruta que lleva hasta las Presillas, las famosas piscinas naturales del Lozoya (a solo 1 km de distancia) o al Mirador de los Robledos.
preciosas cascadas

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- Si continúas por la ruta de las Presillas, a 4 km se encuentran las Cascadas del Purgatorio, unas preciosas caídas de agua sobre el arroyo de Aguilón. El camino hasta la cascada no es completamente llano, por lo que se recomienda ir con calzado adecuado.
- También es posible visitar el Arboreto Giner de los Ríos, una hectárea de terreno frente al Monasterio de El Paular donde se han plantado árboles y arbustos de diferentes especies.
- En invierno, te puedes acercar hasta el Puerto de Cotos, a 20 minutos en coche desde Rascafría, para esquiar o simplemente disfrutar del paisaje blanco.
¿Cómo se llega?
Desde Madrid, puedes ir en autobús (línea 194 desde la Plaza de Castilla) o en coche, que puedes dejar aparcado junto al impresionante Monasterio de Santa María de El Paular, nombrado como primera Cartuja de Castilla en el siglo XIV.
Desde allí se debe cruzar el río Lozoya por el Puente del Perdón, un puente del siglo XVIII que sustituyó al medieval del siglo XIII.
El sendero que lleva al bosque es conocido como el Camino del Papel, pues lo recorrían los monjes cartujos desde el monasterio hasta el molino de papel. Desde este, solo hay que seguir el sendero hasta encontrar un pequeño puente de piedra que marca el límite del bosque. El cartel es fácil de encontrar y el camino está bien señalizado.