Cuando se pierde el contacto con un amigo íntimo renunciamos a una parte de nuestra esencia, de nuestro yo, según el filósofo griego Alexander Nehamas. A veces la desconexión tiene lugar debido a un traslado de escuela o de ciudad, otras veces tiene que ver con cambios internos.

Cualquiera que haya sido el motivo, y por muchos años que hayan transcurrido sin noticias, la reconexión nos hará sentir que volvemos a casa.

Amistad, dedicación y experiencias compartidas

En su ensayo Una buena vida, los doctores Robert J. Waldinger y Marc Schulz resumen el estudio longitudinal más extenso nunca realizado sobre la felicidad, ya que se inició hace 85 años y ha seguido sin interrupción desde entonces.

En sus conclusiones, los autores destacan que hay algo «que demuestra una y otra vez su amplia y duradera importancia: las buenas relaciones.» Estas se crean y se mantienen gracias a la atención mutua, lo cual implica invertir horas. Son el tiempo y las experiencias compartidas lo que nos permite sentir cercanía con una persona.

En El Principito de Saint-Exupéry, un célebre pasaje dice: «Es el tiempo que dedicaste a tu rosa el que hace que sea tan importante».

Además de esa dedicación, atravesar y superar dificultades juntos también ayuda a reforzar el vínculo. Y eso incluye superar momentos de desacuerdo, cosa que implica tener, de vez en cuando, conversaciones incómodas para tratar problemas y aclarar malentendidos.

retomar el contacto con los viejos amigos: ¿vale la pena?

Pueden haber pasado unos pocos años o varias décadas desde que perdiste el contacto con una amistad. Si aún la echas de menos y deseas recuperarla, la periodista estadounidense Kayleen Schaefer recomienda que expreses el motivo por el que quieres revivir la relación.

Hay que empezar con una conversación honesta en la que, de forma cariñosa, expliquemos el motivo que nos lleva a escribir o llamar de nuevo. Una investigación con 5.900 participantes en la Universidad de Pittsburgh reveló que las personas contactadas tras un largo silencio suelen apreciar el gesto realizado por la vieja amistad, mucho más de lo que esta imaginaba.

Suele ser una sorpresa muy positiva para la mayoría saber que un viejo amigo se acuerda de nosotros. Eso aumenta el aprecio que podamos tener por esta persona. Pero es importante prepararse para cualquier posibilidad: sea un rechazo –normalmente en forma de silencio– o bien un nuevo comienzo.

Lo importante es dar el paso y ver qué sucede a continuación. Piensa que vale la pena, puesto que recuperar a un amigo ofrece una serie de experiencias positivas:

  • El poder sanador de reír con alguien que nos ha conocido en nuestra infancia o juventud.
  • Nos ayuda a entender cómo hemos cambiado desde entonces y quiénes somos ahora.
  • Podemos descubrir otros puntos de vista acerca de las experiencias compartidas en el pasado.
  • Conocer otros itinerarios vitales, lo cual nos invita a tomar conciencia de nosotros mismos y de nuestra andadura.

pausas normales que pueden superarse

Casi todo el mundo experimenta pausas a lo largo de la vida con sus amigos más cercanos. A veces perdemos el hilo de una amistad, sin saber por qué, y lo recuperamos de manera casi mágica un tiempo después.

El descubrimiento de que podemos continuar las conversaciones donde las dejamos mucho tiempo atrás, reviviendo la misma cercanía, es un gozo que nos ofrece perspectiva, a la vez que nos hace sentir acompañados y más fuertes en la vida.

conservar los amigos

LECTURA RECOMENDADA

El arte de conservar la amistad

qué hacer para recuperar viejos amigos

Toma nota de estas claves si quieres recuperar viejas amistades

  • Recuerda a tus amigos de la juventud: Haz una lista de los mejores amigos de tu niñez, adolescencia o edad adulta temprana. Pregúntate qué amistades significaron más para ti y si las perdiste de vista.
  • ¿Cómo enriquecieron tu vida?: ¿Qué es lo que más te gustaba de cada uno de tus antiguos amigos? ¿Cómo eran vuestras relaciones? ¿Crees que tendría sentido recuperarlas ahora?
  • ¿Añoras su compañía ahora?: Intenta recordar cuál fue la razón por la que se perdió el contacto y, sobre todo, reflexiona sobre si echas de menos tener a esa persona en tu vida. ¿Te gustaría volver a verla?
  • Explícate con la mayor honestidad: Si tu respuesta es «sí» y tienes un medio de ponerte nuevamente en contacto, sincérate cuando le escribas: «Estaba pensando en ti, porque...»