En verano la factura de la luz se multiplica. Puedes echarle la culpa al aire acondicionado o los ventiladores, pero, en realidad, la causa del incremento del consumo eléctrico te puede estar pasando desapercibida.

El culpable puede ser el frigorífico. En concreto, el estado de las gomas que deben ajustar las puertas de la nevera y el congelador para que no se escape nada de frío (o que no entre calor, que es lo mismo). Quizá te digas: a las gomas de mi frigorífico no les pasa nada... bueno, es mejor que lo compruebes y que pongas cuanto antes un folio dentro. ¿Un folio? Enseguida te explico por qué.

La prueba del folio para comprobar el estado de las gomas

Toma un folio A4 y abre la nevera para colocarlo de forma que te permita comprobar si tu nevera realmente sella bien. Es la prueba más simple y efectiva para comprobar el estado de la goma.

Solo tienes que cerrar la puerta dejando una parte del folio atrapada y tirar de él suavemente: si sale con facilidad, el cierre no es hermético. Si, por el contrario, notas resistencia, significa que el sello está funcionando correctamente.

Este método casero permite saber si está entrando aire caliente en el interior del frigorífico. Si es así, el aparato necesita más energía para mantener la temperatura adecuada, lo que incrementa el consumo y reduce la vida útil del compresor.

Además, los alimentos pueden estropearse antes de tiempo por falta de una refrigeración uniforme en el interior del electrodoméstico.

Efectos del calor en tu frigorífico

Mujer frente a la nevera

No todos los alimentos se conservan mejor en la nevera.

iStock

Cuando las temperaturas exteriores superan los 30 ºC, como ocurre en muchas regiones durante el verano, el frigorífico trabaja con más intensidad para mantener el frío interno.

Si la goma de la puerta no sella bien, el esfuerzo se multiplica y esto no solo se traduce en un aumento en la factura eléctrica, sino también en posibles averías a medio plazo.

El calor también favorece la formación de humedad en el interior, lo que puede provocar malos olores, acumulación de escarcha en modelos no frost-free, y proliferación de moho en los bordes del sello. Estos problemas se agravan si no se detectan a tiempo.

Alternativas al test del folio

Aunque el folio es el método más extendido por su sencillez y coste cero, hay otros trucos que permiten comprobar si el cierre es defectuoso.

Uno de ellos consiste en colocar una linterna potente encendida dentro del frigorífico y apagar las luces. Si se percibe luz desde fuera con la puerta cerrada, hay una fuga evidente.

También puedes fijarte en indicios como una mayor frecuencia en los encendidos del motor, escarcha excesiva o alimentos que se enfrían de manera desigual. Cualquiera de estos síntomas puede indicar que el sello de la puerta ha perdido eficacia.

Cuida el sello para no tener que cambiarlo

Junta de goma de una nevera rota
iStock Photo.Henadzi Pechan

La mejor forma de evitar que la goma del frigorífico se deteriore es mantenerla limpia y flexible. Para ello, conviene limpiarla una vez al mes con agua templada y jabón neutro, prestando especial atención a las ranuras donde pueden acumularse migas o restos de comida.

Una vez limpia, se puede aplicar una capa muy fina de vaselina neutra o lubricante de silicona, que ayuda a conservar la elasticidad del material y a que la goma se adapte mejor al marco. Estos cuidados pueden alargar su vida útil durante años.

Reparar o cambiar: ¿cuándo es necesario?

Si el sello está deformado en un punto concreto, a veces basta con aplicar calor con un secador de pelo para que recupere su forma original.

También puede ser muy útil presionar manualmente la goma para recolocarla si se ha producido un desplazamiento.

En caso de que esté agrietada, sucia de moho o despegada en varios tramos, lo recomendable es sustituirla por una nueva.

Existen recambios universales y específicos para cada marca, y el proceso de instalación es sencillo si se siguen las instrucciones del fabricante.

Una prueba sencilla que evita sorpresas

Verificar el estado del sello de la nevera con un folio A4 solo lleva unos segundos y puede evitarte el desperdicio de comida, averías costosas y un sobrecoste energético considerable.Es una medida preventiva especialmente recomendable en épocas de calor extremo.

Este verano, si notas que tu frigorífico enfría mal, hace más ruido o gotea agua, no lo ignores. A veces, todo empieza con una goma desgastada. Y una hoja de papel puede darte la respuesta que necesitas para actuar a tiempo.

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