El sonido del agua nos conecta con la naturaleza y resulta sanador. Y no es solo una percepción mía, lo dice la ciencia. Una investigación de la Universidad de Míchigan publicado en el año 2021 que analizó el efecto de los sonidos de la naturaleza (de las aves, el viento, el agua…) en la salud determinó que son precisamente los del agua los que tienen un efecto más positivo.

Es tal vez por ello que nos resulta tan fascinante sentarnos a observar y escuchar los saltos de agua. Hay uno en la comarca de Osona, en Catalunya, que, además de la belleza de sus aguas, tiene una característica muy particular: está escondido detrás de una roca agujereada. ¡No te lo puedes perder!

Una cascada en un anfiteatro natural

La Foradada de Cantonigròs es un sitio realmente peculiar en el que el sol ilumina, a través de un agujero en la roca, el agua que cae de una cascada. Sí, has leído bien. En la roca que rodea la cascada a modo de anfiteatro natural hay un enorme agujero por el que se cuela el sol al amanecer y al atardecer.

Está situada en la comarca de Osona, a solo una hora y media de Barcelona, y es precisamente el agujero en la roca lo que da el nombre a este bonito enclave, pues “foradada” significa “agujereada” en catalán.  

La Foradada de Cantonigròs
iStock

La luz del sol, al filtrarse por este agujero, crea un mágico juego de luces sobre el agua que convierte este lugar en el sitio ideal para los amantes de la naturaleza (y los de la fotografía). El agujero es tan grande que, de acuerdo con la tradición local, una persona a caballo podía atravesarlo sin dificultad.

Es la unión de los torrentes de Sant Julià y de la Rotllada, que forman la Riera de la Gorga, lo que se descuelga en el salto de agua de 15 metros de altura que crea un surco en las paredes imponentes que rodean la Riera.

Ruta para llegar a la Foradada de Cantonigròs

La ruta para llegar a la Foradada de Cantonigròs es bastante fácil y puede hacerse con niños o animales, aunque no es apta para personas con movilidad reducida porque hay rocas y piedras sueltas por el camino. Dura cerca de una hora y discurre a lo largo de 4 km por en medio de la naturaleza.

Empieza en el aparcamiento gratuito del campo de fútbol de Cantonigrós, una pequeña localidad que forma parte del municipio de L'Esquirol. Desde ahí hay que seguir el camino hacia la Foradada, que está bien señalizado y en algunos tramos tiene barandillas. A medida que nos acercamos al final, aumenta un poco el desnivel (que en total es de unos 130 metros).

La ruta en sí ya merece la pena, pero la recompensa final es espectacular: un maravilloso salto de agua que crea una poza de aguas verdes rodeada de una imponente roca gris y con un gran agujero justo al lado de donde cae el agua.

Lo más recomendable para disfrutar del espectáculo de la naturaleza que ofrece la Foradada es visitarla en época de lluvia y esperar que la luz del sol entre por el agujero e ilumine las aguas.

Además de la ruta para llegar a la Foradada de Cantonigròs que acabamos de comentar, también hay otra más larga, de unas 3 horas, que sale desde L'Esquirol (en la calle Sant Bartomeu) y recorre la Riera de la Gorga por un camino lleno de vegetación en el que se pueden ver sitios muy bonitos como la fuente de les Fontiques o el salto del Frare.

Un espacio natural protegido

Aunque la tentación de tirarse al agua seguro que está ahí al ver la piscina natural que crea la cascada, no está permitido bañarse porque es un espacio protegido. Tampoco se puede hacer picnic en la zona ni ir con perros sin correa.

De hecho, el acceso a la Foradada de Cantonigròs está controlado y limitado a 50 personas entre abril y octubre. Además, cabe mencionar que, al inicio de la ruta, el Ayuntamiento de L’Esquirol cobra una ecotasa de 2,50 € por persona con la finalidad de proteger el lugar y evitar el turismo masivo.

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