El Algarve, en el sur de Portugal, es un destino que combina sol, mar y paisajes impresionantes. Entre las muchas experiencias que ofrece esta región, la ruta "dos Sete Vales Suspensos" destaca como uno de los paseos más bellos y accesibles, perfecto para familias, jóvenes aventureros o amantes de la naturaleza.
Esta ruta de 6 km, que conecta las playas de Vale de Centeanes y Marinha, en el corazón del Algarve, es un viaje inolvidable a través de imponentes acantilados, playas doradas, una cueva de otro mundo y un emblemático faro. Si buscas una forma activa y atractiva de explorar la costa del Algarve, este es el itinerario ideal.
¿Qué es la "Rota dos Sete Vales Suspensos"?

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La Rota o Percurso dos Sete Vales Suspensos, o ruta de los "siete valles colgantes", es un sendero costero, bien señalizado, que serpentea sobre acantilados entre las poblaciones de Carvoeiro y Albufeira.
El nombre de la ruta hace referencia a los acantilados formados por la erosión marina, que crean un paisaje espectacular y único. La ruta tiene una dificultad moderada, porque hay pasos estrechos y hay que subir y bajar escaleras. Algunos tramos pueden ser complicados para niños y personas con movilidad reducida. Como no hay sombras, hay que ir bien pertrechado con sombreros, gafas, crema solar y agua.
Se puede completar en unas dos o tres horas (solo ida, o el doble con la ida y la vuelta), ofrece vistas panorámicas del Atlántico, acceso a impresionantes playas y la oportunidad de descubrir secretos de la costa del Algarve muy bien guardados. Muchos visitantes optan por hacer solo la ida y la vuelta en coche o transporte público.
El punto de partida: Praia de Vale de Centeanes

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El punto de partida de la Rota dos Sete Vales Suspensos es Praia de Vale de Centeanes, una encantadora playa rodeada de acantilados dorados. Se accede a la playa a través de unas escaleras de madera que descienden suavemente hasta la arena fina y el mar cristalino.
Antes de comenzar la caminata, vale la pena aprovechar la playa para darse un baño o simplemente admirar el paisaje. La playa de Vale de Centeanes es menos concurrida que otras playas de la región, lo que la convierte en un lugar perfecto para comenzar el día con tranquilidad.
Tras dejar la playa, el sendero asciende hasta la cima de los acantilados, donde comienza la verdadera magia de la ruta. Desde aquí, el camino es relativamente llano, con suaves subidas y bajadas, siempre acompañado de impresionantes vistas al océano.
Faro de Alfanzina: un punto de referencia en la costa

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Más adelante, la ruta conduce al Faro de Alfanzina, también conocido como Faro de Carvoeiro. Con 23 metros de altura, este faro es un punto de referencia importante en la costa del Algarve, guiando a navegantes desde 1920.
El faro abre a los visitantes en horarios específicos, generalmente los miércoles por la tarde, lo que permite subir a la torre y aprender más sobre su funcionamiento.
La zona que rodea el Faro de Alfanzina es perfecta para un descanso, con vistas panorámicas del horizonte y los acantilados. También es un lugar ideal para observar la fauna local, que incluye aves marinas que anidan en las rocas.
Playa de Carvalho y un túnel natural

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La siguiente parada importante de la ruta es la playa de Carvalho, una de las joyas ocultas del Algarve. Esta pequeña playa es famosa por uno de sus accesos: un túnel natural excavado en la roca, que lleva a los visitantes desde el acantilado hasta la arena.
La experiencia de caminar por el túnel es mágica, como si se adentrara en un mundo secreto. La playa es pequeña y encantadora con sombras durante buena parte del día, gracias a las paredes de roca. Es ideal para una breve pausa, ya sea para tomar fotos o darse un refrescante chapuzón.
La Cueva de Benagil: un lugar de otro mundo

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Continuando por el sendero, llegará a uno de los puntos culminantes de la ruta: la vista de la Cueva de Benagil, una de las cuevas marinas más famosas del mundo.
Acoge una playa a la que solo puedes acceder en canoa, paddle surf o barco. Cuando llegas, descubres que tiene un techo natural que permite la entrada de la luz solar a través de un círculo perfecto, pero estas palabras no son suficientes para que te hagas una idea, es mejor que observes la foto.
Es un escenario de película que se podría describir como extraterrestre y que curiosamente es bastante desconocido. Por supuesto, tendrás que programar muy bien la visita para disfrutar de la playa escondida en solitario o con pocas personas.
El Gran Final: Praia da Marinha

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El punto final (o punto de partida, si decide comenzar aquí) de la Ruta de los Siete Valles Colgantes es Praia da Marinha, a menudo considerada una de las mejores playas del mundo. Es famosa por sus singulares formaciones rocosas, pequeñas cuevas y calas que se pueden explorar a pie durante la marea baja o en kayak.
Es famosa la Roca del Elefante, con un doble arco que si se ve desde la playa parece un elefante con la trompa sumergida en el mar y que si se fotografía desde el borde del mirador frente a la playa da Mezquita adopta la forma de un corazón.
Consejos prácticos para la ruta
Para aprovechar al máximo la Rota dos Sete Vales Suspensos, aquí tienes algunos consejos prácticos:
- Mejor época para hacer la visita: La primavera (marzo a mayo) y el otoño (septiembre a noviembre) ofrecen temperaturas suaves, menos aglomeraciones y un paisaje más verde y florido. En verano, evita las horas punta. Si es posible, comienza la ruta a las 7 de la mañana o antes. Ten en cuenta que no solo habrá menos gente, sino que las mejores fotos se hacen con la luz de la primera hora de la mañana o la última de la tarde.
- Qué llevar: Calzado cómodo (zapatillas deportivas o de senderismo, no chanclas), sombrero, agua, algo para picar y bañador
- Seguridad: No te acerques demasiado a los bordes de los acantilados, porque el suelo puede ser inestable.
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