Aunque la mente es una planta resistente y cultivarla tiene muchísimas ventajas, la menta puede ponerse “pachucha” con el tiempo si no se le presta atención.  

El crecimiento desordenado, las hojas amarillentas o una producción escasa suelen ser señales de agotamiento del sustrato o de que ha llegado el momento de hacer una poda drástica.

A medida que pasa el tiempo, la menta puede enmarañarse y agotar su energía en tallos largos y leñosos que no producen hojas de calidad. 

La clave para recuperar su fuerza está en saber cuándo y cómo actuar. Y lo mejor de todo es que con un solo gesto podrás renovarla por completo.

La poda radical que rejuvenecerá tu menta

Si quieres volver a tener una mata de menta sana, compacta y llena de hojas frescas, lo más eficaz es hacer una poda total

Este método puede parecer extremo, pero es una técnica comprobada que devuelve vitalidad a la planta en tan solo dos semanas.

Lo primero que debes hacer es cortar la menta a ras de suelo. No tengas miedo: elimina todos los tallos, dejando solo los pequeños brotes, si los hubiera.

Esta acción obliga a la planta a regenerarse desde la base, emitiendo nuevos brotes más fuertes y hojas más verdes.

Mejorar el sustrato es una parte esencial del proceso

Tras la poda, es momento de cuidar el entorno donde crecerá tu nueva menta. Añade una capa de sustrato fresco que puede incluir compost casero o humus de lombriz. Esto le dará nutrientes esenciales que favorecen el rebrote rápido y saludable.

También puedes enriquecer la tierra con un fertilizante natural rico en nitrógeno, ideal para plantas de hoja o recurrir a preparaciones caseras, como el agua de cocción de los espárragos, las cáscaras de huevo o los posos de café.

Cosechar menta
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Si el sustrato estaba muy compactado, remuévelo un poco antes de añadir el abono y añade grava o perlita, para que las raíces respiren y el agua se distribuya mejor.

A menudo el problema que hace que la menta pierda vigor es que, al estar el sustrato tan compactado, cuando regamos desde arriba el agua no llega bien a las raíces.

Riego y cuidados tras la poda

Después de recortar y mejorar el suelo, riega bien la planta. El agua activa la liberación de nutrientes en el sustrato y favorece el desarrollo de los primeros brotes. Es importante no dejar que la tierra se seque del todo durante las primeras semanas.

Ubica la planta en un lugar con buena luz, pero sin sol abrasador directo si está al aire libre.En interiores, una ventana orientada al este o al sur funcionará bien. En aproximadamente dos semanas, comenzarás a ver un nuevo crecimiento denso y sano.

Cuándo repetir el proceso y cómo mantenerla siempre joven

Este método se puede aplicar varias veces al año si notas que la planta comienza a decaer. La temporada ideal para podas fuertes como esta en la menta y otras platas aromáticas es al final del verano o a comienzos de la primavera, según el clima, para aprovechar el empuje de crecimiento que tienen en esas épocas.

Para mantener tu menta vigorosa todo el año, haz pequeñas podas regulares de sus puntas y cosecha con frecuencia. Así evitarás que florezca y se vuelva leñosa. Además, cada vez que retires hojas, la planta responderá con más brotes.

Una planta renovada para usar en todo

Una vez rejuvenecida, tu menta volverá a ser útil para todo: infusiones frescas, aceites aromáticos, cócteles, platos principales o incluso para elaborar jabones artesanales.

Es una de las aromáticas más versátiles que puedes tener en casa y, con este truco, estará siempre lista para usar.

La próxima vez que tu planta de menta se vea triste, no te desesperes. Solo hace falta una tijera, un poco de sustrato nuevo, abono y agua para devolverle la vida. En cuestión de semanas, volverás a tener un rincón verde, aromático y lleno de sabor.

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