Lavar, secar, peinar... dedicamos mucho tiempo a nuestro cabello, pero, ¿realmente es necesario tanto esfuerzo cada día?
Lavarse el pelo forma parte de la rutina diaria de millones de personas. Sin embargo, no siempre lo hacemos del modo más adecuado ni con la frecuencia correcta.
Kim Fischer, peluquera profesional y fundadora del salón Kim & Ich en Münster (Alemania), asegura que no es imprescindible lavarse el pelo a diario. Además, algunos trucos permiten mantener el pelo limpio de forma suave y sin recurrir a un exceso de productos.
El exceso de lavado pued ser perjudicial

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“El lavado elimina la grasa natural del cabello. Por eso, en general es mejor lavarlo solo cada dos días”, afirma.
Según Fischer, muchas veces lo hacemos por hábito, no por necesidad. “Si no necesitas lavarlo, no lo hagas”, concluye.
De hecho, lavar el cabello todos los días puede provocar el efecto contrario al que buscamos. Al eliminar constantemente los aceites naturales, el cuero cabelludo responde produciendo más grasa. Esto genera una dependencia artificial del lavado diario.
Fischer aclara que solo las pocas personas que tienen realmente un cabello muy graso necesitan lavarlo a diario y propone soluciones alternativas: “Puedes usar champú en seco o accesorios como diademas y turbantes para sobrellevar los días intermedios”.
Para quienes quieren espaciar los lavados sin renunciar a una buena imagen, existen trucos permiten mantener el pelo fresco sin dañarlo ni sobrecargarlo de productos. Te los contamos a continuación, para que puedas tomar nota.
lA mejor técnica para lavarse el cabellO
No existe una fórmula mágica para lavar el pelo, pero seguir ciertos pasos ayuda a cuidar mejor la salud capilar.
El primer paso es mojar el cabello con agua tibia, nunca caliente. El agua excesivamente caliente puede dañar el cuero cabelludo y resecar el pelo.
Luego, se aplica una pequeña cantidad de champú en la palma de la mano (como un garbanzo) y se reparte suavemente sobre el cabello húmedo.
Fischer insiste en la importancia de hacerlo con delicadeza:“Hay que masajear sin rascar con las uñas. Solo con movimientos circulares y con las yemas de los dedos”.En cabellos largos se puede usar un poco más de champú, pero siempre con moderación.
Enjuague adecuado y temperatura ideal
Una vez que el cabello ha sido masajeado correctamente, hay que enjuagarlo completamente. Lo ideal es hacerlo con agua fría o tibia.
Según la peluquera, “el agua más fresca ayuda a cerrar la superficie del cabello, lo que permite que brille más”. Además, el agua caliente no solo reseca el cuero cabelludo, sino que también elimina la hidratación natural que mantiene la melena saludable.
Este simple detalle de temperatura puede marcar una gran diferencia en el aspecto general del cabello, dejándolo más suave, con menos frizz o encrespamiento, y más manejable.
El acondicionador es necesario

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Muchas personas aún creen que el acondicionador solo sirve para desenredar el pelo. Nada más lejos de la realidad. Después de aplicar el champú,la estructura del cabello queda abierta; si no se utiliza acondicionador, esa estructura se mantiene expuesta, lo que provoca que el pelo se enrede, se encrespe y pierda brillo.
Kim Fischer lo explica claramente: “El champú abre la capa externa del cabello, como una piña. El acondicionador sirve para cerrarla. Si no lo usas, el pelo queda áspero y se engancha consigo mismo”.
En el caso de melenas largas o cabellos muy secos, también recomienda aplicar una mascarilla para una hidratación más profunda.
El secreto para que el acondicionador funcione
Un truco que muchas personas desconocen es secar el cabello ligeramente con una toalla antes de aplicar el acondicionador. No se trata de frotar, sino de presionar suavemente para eliminar el exceso de agua.

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Esto permite que el producto penetre mejor en la fibra capilar. “Si el cabello está empapado, el acondicionador se diluye y no actúa con la misma eficacia”, explica Fischer.
Este pequeño gesto ayuda a que el producto actúe de forma más concentrada y aumente su efecto sellador sobre el cabello.
Mascarilla una vez a la semana
Para completar el cuidado capilar, una mascarilla semanal puede marcar la diferencia. Aporta una nutrición más intensa que el acondicionador y ayuda a reparar los daños acumulados por el uso de calor, tintes o la exposición solar.
Este tratamiento se aplica después del champú y el acondicionador, dejándolo actuar durante unos minutos antes de enjuagar.
No hace falta gastar grandes sumas de dinero, incluso las mascarillas caseras con ingredientes naturales pueden ofrecer buenos resultados si se aplican con constancia.
¿Y si no te lavas el pelo?
Existe el mito de que dejar que el pelo “se engrase” por unos días mejora su salud. Fischer es tajante: “no hay ninguna evidencia que demuestre que eso sea beneficioso".
De hecho, si se deja pasar mucho tiempo, se puede favorecer la aparición de eccemas en el cuero cabelludo, sobre todo en personas con tendencia a la piel grasa, e incluso favorecer la caída del cabello.
En cualquier caso, cada cuero cabelludo es distinto. Algunos tipos de cabello, como los cabellos rizados o gruesos, pueden mantenerse más tiempo limpios, mientras que los cabellos finos o lacios necesitan lavados más frecuentes. La clave está en observar cómo responde el pelo y adaptar los cuidados en función de sus necesidades reales.
observa tu cabello para crear tu rutina
No existe una única forma correcta de cuidar el pelo, pero sí errores comunes que pueden evitarse. Más que seguir modas o rutinas impuestas, lo ideal es prestar atención al propio cuerpo.
Espaciar los lavados, usar bien los productos y respetar los tiempos del cuero cabelludo es, según Kim Fischer, la receta más simple para un pelo sano y bonito.
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