Hay relatos universales, presentes en todas las culturas, que forman parte de nuestra programación mental. Son argumentos que se reflejan luego en nuestra vida, frenándola o llevándola a lugares donde no deseamos estar. Cada uno de ellos es un historiograma del que nos podemos liberar.

Carl Gustav Jung fue un pionero al hablar de los arquetipos y del inconsciente colectivo, lo cual fue completado por Joseph Campbell con su «monomito» o viaje del héroe. Existen personajes e historias comunes a muchas civilizaciones que nunca tuvieron contacto entre sí, y podríamos pensar incluso que venimos al mundo con ellas, como si fueran parte de nuestro disco duro para interpretar la vida.

Las historias que se repiten en ti

También desde un punto de vista individual, cada persona se repite determinadas historias y en ese relato están los límites de su vida. Veamos dos ejemplos comunes:

  • Alguien se convence de que no ha nacido para el éxito, con lo cual, de manera inconsciente, boicotea cualquier nueva oportunidad que le llega para así ver confirmado el «cuento» que realmente se ha creído.
  • Alguien fracasa repetidamente en el amor, pero no se da cuenta de que elige una y otra vez el mismo tipo de pareja para así reproducir las mismas situaciones. Y si sigue así, hasta que no se dé cuenta de su guión vital, no podrá escapar del bucle.

En nuestra vida se reproducen, como discos rayados, una serie de historias prefijadas que seguimos sin darnos cuenta. Solo podremos liberarnos de ellas y avanzar si reconocemos qué cuento opera en nuestra propia vida y captamos el mensaje. 

De este modo podremos salir del historiograma, el brillante concepto creado por los hermanos Gabriel y Luis García de Oro para un libro pionero así titulado.

El cuento de nuestra vida

Desde la psiconarrativa, explican cómo los cuentos y las historias operan dentro de nuestro inconsciente, motivo por el cual es tan difícil darnos cuenta del poder que ejercen sobre nosotros. 

Comprender el mensaje –a veces es un mandato– que nos dan todas estas historias nos permite descifrar las consignas de la propia vida y cambiar aquellas que no nos favorecen.

Estas historias arquetípicas están en el interior de cada persona, como programas dentro de un sistema, y se activan secretamente cuando menos lo esperamos, generando situaciones que luego pensamos que nos ha traído la vida. 

Ahí está lo más extraordinario que se cuenta en historiogramas: aquellas aventuras que leímos o vimos de muy jóvenes en realidad hablan de nuestra propia vida. 

En el libro de los hermanos de Oro se analizan doce historiogramas: vamos a detenernos en tres de los doce historiogramas para entender cómo funcionan.

 

El día de la marmota

Este fue el título de la película que en español se llamó Atrapado en el tiempo, pero la historia es vieja como la humanidad. Friedrich Nietzsche filosofó sobre "el eterno retorno" y, si lo traducimos a lo cotidiano, todo el mundo reconoce repeticiones y círculos viciosos en su vida, de los que solo se librará a través de la valentía y el amor, como el protagonista que interpreta Bill Murray.

Dicho de otro modo: mientras sigas haciendo lo mismo, no sucederán cosas diferentes. Como decía Otto Scharmer en su Teoría U: «Let it Go & Let it Come». Solo cuando abandones lo viejo, podrá llegar lo nuevo

Un ejemplo clásico de este historiograma es el relato que se repiten una y otra vez las personas que adoptan el papel de víctimas o de castigados por el destino.

Pongamos un ejemplo práctico: X ve el amor de forma traumática desde que descubriera que su primera pareja le engañaba con uno de sus amigos. Desde entonces, solo se ha acercado al amor desde la desconfianza.

Cuando ha vuelto a salir con alguien, vigila las conversaciones que establece con otros hombres, en especial con los de su entorno cercano. Esta vigilancia cansa a la nueva compañera, que decide alejarse o le cambia por otro de sus amigos.

Con ello, la historia se repite una y otra vez. De hecho, con su actitud, que es una profecía de autocumplimiento, cambian las personas, pero X está viviendo siempre la misma historia de amor. Solo si rompe con el pasado, y deja de tomarlo como piedra de toque, podrá empezar a vivir situaciones nuevas. ¿Qué es lo que estás repitiendo, una y otra vez, en tu vida?

La caperucita roja

Una lectura obvia de este clásico cuento infantil es que a menudo nos dejamos engañar por las apariencias. Cuando Caperucita entra en casa de la abuela y ve al lobo disfrazado dentro de la cama, le debería resultar evidente que no se trata de su amada pariente humana. Quizás para no aceptar lo terrible de la situación, la protagonista del cuento opta por autoengañarse, al igual que hacemos todos en algún ámbito de nuestra vida. Veamos un par de ejemplos:

  • Cuando una persona acepta un gasto a crédito que, dados sus ingresos, sabe que no podrá devolver. Aun así, se autoengaña pensando que la situación se arreglará por arte de magia y que sí lo logrará.
  • Decidimos perdonar a una persona que actúa de manera desleal, aunque sabemos que volverá a hacerlo una y otra vez porque es parte de su naturaleza. La falacia aquí es creer que, de forma milagrosa, va a cambiar.

¿Cuál es el principal autoengaño que hay ahora mismo en tu vida? Ese es el historiograma que cada uno debe resolver.

El vuelo de Ícaro

No es el sol, la luz, lo que ciega a Ícaro, sino no haber practicado el ensayo y error.  Para este historiograma, los autores del libro toman prestada la visión de Stanley Kubrick, que decía que la verdadera enseñanza de este mito griego es que la cera no sirve para fabricar alas. 

Muchas veces abandonamos a la primera, imaginando que aquello que pretendemos es imposible, cuando en realidad se trata solo de un intento que nos invita a hacerlo mejor. El fracaso puede ser una escuela de superación o el fin de la historia.

¿Qué es aquello que, en el pasado, no salió pero que hoy podrías hacer mejor? ¿Qué necesitas aprender para superarte? ¿Quién puede ayudarte en ese proceso?

Entre las lecciones que podemos extraer de este historiograma, destacan dos:
No abandones, hay cosas en la vida que no salen a la primera.
• Si no quieres estrellarte, aumenta tu preparación.

Vivir de forma más auténtica

Solo si nos desocupamos de las obligaciones que nos imponen otros, podremos vivir de forma auténtica. Como dicen los autores del libro: "Si permaneces siempre atrapado en la vorágine de tareas diarias, corriendo de un lado a otro sin detenerte, es improbable que llegues al 'baile' que podría cambiar tu vida".

¿Cuántas cosas haces que no te satisfacen para combatirla? En su célebre frase, Blaise Pascal decía que "todos los problemas de la humanidad parten de la incapacidad humana de sentarse, calmado, en una habitación". Este es el historiograma de Robinson Crusoe: solo si aprendes a estar contigo sabrás estar con los demás.

date permiso para brillar

Sí, este historiograma corresponde a Aladino, que frota con suavidad el metal para que el genio cumpla sus deseos. La lámpara, sin embargo, es uno mismo. Si acariciamos nuestra creatividad y nos damos brillo, permitiremos que emerja nuestra propia genialidad, como propuso Tony Estruch en su ensayo Geniotipo.

Eres tan bueno como tu cuadrilla. En una expedición al Everest, los buenos compañeros de cordada te llevarán a la cima, mientras que los malos te arrastrarán al abismo. Este es el historiograma de El mago de Oz, en el que una troupe de viajeros complementarios se ayudan entre sí para lograr un final feliz.

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