La vida no es, para nadie, un camino de rosas. El que algo quiere, algo le cuesta, como suele decirse, y las cosas rara vez se consiguen a la primera. Todos, en mayor o menor medida, sabemos que las reglas del juego son estas. Pero ¿cómo encontrar la motivación para seguir peleando tras cada caída? ¿Merece la pena? 

Meryl Streep es uno de los rostros más reconocimos y amados del cine estadounidenses. Si no te enamoraste de ella en La decisión de Sophie, fue en El diablo viste de Prada o en Mamma Mia! Pero Meryl Streep no fue siempre la actriz galardonada y de éxito que es hoy en día. Hubo un tiempo en el que le dijeron que no, y de la forma más cruel posible. Ahora, a sus 75 años, comparte con sus seguidores el mensaje que le hubiese gustado escuchar en sus inicios. “No importa cuántas personas digan que no, sigue diciéndote que sí a ti mismo”, escribe la actriz en Instagram. 

El rechazo es doloroso

Meryl Streep
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Cuando pensamos en figuras tan icónicas e influyentes como la actriz de Los puentes de Madison cuesta imaginar que alguien pudiera decirle que no alguna vez. Pero no es así. Las primeras audiciones de Streep concluyeron en un “no” categórico. No era suficientemente guapa, le dijeron, y jamás saldría en la gran pantalla. 

Esta primera audición rechazada, que recuerda ahora entre risas en The Graham Norton Show, fue para la película King Kong (1976). “Para el papel de la chica”, aclara divertida. 

El productor de la cinta era Dino De Laurentiis. Su hijo había descubierto a Streep actuando en una obra de teatro, y la llevó emocionado para que su padre la conociera. “Estaba muy emocionado de haber traído una nueva actriz”, recuerda, “pero su padre le dijo, en italiano, ‘¡que brutta!’". 

Meryl Streep, que habla sin dificultad el italiano, comprendió al instante lo que decían. Era fea. “¿Por qué me traes esta cosa tan fea”, preguntó el productor.  Ella no se quedó callada. “Me dispiace molto”, respondió, dejando claro que entendía perfectamente lo que decían. En el momento, asegura, fue un golpe muy duro. Ahora, con un tono divertido, mira a cámara y se burla: “Lo siento, no soy lo suficientemente bella para estar en King Kong”.

No dejes que los demás te digan de qué pasta estás hecha

Meryl Streep
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El mensaje de Meryl Streep es poderoso porque nos habla desde una lógica aplastante. Eres la única persona que puede decirse realmente que no. Si te dices a ti misma que jamás lo conseguirás, que mejor no intentarlo, entonces has perdido. 

Porque si lo intentas, en el peor de los casos disfrutarás intentando conseguir lo que te propones, comprendiendo que la vida es el camino, no la meta. El sentido de propósito puede ser una poderosa medicina preventiva contra la depresión. En el mejor... Mira lo lejos que ha llegado Meryl Streep. 

Pero si no lo intentas, si te dices “no” a ti misma, aunque el corazón te grite “sí”, entonces has perdido. Has fracasado. Porque en la vida, fracasar no es equivocarse. No es sufrir un rechazo o fallar en el intento. Fracasar es algo definitivo, algo que solo puedes imponerte tú misma. 

Nadie puede decirte cómo vivir tu vida

Las palabras de Streep no son solo una invitación a no renunciar a aquello que deseamos. También nos habla de la auténtica libertad. Cuando permitimos que sean otros quienes elijan nuestro camino, cuando dejamos que sus palabras se interpongan en nuestras metas, perdemos la libertad

Con los años, la actriz asegura haber aprendido esta lección que haríamos bien en recordar. “Me dedico a mí misma lo que me queda de vida”, decía en una entrevista, “sin prisas ni disculpas. No sé cuánto será, pero quiero gastar mi tiempo siendo fiel a mí misma, sin permitir que nada corrompa mi paz. Me doy permiso para abrir una botella de vino sin motivo, me regalo flores sin esperar a nadie, y camino sin mirar atrás. La felicidad llegó cuando dejé de buscarla en otros y la encontré en mí. La vida no se repite, y yo pienso vivirla”.

Traza el mapa de tu destino

Meryl Streep
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Creer en ti misma es el primer paso. Liberarte del yugo de las opiniones externas y, como dice Meryl, entender que la felicidad está en ti misma, para así dejar de buscarla en otros, es clave. Pero si ella se convirtió en la actriz de talla mundial que llegó a ser no fue solo por su actitud ante la vida. Se preparó, para que la suerte la encontrase dispuesta a convertirse en una gran estrella. 

Tú también puedes hacerlo trazando tu hoja de ruta, tu mapa del destino. Conecta con lo que deseas y prepárate para conseguirlo.

  • Confía en ti misma. Como bien nos explica Streep, lo primero es decirte “sí” a ti misma. Para ello tienes que conectar con lo que te mueve. Pregúntate: si el éxito estuviera garantizado, ¿qué harías? Si tus miedos estuvieran resueltos, ¿a qué te atreverías? Si tu vida se acabase mañana, ¿qué harías hoy? Tus deseos están ahí, solo necesitas conectar con ellos. 
  • Conviértelo en parte de tu vida. Tenemos que trabajar, ganar dinero y sobrevivir. Y no siempre nos pagan por aquello que nos apasiona. Pero puedes hacerlo parte de tu vida convirtiéndolo en tu hobby y, con algo de suerte y mucha planificación, quizá puedas llegar a monetizar aquello que te apasiona. Por ejemplo, si lo tuyo es el teatro, apúntate a talleres, participa en proyectos amateurs y no dejes de actuar. 
  • Traza un plan. Todos hemos escuchado la canción Anxiety. Se ha convertido en un fenómeno de masas, y si la buscas y le das a reproducir, descubrirás que te suena su melodía. Su compositora, Doechii, estuvo a punto de rendirse. Pero entonces llegó a su vida el libro El camino de la artista, de Julia Cameron, y su vida cambió para siempre. No porque la suerte la encontrará, sino porque decidió que sería ella quien la buscaría. Trazó un plan y lo siguió de forma metódica, con constancia. Y lo consiguió. Ha ganado un Grammy con su trabajo. 
  • No te rindas. Por más que tengas un plan y ganas para conseguirlo, te equivocarás y sentirás que has fracasado. Todo aquel que lo intenta pasa por ello. Y no debes olvidarlo. Intenta ver cada “fracaso” como una oportunidad. Sigue peleando por lo que te ilusiona y no te rindas. Si aprendes de cada error, estarás siempre un paso más cerca de conseguirlo. 
  • Nunca es tarde para conseguirlo. Laura Ignalls Wilder publicó La casa de la pradera a los 65 años. Todo el mundo conoce su obra. Kathryn Jooesten fue enfermera toda su vida, hasta que a los 56 empezó su carrera como actriz. Recibió su primer Emmy a los 60, por su papel en Mujeres desesperadas. Como dice la gran Sophia Loren, “la edad es una condición, no un privilegio”. 

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