Licopodio

El licopodio (Lycopodium clavatum) se utiliza en polvo sobre la piel para tratar la sudoración excesiva, por sus excelentes propiedades absorbentes.

Los licopodios, emparentados con los helechos, se han utilizado en fitoterapia sobre todo contra la hipersudoración o exceso de sudor, especialmente un helecho que crece en el norte de Rusia (Lycopodium clavatum). 

De las 400 especies conocidas, muchas en países de clima tropical, en España contamos con apenas media docena.

Qué es el licopodio

Son plantas inferiores que se multiplican a través de las esporas, unas diminutas células reproductoras contenidas en unas bolsas o esporangios. Son las esporas del Lycopodium clavatum las que se conmecializan en forma de polvo. Este polvo finísimo, de textura casi líquida, recuerda al polvo de talco y es totalmente. inodoro.

El aspecto de todas estas plantas es modesto y suelen pasar desapercibidas. Tienen un tallo más o menos reptante, hojas diminutas, muy juntas e imbricadas, y espigas densas y erectas, cargadas de esporangios, que aparecen en verano. Suelen crecer en abetales y prados, pero también en roquedos.

Propiedades y para qué sirve

Con fines medicinales se cosechan las sumidades con las esporas, que se obtienen sacudiendo los ramilletes, cuando los esporangios se han abierto, y recogiéndolas en un frasco o bandeja. Contienen ácidos orgánicos como la esporonina, ácidos málico y cafeico, resinas, flavonoides y alcaloides.

Esas esporas se utilizan en forma de polvo y su principal ventaja es que tienen una gran capacidad para absorber humedad, de ahí que tenga especialmente ventajosas propiedades para la piel:

  • En los herbolarios se usa principalmente para combatir la hipersudoración. El polvo que forman las esporas, de color amarillento y consistencia suave y agradable, se considera doscientas veces más absorbente y secante que los polvos de talco. Hay quien dice que sumergiéndose en una piscina llena de agua tras haberse aplicado estos polvos, se saldría de ella casi seco.
  • Se considera asimismo ligeramente emoliente y se emplea como protector en pieles irritadas, arañazos, dermatitis y escoceduras. Se había usado, en forma de lavados y apósitos caseros, para curar pruritos, urticarias, escoceduras, eccemas e incluso herpes. No se debe aplicar en ningún caso sobre heridas abiertas y sangrantes, y al ser inflamable debe alejarse de encendedores y fogones.

Tradicionalmente el licopodio se ha considerado también diurético, pero hoy en día apenas se recomienda por vía interna. En textos antiguos se recogen remedios de licopodio, disuelto en vino, para los cálculos renales.

Las sumidades aéreas se han utilizado en infusión, para estimular la orina y en afecciones genitourinarias, oliguria, retención de líquidos, excesos de urea, ácido úrico e hipertensión, pero en ningún caso debe usarse sin asesoramiento médico

Licopodio para la sudoración excesiva

El polvo de licopodio, conocido como azufre vegetal, reduce el exceso de sudor en personas propensas. Es un remedio excelente para deportistas, personas con tensión o estrés, mujeres en la menopausia y otras personas con hipersudoración.

  1. Se aplica sobre la piel, como si se tratara de polvos de talco, en las zonas e alta sudoración, como axilas, pies o ingles, tanto por la mañana como por la noche. Hay que evitar que entre en los ojos y en la boca.
  2.  Se repite la operación al menos dos o tres veces al día para que resulte más efectivo.

Al absorber el agua, las esporas consiguen que el sudor no pueda afectar a la capa externa de la piel, y evitan al mismo tiempo la aparición de las bacterias del mal olor. Lo más interesante es que lo hace sin cerrar los poros de la piel.

Precauciones y contraindicaciones

Está contraindicado en el embarazo y la lactancia, así como en la infancia y en caso de insuficiencia cardiaca y renal, por la presencia destacada de alcaloides. Cabe insistir en el consejo de nuestros expertos de restringir su uso a aplicación tópica o bien a remedios homeopáticos con la supervisión de un homeópata.

Al aplicarlo sobre la piel conviene evitar que entre en ojos y boca.


Jordi Cebrián. Asesora: J Mª Teixé, herborista de «El Manantial de Salud»