¿Existe el secreto de un amor perfecto? ¿Cómo hacer que las relaciones duren años? ¿Es posible construir una pareja sana y estable en la era moderna? ¿Sigue existiendo el amor en los tiempos del Tinder? Estas son solo algunas de las preguntas que, cada día, nos hacemos quienes amamos, una categoría tan amplia como el género humano.

Cuando miramos a nuestro alrededor no nos faltan ejemplos. Parejas que rompen, otras que empiezan. Algunas que duran meses, otras que duran para toda la vida. Cada una con sus particulares desafíos y virtudes. Una de esas que parece hecha a prueba de balas, que ha superado incluso los tormentos de la fama, es la que forman Víctor Manuel y Ana Belén.

El secreto de una relación larga

El amor tiene sus fases. Durante el enamoramiento todo parece sencillo. Una sola mirada basta para que las mariposas quemen en el estómago, todo es pasión. La luna de miel se acaba, dicen los psicólogos, a partir del tercer mes. Entonces empieza lo verdaderamente difícil. Conocer de verdad al otro, aceptarlo con sus más y sus menos, abrazar las diferencias. Y tarde o temprano, la convivencia.

Para Víctor Manuel, este es quizá uno de los puntos más delicados. “Convivir es una cosa muy complicada”, confesaba a la revista Vanity Fair. Para que funcione, asegura, “todas las partes tienen que ceder”.

¿Es suerte? 

“Es hacer política”, responde Víctor Manuel cuando le preguntan en el citado medio en qué consiste el éxito de una buena relación. Y es que más allá de las mariposas, es importante que la pareja se convierta, cuanto antes, en equipo.

Pese a este enfoque tan práctico, el músico sigue siendo un romántico. “Es una suerte encontrar a una persona con la que quieres vivir y tener un proyecto de vida”, explica Víctor Manuel. Para él, “el amor es algo que se va transformando y se convierte en un montón de cosas relacionadas con el amor”. Y aunque reconoce que “no hay ninguna fórmula para que esto funcione” y lo entiende como “algo que simplemente pasa”, lo cierto es que la psicología sí confía en algunos predictores para que una relación funcione.

Hacer que funcione

Como explica Víctor Manuel en su entrevista, uno de los grandes desafíos de las relaciones románticas es la convivencia. Nadie que haya convivido con otro adulto puede negar que está llena de desencuentros, de momentos buenos y malos. Pero aceptarlo es esencial para poder prepararnos para dichas diferencias, para convertirlas, incluso, en ventajas.

Así lo revela la Escuela Superior de Psicología y Psiquiatría. “Aunque las diferencias originan discusiones y desacuerdos, también es la mejor manera de conocer a la pareja”, escribe el medio especializado, “de comprender sus puntos de vista y su manera de pensar”. Según explican los expertos, “la clave es detenerse y descubrir cuáles son estas diferencias, porque de esta manera la otra persona se sentirá querida y aceptada por cómo es, con sus virtudes y también sus defectos”.

Aprender a discutir

Aprender a discutir bien, por tanto, es un predictor de éxito en las relaciones, porque nos ayuda a sobrellevar el complicado reto de la convivencia. Para hacerlo, la psicología nos enseña algunas claves prácticas que podemos aplicar a la convivencia con cualquier adulto, pero que puede ser especialmente importante en una relación romántica.

  • Regula tus emociones antes de hablar. Si te comunicas con tu pareja desde una emoción muy intensa, como la tristeza, la ira o la frustración, tu cerebro racional no estará en plena operatividad, lo que puede hacer que acabes diciendo cosas de las que luego te arrepentirás.
  • No generalices. En lugar de decir “siempre haces lo mismo”, céntrate en lo que sientes, en lo concreto. Las generalizaciones pueden hacer que la discusión escale rápidamente, porque nos hacen sentir violentados. Es mejor usar expresiones en primera persona. En lugar de decir, “eres un egoísta”, prueba con “me siento sola cuando no cuentas conmigo para tomar decisiones”.
  • Escucha activamente. Las discusiones no se ganan, se transitan. Y para hacerlo de la mejor forma posible, no debes olvidar que el objetivo es entender mejor a tu pareja, y que ella te entienda mejor a ti. La escucha activa es tu mejor aliada para conseguirlo. No interrumpas, no pienses en lo que vas a responder. Tan solo escucha.
  • Identifica el verdadero problema. A veces discutimos por “tonterías” que esconden emociones más profundas. La sensación de no ser valorado, el miedo al abandono, la necesidad de control… Pregúntate, ¿qué necesidad hay detrás de esto que no consigo satisfacer en mi relación?
  • Evita los cuatro jinetes del apocalipsis relacional. El psicólogo John Gottman identificó cuatro patrones que deterioran seriamente una relación. Son la crítica destructiva, el desprecio (las burlas, el sarcasmo), la actitud defensiva y la evasión (o silencio frío). En su lugar, busca comunicarte con asertividad y respeto siempre, intentando que el diálogo sea lo más abierto y sincero posible. 

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